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Norma Martínez


Por Jorge Chávez Noriega 

A bordo de un taxi que se dirige desde el Centro de Lima a Miraflores, Norma Martínez cuenta que sus días son sumamente variados. Confiesa que se le hace imposible establecer rutinas, salvo cuando está inmersa en un rodaje de largo aliento para una serie o telenovela. Al terminar las fotos que aparecen en estas páginas, tomará un taller para profundizar sus conocimientos en actuación con el director argentino Claudio Tolcachir, luego repasará el texto de la obra “Solo cosas geniales”, que planea montar el próximo año con ‘Animalien’, su productora de contenidos escénicos; y, más tarde, quizá decida ver una película o se quede enganchada con un documental. Mañana, comenta, su día será totalmente distinto.

Ahora, por lo pronto, le toca dar una entrevista en medio del tráfico de la ciudad. Antes de dar una respuesta, Norma se toma unos segundos, medita y transmite una calma que contrasta con el caos vehicular de la Vía Expresa. Le gusta hablar de los temas que, en estos momentos de su carrera, tanto como actriz y directora, rondan por su cabeza y le interesa explorar. Por estos días, sus inquietudes tienen que ver con una serie de cuestiones tan universales como cotidianas: el compromiso de las parejas en estos tiempos, la intolerancia a opciones diferentes, la corrupción del día a día y la ola de inmigración que estamos viviendo. “Trato de vincular mi trabajo a las cosas que me preocupan y desde mi posición las pongo en el tablero para que así las personas se formen una opinión”, comenta Norma, iluminada por los rayos de sol que entran por la ventana.

¿Qué sientes que te ha dado tu trabajo?
No tengo la menor duda en afirmar que el oficio al que me dedico me ha hecho una mejor persona. Es mi lugar de experimentación, desde el cual he podido conocer más sobre mí. Soy una convencida de que el arte nos hace mejores; no encuentro otra manera más a la mano de estar en contacto con la verdad, con la belleza, con nuestros sentimientos y con el horror también, porque no todo es siempre bonito. El arte nos hace recordar qué somos y de qué estamos hechos. Y eso nos amplía la sensibilidad y empatía con el resto de seres humanos.

¿Cómo es el mundo de la actuación local? ¿Existen brechas salariales y de oportunidades entre hombres y mujeres?
Eso es algo que sucede en todo el mundo. De hecho, es probable que pase aquí en ciertos proyectos. No hay que olvidar que aún vivimos en una sociedad patriarcal. Pero por suerte, en este siglo XXI, veo con esperanza que las cosas se van a equilibrar. No no me consideraba feminista, pero hoy sí hay que serlo. No para colocar a las mujeres en una posición de superioridad, sino para estar todos en una condición de igualdad. Es momento de dejar de vivir llenos de prejuicios.

¿Cómo crees que se podría conseguir?

Creo que es una decisión personal quitarte la venda de los ojos y ver qué es lo verdaderamente importante. Lo que aparentemente vemos todos los días en la calle, en la televisión, en la publicidad, quizá no lo es. Lo único importante es el amor y aprender a cultivarlo. Lo que debemos entender es que el otro puedes ser tú, y que no debes hacerle al otro lo que no quieres que te hagan a ti.

Te parece importante que los artistas dejen claro sus
posiciones políticas?

Me parece válido, pero no creo que todos los artistas debamos ser activistas. Hay personas a las que simplemente el activismo no les va. En mi caso, está clarísimo que si alguien quiere conocer mi opinión sobre muchos temas, puede revisar mi trabajo. Hacer política no es solamente ir a una marcha, sino también es cómo te desenvuelves en aspectos cotidianos de la vida. Cada mañana cuando sales de tu casa estás haciendo política si saludas o no, o si respetas las señales de tránsito cuando manejas.

