(Foto: Shutterstock)
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Redacción EC

Las pieles de tipo graso o con tendencia seborreica se caracterizan por su aspecto húmedo, brillante y la presencia de granitos, puntos negros o espinillas debido al exceso de sebo en las capas más superficiales de la piel. 

Estas características cambian cuando la piel es expuesta a las bajas temperaturas del invierno. La deshidratación de este tipo de cutis es más recurrente en esta temporada por la falta de agua y nutrientes en la piel.

“En invierno las pieles grasas pueden ser las más perjudicadas. La disminución de los capilares de irrigación en la dermis ocasiona menos oxígeno, humedad y nutrientes en la piel, y aumenta las células muertas y taponamiento de los poros, resultando un efecto rebote”, explica Jocy León, especialista en medicina estética y directora de Beauty Clinic.

Las personas con piel grasa deben hidratar su rostro en todo momento, pero en invierno los cuidados básicos son más necesarios que en cualquier otra estación. 

El frío, el viento y la lluvia son factores que irritan la dermis y ésta se muestra más seca y apagada, incluso siendo grasa. Es necesario suplir la falta de agua que produce la secreción de grasa en nuestra piel y nutrirla constantemente.

1. Constancia en la rutina de limpieza facial. Las pieles grasas necesitan de un cuidado permanente que aplace la aparición de granitos, espinillas y secreciones oleosas.

Limpia tu piel al menos dos veces al día: por la mañana para eliminar el exceso de grasa y por la noche para retirar el maquillaje y la suciedad del día a día. Es recomendable usar fórmulas oil free y no comedogénicas para evitar obstrucción en los poros.

2. Exfoliación periódica. Es ideal para retirar las células muertas y favorecer su regeneración. Elige exfoliantes no abrasivos. La exfoliación periódica te ayudará a conseguir que se absorban mejor todos los productos que utilices.

Si tienes la piel notablemente aceitosa, utiliza un tratamiento profesional de limpieza facial profunda con punta de diamante para liberar los poros y matificar el cutis.

Otra opción para exfoliar la piel grasa es el peeling con ácido salicílico. Es un tratamiento que elimina los puntos negros, granitos y reduce la oleosidad característica de la piel grasa

3. Hidratar la piel dos veces al día. Utiliza cremas y lociones libres de grasa y que contengan ácido hialurónico para restaurar la humedad de la piel y reducir la aparición de granitos y espinillas.

Si tu piel necesita ayuda profesional, puedes recurrir a tratamientos de hidratación profunda con ácido hialuronico, que aumenta la hidratación de la dermis generando luminosidad y suavidad en la superficie de la piel en forma visible e inmediata.

Procura tomar suficiente agua para que tu organismo funcione correctamente. Recuerda que esta es la manera más natural de hidratar tu piel

4. Protege tu piel del sol. El protector solar no es un producto exclusivo del verano. Aunque el día parezca nublado, los rayos solares están presentes. 

Las pieles grasas no deben usar protectores normales, porque tienen aditivos que provocan mayor oleosidad y taponamiento de poros. Se recomienda protectores de tipo gel o libres de aceites con textura ligera y acabado mate.

5. Usa maquillaje matificante. En invierno el maquillaje suele permanecer en la piel por más tiempo debido a las bajas temperaturas. 

Si incluyes productos matificantes, este efecto se extenderá y te ayudará a evitar que tu rostro se vea pesado. Lo más importante es que ayudarán a controlar el aspecto oleoso en la piel.

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