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Estefanny Jackson

Por Estefanny Jackson

Ser actriz tiene un valor especial para Nidia y ese no es otro que el poder crear conciencia en la sociedad. “Cada personaje es la oportunidad de que mi voz llegue a más personas. Quiero transmitir conceptos positivos y motivadores. Quiero transmitir fuerza y esperanza. Si yo puedo, tú puedes. Si todos nos juntamos de seguro vamos a lograr cualquier meta”, enfatiza.

En este camino, la actriz comenta que si bien algunos de los papeles que le han propuesto la encasillaban en estereotipos por ser peruana y de rasgos andinos, también ha sabido ver una oportunidad en ellos e incluso ha tenido la libertad de concebir al personaje de una manera más rica, construyendo a una mujer con aspiraciones e ideas propias.
Hoy es parte del elenco de una serie de televisión, podemos verla en el cine en la recién estrenada película nacional “Me haces bien” y, además, interpreta a una niña de 14 años en la obra
“La Cautiva”. Es decir, hay más de una oportunidad para verla destacar en escena.

¿Cuáles otras son tus premisas en el mundo de la actuación?
Busco interpretar personajes que me permitan arriesgar. Encarnar a María Josefa Flores, “La Cautiva”, por ejemplo, ha sido una gran experiencia. No solo porque se trata de una niña, sino porque el personaje simboliza la época de terrorismo de los años 80, y yo nací en esta época, mis miedos se engendraron aquí.

¿Aún conservas esos miedos?
No, los superé con el tiempo. Y creo que fue gracias a mi trabajo como actriz. Somos personas que siempre estamos en análisis, siempre estamos preguntándonos qué sentimos y por qué, y eso nos ayuda a liberar, soltar y superar.

¿Cómo fueron tus inicios en la actuación?
Hago teatro desde que terminé el colegio, pero lo que más recuerdo es la etapa en la que actuaba en las calles y luego pasaba sombrero. Junto a un grupo de actores de Perú Fusión Teatro llevamos la obra “Los tambores” a plazas públicas de Ecuador, Colombia, Venezuela y España. Desde los 19 hasta los 22 años me tocó vivir días inciertos. Había momentos de mucha abundancia y otros, de no tener ni qué comer. Pero teníamos una gran motivación, y es que esta obra también la presentábamos en los diferentes festivales que íbamos encontrando. Conseguimos representar muy bien al país, aunque por aquí nadie se enteró.

Estás en el teatro, el cine y la televisión, ¿cómo equilibras las tareas que esto conlleva?
Vivo un día a la vez. No pienso en lo que sucederá después. Otro de mis secretos para estar bien es respirar por unos segundos antes de actuar. Así alejo el estrés y evito resultar grosera con los demás. Necesitamos ver los problemas desde otra perspectiva, a la distancia. Así se consigue verlos más pequeños. Todo eso te permite cultivar tu belleza interna.

¿También te preocupa la belleza externa?
Cuido mi cara y mi cuerpo, porque eso me hace sentir bien y porque es necesario para mi trabajo. Todos los días uso cremas humectantes, consumo productos integrales y evito las grasas. Y como soy alérgica, no como chocolates.

¿Se vienen novedades en tu carrera?
Quiero hacer más cine. Y también me gustaría escribir una obra. En el 2012 escribí “Este sol es falso”, y gané el concurso Una mirada al teatro peruano del Festival de Artes Escénicas de Lima (FAEL). Pero para eso necesitaré tiempo, porque escribir es un parto. Es mucho corazón, mucho revoltijo. El resultado tiene que gustarte mucho; si no, no funcionará. También me gustaría cantar.

¿Crees que estás viviendo tu mejor momento?
En lo personal este año estoy más tranquila. Antes sentía inestabilidad en muchos sentidos, pero ahora creo que todo lo puedo maniobrar. No hay ausencia de trabajo, estoy bien con mi familia, y siento que la gente y sus comentarios me levantan. Me siento retribuida. Cuando se trata del amor me da miedo perder y perderme. En una relación se entrega mucho, pero también debes saber en qué momento soltar y dejar ir. Alguna vez estuve enamorada y hasta pensé en tener hijos, pero no resultó, entonces dije, “no es mi momento”. En todo caso, siempre debes rescatar lo positivo de las cosas para salir ganando. Así resultes dañada, esa es tu herida de guerra y, con el tiempo, te enseñará a no cometer los mismos errores y a ser mejor persona.

¿Qué te conquista?
Los pequeños detalles. Por ejemplo, me conquista la idea de poder estar en paz con alguien. Me gusta compartir un espacio sin la necesidad de tener algo qué decir y sin experimentar sensaciones negativas, sin nada que moleste en el interior.

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