Lorena Salmón: "Una cuestión de pelos"
Lorena Salmón: "Una cuestión de pelos"
Redacción EC

Suelo pasar el tiempo viendo la vida de los demás en Facebook. Bastante más de lo que me gustaría admitir en vivo y en directo. Pero no es un gasto inútil, sino una inversión que me trae recompensas, como enterarme de las noticias bizarras que ahí se comparten.

El último escándalo que llegó a Facebook y otras redes sociales apareció en un par de vitrinas de , en el Lower East Side, de Nueva York. En la tienda de esa marca de ropa básica pero sofisticada, tres maniquíes lucían modelos de lencería transparente que dejaban ver un frondoso y tropical vello púbico. Como era de imaginarse, la tienda estuvo llena de curiosos que querían fotografiar los escaparates, el nombre American Apparel sonó por todos lados y los gritos de alarma se oyeron hasta el cielo.

Los comentarios al respecto eran tan estridentes como la estrategia de márketing: «Un espanto, el terror», «Ajj, ¡Qué tal asco!», «¿Por qué tantooo?». Algunos celebraban la libertad y otros nostálgicos se alegraban de la vuelta a un pasado cuando las mujeres no pasaban necesariamente por la tortura de la depilación total. La pregunta, entonces, es: ¿Por qué? ¿Por qué nos escandalizamos con unos cuantos vellos púbicos expuestos en público? ¿No sería lo natural?

Yo no encuentro ningún beneficio en la depilación radical allá abajo. Es dolorosa y ese debería ser argumento suficiente para rechazarla. Pero también duele vestir ropa muy apretada, caminar largo rato en tacos altos y algunos piercings, y de todos modos insistimos en llevarlos. ¿Quién puede verse bien mientras sufre?

Por eso me opongo a cualquier variante de la depilación tradicional. No a la brasilera (más allá de la zona de la ingle) y no a la Hollywood o ‘porn star’ (toditita).

La buena noticia es que no estoy sola: Gwyneth Paltrow, Beyoncé y Cameron Díaz también han hecho pública su posición a favor de la tendencia a lo ‘Eva en el Paraíso’. Es más, Díaz le ha dedicado varias páginas de su exitoso libro «Body Book», donde aconseja dejarnos el área libre y protegida de intervenciones dolorosas. Escribe, textual: «Chicas, manténgala completamente vestida». Y una agencia londinense creó la campaña Project Bush que busca que las mujeres se dejen retratar con sus vellos a lo salvaje para que las generaciones futuras vean el asunto con naturalidad.

Así, pues, a todas las fanáticas de la limpieza estética del minimalismo les pregunto: ¿qué beneficio tiene?, ¿por qué lo hacen? Si las que están a favor de la depilación total señalan que es por higiene, las refuto: mantener el vello púbico ayuda a proteger la zona de infecciones y roces.

¿Será que no es moda ni gusto, sino una decisión para complacer a sus chicos? Según leo, los hombres no ven vellos en una porno desde hace casi 20 años. Pero la realidad de carne y hueso (y algo de pelo) suele ser más seductora que una actriz en una pantalla. Así que, vamos, somos mujeres independientes: no nos dejemos influir por la opinión masculina y permitamos que el arbusto crezca.

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