Natalia Parodi: "El amor no es un concurso de belleza"
Natalia Parodi: "El amor no es un concurso de belleza"
Redacción EC

¿Te pasa a veces que crees que no eres tan bonita, ni tan divertida, ni tan flaca, ni tan interesante como fulana, mengana o zutana? ¿Y estando en una relación, compararte de manera desventajosa frente a las que tú supones son las fascinantes virtudes de otras mujeres?

Si dices que jamás te has comparado con ninguna, tienes bastante suerte. Pero a muchas les ha ocurrido en algún momento de su vida. Y otras sufren incluso demasiado por la inseguridad permanente y el temor a que su pareja se enamore de alguien que sea más hermosa, simpática o inteligente que ellas.

Las mujeres vivimos bombardeadas de mensajes sobre el modo preciso para lucir divinas, las reglas que dictan lo que debemos hacer, manuales para ser la madre más amorosa, la esposa perfecta, la mujer maravilla. Todo sin arrugarnos, fruncir ni mostrar ningún signo de ansiedad, malhumor o defecto. Así, la probabilidad de sentir que fallamos o no somos suficientes, es alta. Entonces algunas creen que tienen que hacer dieta, entrar al gimnasio, bailar más bonito, hacer postres maravillosos, mostrarse siempre felices -con dientes y labios brillantes-, y quizá ser más complacientes. Porque esa, supuestamente, es la mejor mujer.

¿Y qué consejos sueles escuchar o leer para combatir este malestar? «Tienes que estar por encima de todo con la cara bien en alto. Sentirte la mejor». Pero seamos sinceras: ¿somos la mejor del mundo o hay mujeres más bellas que nosotras? Las hay más bellas. ¿Más brillantes? Algunas sí. ¿Que cocinen más rico? Probablemente. ¿Más esplendorosas y extrovertidas? Sí, también. Claro que sí. ¿Y qué tiene? ¡Ese no es el punto! El punto es que somos lo que somos y que así como somos, hay alguien a quien le encantamos y nos adora.

La belleza es relativa. «Sobre gustos y colores... no han escrito los autores». Y aunque esto puede dolerle un poquito al orgullo, también puede ser liberador. ¡No somos las mejores y no tenemos que serlo! En el amor eso no importa. Lo que importa es que ambos son el favorito el uno del otro. La combinación de los dos hizo ‘click’.

Y las dietas, el ejercicio, el renegar poco y ser más feliz es importante, pero por una misma. Porque es sano y bueno y nos hace sentir mejor. Quien te ama no se queda contigo a condición de que seas espectacular. No se trata de verse bien, sino de tratarse bien. Eso siempre embellece.

Si dudas mucho, tal vez sea hora de reflexionar cómo va la relación. Toma en cuenta que si aparece un tercero, no es causa sino consecuencia de algo que se desconectó en la pareja. Y pueden darse la oportunidad de reencontrarse. Y confiar en que si hay amor, pueden trabajarlo juntos.

El atractivo de otras personas siempre jalará el ojo o caerá simpático. Es natural. Y también le pasa a las mujeres. ¿Acaso no te das cuenta cuando hay otro hombre quizá más guapo que el que tienes al lado, o más inteligente, o más gracioso o más adinerado? ¿Y acaso eso significa que vas a irte corriendo detrás del otro? Si de verdad hay amor, nadie lo cambia por nada del mundo. Aunque tenga unos kilitos de más (o de menos), sea renegón o muy callado, muy así o muy asá, una no lo cambiaría. Porque así como es nos gusta. Es quien nos ha conquistado. Y lo mismo sucede con ellos. Si nos aman, no nos dejan. El ojo no le gana al corazón.

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