(Foto: Shutterstock)
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Redacción EC

Cuando vas al gimnasio, lo más normal es que te concentres completamente en tu rutina y la fuerza que le pones. Como consecuencia, muchas veces se pasa por alto el cuidado de la , sobretodo la del rostro, llegando a optar solo por una limpieza simple y superficial.

A partir de esta costumbre, algunas pieles se vuelven más sensibles, otras más sebosas y hay las que terminan con granitos e imperfecciones. Esto ocurre porque al sudar los poros se abren, eliminan toxinas y la piel se deshidrata.

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La solución es adoptar ciertas acciones antes, durante y después de entrenar, con el fin de cuidar la salud de nuestra piel y preservar su belleza. Conócelas aquí:

1. Evita el maquillaje: ¡no hagas ejercicio maquillada! Cuando tu cuerpo está en acción y tu temperatura corporal sube, los poros de tu piel se dilatan. Si estás con maquillaje, las partículas de estos productos ingresarán en ellos, provocando granitos e imperfecciones.

2. Las manos: el cuidado de la piel de tu rostro no solo recae en los productos que utilizas, sino también en lo que pones en contacto con ella. Lamentablemente, las manos son uno de los conductores más rápidos de bacterias, por lo que deberías evitar su contacto con el rostro mientras entrenas y tus poros están más expuestos.

3. No te excedas: tampoco se trata de exagerar en la limpieza profunda, pues, como ya dijimos, la piel se encuentra más sensible y expuesta cuando suda. Por ello, solo debes asegurarte de liberar tu piel y dejarla fresca (puede ser usando agua micelar), no llegando a la sobre exfoliación.

4.Piel sensible: si tienes un tipo de piel que es sensible , y no puedes estar lavándola constantemente, opta por hacerlo solo después de tu rutina de ejercicios. Pero eso sí, asegúrate de hacerlo a conciencia e hidratarla.

5. Limpia tu sudor: utiliza una toalla especial para esta función. Es importante que lo hagas, pues este líquido contiene sales que podrían irritar más la piel.

6. Ducha tibia: cuando termines con tu rutina, toma una ducha con agua tibia y enjuágate con agua fría para cerrar tus poros. Tendrás mejores resultados si utilizas un jabón hidratante sin fragancia.

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