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Stephanie Cayo: Una belleza profesional - 5
Stefanie Pareja

Stephanie Cayo es actriz, cantante, bailarina y una chica oficialmente bonita. Tan bonita que en una entrevista con Jaime Bayly, el periodista le dijo que debería cobrar a la gente un impuesto por mirar su rostro. Eso sí: solo un sol porque vivimos en un país pobre, bromeó Bayly. Esa noche, la actriz reconoció que la belleza es una ventaja, pero que no asegura nada. Si no trabajas y te preparas, te reduces a ser una hermosa primera impresión. Y después, el vacío.

Como la hermana menor de una familia de artistas, Stephanie Cayo empezó a actuar a los nueve años. Ahora tiene 27 y más de una decena de novelas en las que ha participado. Se ha posicionado en la competitiva industria de los teledramas colombianos y sigue avanzando en el mercado estadounidense con una actuación en la primera serie en español producida por Netflix. Con su esfuerzo, la hermosa actriz se resiste a que su belleza empañe sus otros talentos. 

Pero es justo decir que parece aplicar su exigencia también frente al espejo. Al ver a Stephanie Cayo en una sesión de fotos, uno entiende la diferencia entre ser bonita y saber ser bonita. La belleza podría ser un simple accidente genético, un regalo que consigues sin ningún esfuerzo. 

Pero si el itinerario de tus últimos tres días incluye viajar quince mil kilómetros en avión para presentar un nuevo perfume, dar entrevistas y conferencias de prensa en dos países distintos, sonreír sin parar ante las cámaras horas después de que te han extraído dos muelas del juicio y aun así lucir bien en las fotografías, entonces ya no hablamos de ningún regalo del ADN. Ser bonita deja de ser una frivolidad cuando el halago que quieres conseguir es “buen trabajo”. El cumplido favorito de Stephanie Cayo.

 

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