El baby bótox y el peeling son dos opciones de tratamientos preventivos ante el envejecimiento prematuro. (Foto: IStock)
El baby bótox y el peeling son dos opciones de tratamientos preventivos ante el envejecimiento prematuro. (Foto: IStock)
Luciana Villegas

La primera vez que usé una crema hidratante tenía dieciocho años. A los veinte descubrí los tónicos y a los veinticinco; empecé con el . La batalla contra el es una que inicia a corta edad y no termina nunca; si de mujeres se trata. Los estándares de impuestos por la sociedad nos han enseñado desde niñas que ser linda es casi siempre sinónimo de lucir joven. Una pelea difícil de llevar y que eventualmente, terminaremos por perder. Sin embargo, si buscamos llevarle la contra al reloj, el mercado de belleza está repleto de tratamientos que podemos probar de la mano de un profesional.

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“El y el peeling son los tratamientos más buscados por mujeres entre los veinte y treinta años, dado que son preventivos”, revela Melanie Macpherson, dermatóloga clínica y estética fundadora de Dermacpherson (). El baby bótox retrasa la aparición de las líneas de expresión y arrugas. Se inyecta menos cantidad de toxina botulínica que el tratamiento que lo precede (), y tiene una función más preventiva que paralizante. La segunda opción, el peeling consiste en una exfoliación profunda que estimula la renovación celular manteniendo la piel más luminosa, homogénea y firme por más tiempo.

Para mujeres entre los cuarenta y cincuenta años, las opciones son más radicales. En este rango de edad, inicia la pérdida de volumen en el rostro y la flacidez en la piel, factores que evidencian el envejecimiento. Se pierde un poco la forma de los pómulos, aparecen las líneas de marioneta y también la papada”, detalla Ursula Rivas, fundadora y directora médica de Dermatológica ().

(Foto: IStock)
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PARA EL ROSTRO

Existen múltiples tratamientos no invasivos para el rostro. Aquí los más buscados. Radiofrecuencia Thermage. Consta de un puntero que lanza disparos de energía electromagnética calentando la piel y reactivando la formación de colágeno en una única sesión. El resultado es una piel más tersa, luminosa y con poros cerrados hasta por dos años. “Es ideal para quienes sufren problemas de flacidez y se puede aplicar en el rostro, cuello y contorno de ojos”, detalla la Dra. Rivas. También funciona para escote, abdomen, piernas y brazos. Ácido Hialurónico. Para quienes han perdido volumen facial, la especialista recomienda la técnica de anclaje con ácido hialurónico. Se inyecta la sustancia en puntos estratégicos llamados “MD CODES”, una técnica creada por el cirujano plástico brasileño Mauricio di Maio, que producirán el efecto de levantamiento. El resultado será un rostro más perfilado y terso por dos años. Microagujas. El tratamiento se realiza con un dispositivo llamado Nanopore que cuenta con microagujas que entran y salen de la piel creando más de 900 microcanales, en los que se aplican distintos principios activos según la necesidad de cada paciente. “El tratamiento promueve el colágeno en la piel y también se realiza en escote, abdomen y muslos”, explica la Dra. Macpherson.

Además, existen opciones más invasivas para quienes buscan ir más allá. Maria Teresa Pando, cirujano plástico y Miembro de la Sociedad Alemana de Cirugía Plástica; comenta sobre dos procedimientos quirúrgicos: el endolifting con láser y la lipotransferencia. El primero está dirigido para mujeres que estén lidiando con flacidez, pues “provoca el estiramiento de mejillas, cuello y frente”. Una fibra ingresa debajo de la piel por cinco orificios en la línea de cabello, transporta la luz del láser, y provoca una retracción de la piel. Es decir, un levantamiento. La técnica también se puede aplicar en el muslo, abdomen o mamas. La lipotransferencia se recomienda para quienes han perdido volumen. Con una microcánula se transfiere grasa de una zona a otra, creando un efecto rejuvenecedor muy natural. También se puede realizar en el rostro, glúteos o mamas. “Es importante que estos tratamientos se hagan en un ambiente estéril y con un profesional para evitar riesgos”, advierte Pando. (Agenda una cita con la doctora pando a través de este núnmero: 982522591)

(Foto: iStock)
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EL CUERPO TAMBIÉN IMPORTA

El rostro no es la única zona del cuerpo que preocupa: las piernas, glúteos, abdomen e incluso el escote, suelen dar batalla. Láser Fraxel Dual. Para esto último, la Dra. Rivas recomienda el Láser Fraxel Dual. El tratamiento lidia con la flacidez, atenúa arrugas y desaparece manchas. El aspecto del escote puede mejorar entre un 60% a 90% y durar hasta tres años. Coolsculpting. Se trata de una técnica no invasiva para eliminar los “rollitos” del abdomen u otras zonas del cuerpo en una o dos sesiones. “Al aplicar el equipo sobre la piel a menos de 10 grados durante una hora, se desaparecen las células adiposas que crean el ‘rollito’”, explica la especialista. Como estas células no se regeneran, los “rollitos” desaparecen de forma permanente.

¿QUÉ HAY DETRÁS DE LOS TRATAMIENTOS DE BELLEZA?

Las motivaciones que pueden llevarnos a la camilla de un centro estético son múltiples. “Realizar un tratamiento de belleza puede ser una decisión muy sana o problemática, dependiendo del por qué lo hacemos. La clave está en diferenciar el deseo de la necesidad. Si lo hacemos porque tenemos el deseo de vernos mejor, está bien. Pero si se trata de una decisión atada a nuestra valía personal, estamos en problemas”, aclara Alexandra Bentín, psicóloga clínica y psicoterapeuta cognitiva conductual (@misionamarte.alexandrabentin). Cuando esto último sucede, las mujeres suelen abusar de los tratamientos pues buscan en ellos un alza en su autoestima que nunca llega. Otra clave importante es que sea una decisión consciente, responsable y libre. “Es muy natural buscar la aceptación de los demás. Por eso, es importante no dejarse influenciar por nadie a la hora de tomar esta decisión. Tiene que ser una decisión propia”, señala la especialista. “Es importante recordar que el valor de una mujer no está atado a su apariencia física. Los atributos físicos son fugaces y hay que entender esa realidad. Es el ciclo de la vida”, concluye.

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