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patricia barreto

Por Janet Tamura

La emoción recorre su cuerpo cuando habla de su trabajo. Habla con los ojos, con las manos y con una gran sonrisa, de esas que aparecen cuando estás enamorada. La actriz Patricia Barreto ama lo que hace. Es un gusto que se inició en la adolescencia y se convirtió en su pasión. “Empecé las clases de clown a los 15 años. Estaba en mi último año de secundaria y quería investigar a qué me quería dedicar en el futuro y explorar esa afinidad que encontraba con el teatro”, recuerda.

Su travesía ha sido intensa. Patricia, ahora de 30 años, ha participado en más de 40 obras teatrales, de las cuales reconoce que “Piaf” fue determinante en su carrera. “Fue una obra gratificante. Me hizo conocida por el boca a boca, más de lo que pudo haber influido la prensa, y esa es la recomendación más sincera que hay”, asegura.
Además, nos deja saber que viene preparando una película, una obra teatral, y que planea hacer un unipersonal sobre Frida Kahlo. El entusiasmo se apodera de ella y dice: “quiero seguir haciendo más”

¿Cómo fue tu encuentro con el teatro?
Cuando estaba en quinto de secundaria fui a una obra llamada “Sin título”, del grupo cultural Yuyachkani. Trataba de la historia del país y del conflicto armado interno. Lo vi como un medio para manifestarse y para comunicar. Empecé con el clown y la improvisación que, para mí, es la base de todo en el teatro. Allí la lección es: aprende a reconocerte y a burlarte de tus defectos y virtudes, porque tú eres tu propia herramienta de trabajo. Luego me fui a estudiar a Buenos Aires comedia del arte. En ese tiempo Argentina estaba asequible y había talleres gratuitos. Estaba superemocionada, sentía que era verdad lo que dicen: “tú debes ser tu propia motivación”.

¿Qué se puede hacer para estar motivado
todos los días?

A veces no todo funciona bien, la coyuntura, tus relaciones personales. Pero la convicción de hacer lo que amas te alimenta. El estar bien contigo y con lo que haces debe ser tu motivación, porque esto genera que te encuentres en un estado de paz y calma.

¿En qué proyectos estás encaminada?
Estoy conduciendo “Inéditos”, en un canal cultural del Estado. Es un magazine que muestra casos de jóvenes talentosos, para inspirar a otros jóvenes a realizar sus proyectos. También ensayo para “Savia”, de Luis Alberto de León, es una obra que toca el etnocidio que se dio en la selva durante la época del caucho. Y rodando la película “No me llames solterona”, en donde hago el papel protagónico. Es una mujer que busca conocerse, saber lo que quiere y liberarse de una educación tradicional y de una sociedad en la que todo te impone a seguir un estereotipo. Es una comedia, pero deja en la mesa el mensaje de que ahora una mujer puede ser feliz con ella misma.

¿Cuál crees que es el papel que tiene una mujer en nuestra sociedad?
Creo que la mujer tiene una postura clara sobre lo que piensa, tiene convicción. Es capaz de desarrollarse con hijos o sin ellos, independiente o dependiente, siendo el único sustento de su familia o no. Les diría que sean tiernas cuando quieran, sensuales cuando quieran. No pidan permiso, ni complazcan a nadie. Encuentra el valor en tus convicciones y cree en el poder que tienes para trasformar lo que te rodea.

Luego de la vorágine del día, Patricia se refugia en su “pedacito de aire en el mundo”, su casa. Se saca las capas de actriz y comparte su vida con Joaquín, su esposo, con quien lleva casi seis años de casada y de quien dice: “es el amor que me merezco”.

¿Por qué decidiste casarte tan joven?
Me casé a los 24 años –él me lleva 11 años-. Lo tenía claro y soy feliz. Es un hombre bueno para mí, es honorable, lo respeto y admiro. Es un amigo al que siempre acudo. Estoy templadaza. Él también me ha enseñado a ser independiente y a que si esto no funciona nos reconstruiremos individualmente. En una relación se tiene que hablar de todo. También debes saber que el “para siempre” es hasta cuando el amor y el respeto estén presentes; si no, hay que dejarlo ir.

¿Está en tus planes ser mamá?
Hemos planeado tener un bebe en dos años, si es que se puede. Creo que todo me está preparando para eso, porque no aspiro solo a tener un hijo, sino a ser una madre que trabaja para sus hijos, les enseña a tener una convicción acerca de su propia persona y a valorar su identidad.

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