No se trata solo de tomar duchas más cortas sino de saber qué estamos aplicando en la piel o cabello para así cuidar el mar. (Foto: Shutterstock)
No se trata solo de tomar duchas más cortas sino de saber qué estamos aplicando en la piel o cabello para así cuidar el mar. (Foto: Shutterstock)
Sandra Morales Gonzales

Día a día miles se preocupan por encontrar los productos adecuados para cuidar su rostro, para que su cabello luzca más brillante o sedoso o aquellos exfoliantes que harán que la piel esté suave y libre de impurezas; sin embargo, son pocos los que se preguntan si aquella compra no contaminará el medio ambiente.

¿Cómo así? Es que muchas veces los componentes no llegan a ser sustentables y la naturaleza, en especial los océanos, terminan llevando la peor parte. Y es que una simple ducha no solo significa pérdida de agua si se realiza por mucho tiempo, sino que el ‘shampoo’ con presencia de silicona o las micropartículas de plásticos en exfoliantes, al ser sintéticos, dañan el planeta al momento de su descomposición.

Estas pequeñas esferas de plástico presentes aún en muchos productos cosméticos acaban en mares y océanos en todo el mundo, causando un grave daño para la fauna y la flora marinas pues se acumulan durante décadas en el organismo de las especies al integrarse en su cadena alimentaria y altera sus procesos biológicos.

“La partícula al ser tan pequeña y al desecharse en el agua, el pez la come sin darse cuenta y termina en su cuerpo y puede contaminar de alguna forma el pescado que vas a consumir luego. La preocupación no debe ser solo qué tipo de producto pones en tu piel sino cómo contaminas hasta tu propia salud. Es aquí donde aparecen los productos biodegradables que al mezclarse en el agua no va a generar algún daño en los animales que toman el líquido. Por ejemplo, en algunas reservas naturales en México o Perú está prohibido usar jabón que no sea biodegradable en los hoteles, para que no se dañe la fauna”, explicó a El Comercio Caroline Charpentier, marketing manager de Oriflame.

Según un publicado en 2015 por la revista Science, cada año se vierten a los océanos unos 8 millones de toneladas de plástico, por esta razón, en 2018 Reino Unido prohibió el uso de microplásticos en cosméticos.

Es aquí donde productos con ingredientes de origen orgánico y con partículas exfoliantes de origen natural son vitales, pues no solo son amigables con el planeta, sino también con la piel. Por este motivo, la compañía europea de belleza Oriflame presentó su línea Love Nature para cuidar la naturaleza y el agua, con botellas que tienen 40% de plástico reciclado y reduciendo el impacto de los productos enjuagables en el medio ambiente .

Para lograr una descomposición de estos de forma natural tras tomar una ducha, se recomiendan “las esferas exfoliantes de origen natural incluyendo sílice, semillas de fresa y cáscara de almendras, pues al tener una base mineral regresa a su lugar de origen, o base de plantas y se desintegran de manera natural”. Además, estos no darán una sensación rasposa en la piel al momento de aplicar un exfoliante, como sí sucede con las micropartículas de plástico.

Otro de los grandes enemigos de los océanos es la silicona. Si bien suaviza el cabello, al ser sintética daña el medio ambiente y puede acabar en la cadena alimenticia humana.

“Muchos productos de enjuague tienen silicona como el ‘shampoo’ que se usa para dar brillo al lavarse el cabello. Si bien da ese beneficio temporal, tapa el cuero cabelludo e impide que el humectante o acondicionador penetre en el cabello, además que lo daña a largo plazo. Es momento de tomar de conciencia de qué pasa después de darse una ducha, pues todo lo que te echas en la piel termina en el mar. Hay que conocer el impacto después del baño, ver más allá de la belleza, más allá de cómo te ves y cómo te comportas con el medio ambiente”, aseguró Caroline Charpentier.

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