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Balmain Haute Couture
Celeste Pérez

ha vuelto a ocupar un lugar en las pasarelas de Alta tras 16 años de ausencia. Bajo la dirección creativa del diseñador Oliver Rousteing, la firma francesa ha conseguido participar como casa invitada en la Semana de Alta Costura de París.

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Con una colección alejada del universo 'Kardashian' (conocidas como grandes admiradoras de Balmain), Rousteing ha apostado esta vez por piezas más elegantes, sin perder el estilismo extravagante que lo caracteriza. El volumen y movimiento, también fueron aristas importantes en la colección de moda en Alta Costura. 

Balmain también ha traído consigo un abanico de propuestas, con distintos tipos de trajes y vestidos de noche. Algunas telas asemejaban pinturas de color pastel en efecto 'tye die', mientras que otras fueron de tono liso.

Regreso al pasado

Fue en el año 2002 cuando el diseñador dominicano Oscar de la Renta presentó la última colección de Alta Costura de Balmain. En ese tiempo, los desfiles de moda aún conservaban su espíritu exclusivo, careciendo de la exposición en redes sociales y el 'front row' colmado de influencers y bloggers. Como consecuencia, De la Renta invitaba a socialités, escritoras y actrices a su desfile, entre las que destacan figuras como Ivana Trump y Lee Radziwill.

Para esta colección, Oscar De la Renta se inspiró en la grandilocuencia de la cultura en Rusia, componiendo piezas de gran volumen que se decantaban en telas doradas, bungurdy y demás tonos tierra. Las telas escogidas oscilaban entre la gasa, el encaje y el terciopelo. Así fue el adiós de Balmain, hasta hoy. 

Sobre el desfile

Rousteing ha declarado a Vogue que para la colección de regreso de Balmain a la Alta Costura se ha inspirado en la convergencia de lo clásico de la maison francesa y lo rompedor de su nuevo ADN: “Vivimos en un mundo en el que casi tenemos miedo de echar la vista atrás porque estamos muy estresados intentando saber qué será el futuro, qué es lo próximo. Yo estoy mirando al pasado para entender el presente y, en realidad, para soñar con un mejor futuro”, señaló.

La colección se decantó por los colores pasteles, en vestidos que destacaban por la originalidad de sus volúmenes y estructuras geométricas. Las modelos, parecían llegadas del futuro, maquilladas (en su mayoría) de color blanco, tanto en la piel como en el cabello.

Los accesorios también han sido inolvidables. Distintas perlas y pedrería componían tocados, sombreros y adornos para el cabello que contrastaban a la perfección con las tenidas futuristas. “Trata también sobre la belleza de Francia. Vuelvo a los básicos de esta casa”, completó Oliver Rousteing.

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