Lorena Salmón: "De revista"
Lorena Salmón: "De revista"
Redacción EC

¿Alguna vez te preguntaste por qué lees revistas femeninas? ¿Qué encuentras en ellas que te interesa? ¿Son sus consejos de moda, de estilo de vida, sus recetas, sus tips de maternidad, de sexo? ¿Son las imágenes que ves? No  creo que muchas nos sintamos identificadas con las modelos que encontramos en las fotografías o producciones de moda. ¡Qué va! Si son todas altas, todas largas, todas flacas, con pelos perfectos, pieles perfectas y actitudes desenfadadas porque sí.

Pues, luego de un experimento que la revista alemana «Brigitte» hiciera con sus propias publicaciones, la duda quedó despejada: No, no nos sentimos identificadas, pero nos gusta ver modelos en las revistas. Sucede que esta publicación de moda germana, decidió no hacer ninguna producción para su revista con modelos. Anunció que llamaría a casting a gente común y corriente.

Cuando la iniciativa se develó, el diseñador Karl Lagerlfed protestó. Es moda, no realidad, fueron más o menos sus palabras. En todo caso, esta frase vaticinaría el fracaso de tan valiente proyecto. Las ventas de la revista cayeron en menos de un año y se perdieron 622 mil lectoras. ¡Mamma mía! Craso error, ¿entonces?

Si no queremos ver mujeres normales en las revistas, ¿por qué leemos blogs de mujeres comunes y corrientes? Ajá, vaya interrogante. Me interesa en particular este caso porque en realidad el éxito del blog recae finalmente en la persona que está detrás y en qué tanto se logra comunicar con sus lectores. Pero, no, el terreno de las revista, es otro. ¿Cuál? Satisfacer  nuestros deseos y aspiraciones. Sí nos encanta saber cómo es la casa, comida, salidas y compras de las celebridades.

Esta fascinación por irrumpir el espacio privado tuvo sus primeros pasos a principios del siglo XVIII, cuando van apareciendo las revistas femeninas y con ellas contenidos referidos al ámbito personal.

Nadie puede negar el impacto que tienen en nuestras vidas, de hecho hay una anécdota que leí en un artículo que decía que después de una encuesta en la que se revelaba que el 25% de mujeres francesas no se lavaba los dientes, la tendencia se revirtió una década después con media hora al día del cuidado de su cuerpo. Fascinante.

Sin duda, además de su contenido, útil o inútil, y sus imágenes aspiracionales, irreales o reales, las revistas femeninas son compañía absoluta para cualquier dama en apuros: llámese un almuerzo a solas, un rato muerto en las peluquerías (creo que la industria de la moda y de las peluquerías manejan un joint venture, una estrategia comercial en conjunto), un café en la tarde, un vuelo sin compañía, cualquier momento que provoque. Además, cada vez más, incluyen contenido más real y asequible con ideas superútiles hasta para hacer en casa. Como muestra, este botón que tienes entre las manos.

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