Primer plano
Cuando está enfrascada en una conversación, no hay nada que la distraiga. Norma Martínez es de las personas que escucha con atención cada pregunta que le hacen, pero que también quiere saber de la persona que está frente a ella. Por eso, el hilo de la entrevista adquiere un halo de confianza y te conduce a temas aparentemente disímiles entre sí, como los padres, los miedos, los puntos de quiebre en la vida y los sueños por cumplir. Norma no nació dentro de una familia de artistas, pero su primer contacto con el arte fue a través de la literatura, leyendo obras de Hermann Hesse o Víctor Hugo siendo una niña. Otro momento de su vida que recuerda con especial emoción fue cuando, en el 2001, en medio de la crisis política que atravesaba el país, se fue a España por tres meses pero se quedó viviendo allí cinco años. Dice que fue algo que se dio de manera inconsciente, espontánea, probablemente porque su padre era español y en su interior andaba en busca de sus raíces.

¿Volverías a dejarlo todo y comenzar en otro lado?
Estoy abierta a esa posibilidad; soy actriz y voy a donde me llamen, o a donde me lleven mis impulsos. Siempre he tenido mucha determinación con mi trabajo. Si se me presenta un proyecto que me encantaría hacer, no voy a dudar en aceptar así tenga que salir de mi zona de confort. La tarea del artista es salir de lo cotidiano para encontrar nuevas formas de tocar el alma. De hecho, he tenido la posibilidad de hacer más películas fuera del país que aquí mismo.

En paralelo a la actuación estudiaste publicidad, ¿te costó encontrar tu camino sobre lo que realmente querías hacer?
No era algo que tenía tan claro. Es más, pensaba que la publicidad iba a ser a lo que me iba a dedicar. Pero mi inquietud me llevó a meterme a talleres de formación actoral. Y cuando empecé a hacerlo, simplemente me resultó apasionante. Fue como encontrar una nueva familia. Creo que la vida se trata de alinearnos con nuestro corazón. Confía en tu instinto y verás como todo se empieza a ordenar.

Al estar en un constante trabajo creativo, ¿cómo lidias con la frustración que muchas veces eso conlleva?
Me frustro todo el tiempo, pero lo sobrellevo como una parte integral de la existencia. He aprendido a vivir con ello y a aceptarlo como parte del proceso de creación. Si no abrazas los intentos fallidos, jamás podrás crear algo nuevo. Y lo más probable es que te quedes estancado en lo mismo. Simplemente se trata de asimilarla de la mejor manera posible.

¿Te quedan sueños por cumplir?

Me gustaría que, en un determinado momento, la productora que dirijo se convierta en una compañía de teatro. Que sea un espacio donde pueda trabajar con un grupo de actores con los que podamos generar un lenguaje en común. Partiendo de mi deseo de elegir los proyectos que quiero hacer y no depender de nadie para hacerlos. Me interesa mucho la experimentación y no recurrir a fórmulas. Creo que en el arte las fórmulas cancelan la creatividad.

¿Cómo disfrutas de la vida?

Soy una persona que gusta de lo simple. Disfruto estar en mi cama, ver una película, o estar todo el día en pijama. Disfruto ir a la casa de mi madre, que me cocine y engría. Difruto mucho cuando paso todo un día con mis sobrinos. Y también disfruto pasar tiempo con mi pareja, tomar el desayuno en la cama… esos pequeños placeres. Poder disfrutar de todo eso, además de mi trabajo, me hace sentir de lo más bien.

Agradecimientos:
Fotos: Vicente Mosto
Directores de moda y styling: Gerardo Larrea & Antonio Choy Kay
Producción: Elefante Producciones.
Maquillaje: Miguel Urtecho
para M.a.c Cosmetics.
Peinado: Angelita Carrión Global Winner Style Master. Asistentes de Producción: Gwen Manrique y Paola Hirahoka para Elefante Producciones.
Asistente de Foto: Joseph Sifuentes.
Agradecimiento: Monocromo de Av. Ejército 616, Miraflores, 415-3284.

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