Celeste Pérez

La cancillería lo calificó como “el peor desastre ecológico ocurrido en Lima” y el Gobierno ya ha declarado emergencia ambiental en la zona marina costera por 90 días. Aunque aún es temprano para precisar los verdaderos daños que dejará el derrame de 6 mil barriles de de la refinería La Pampilla de la multinacional Repsol en el mar de ; el efecto inmediato ya es visible en 20 playas de Ventanilla, Santa Rosa, Ancón y Chancay.

Ante el impactante escenario, cientos de civiles han unido fuerzas para apoyar desde sus tribunas, siendo una de las iniciativas más compartidas en las últimas horas la creada por “Hair Boom Perú”, alianza conformada por empresas y civiles para promover la recolección de cabello en todo el país, luego de que se demostrase que un kilo de esta fibra puede adsorber hasta 8 litros de petróleo.

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Sobre lo último, es necesario aclarar que el petróleo no es “absorbido” por el cabello, sino más bien “adsorbido”. Esto quiere decir que el hidrocarburo “tiene la capacidad de aferrarse y adherirse a las capas exteriores del cabello”, explica el ingeniero ambiental Joy Villaizan.

El objetivo, es componer ‘tubos’ grandes de cabello enmallado, que se puedan llevar al mar para mitigar el daño causado por el petróleo en los últimos días. “Es importante precisar que para la funcionalidad de esta práctica se necesita de una gran área de contacto y una abundante cantidad de cabello, debido a la magnitud de lo sucedido”, suma Villaizan.

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Aunque la técnica está científicamente comprobada, para observar resultados concretos se necesita de logística y una cadena de actores con roles definidos, factor que aún se encuentra en marcha en el caso de la iniciativa peruana.

Al respecto, el ingeniero ambiental Saúl Vargas Zurita -Ex asesor de la Marina de Guerra y parte del proyecto Hair Boom Perú- precisa a El Comercio que esta “es una medida de mitigación, más no una definitiva ni mucho menos absoluta; pues tienen que aplicarse procesos mecánicos y con tecnología para una mayor eficacia” en el panorama actual. Asimismo, indica que “no será a gran escala, sino en una zona puntual” y que aún se está en la búsqueda de un equipo interdisciplinario y ONG’s que se puedan sumar al proyecto en sus tres etapas: recolección y armado de hair booms, adsorción en la zona afectada y tratado posterior de residuos tóxicos.

¿VIABLE O NO?

Mientras cientos se suman a la iniciativa que busca mitigar el daño causado por el crudo en la costa peruana, hay quienes se preguntan si el escenario propuesto es del todo favorable, o incluso, aplicable. El primer dilema es que las pruebas científicas que se tienen sobre la adsorción del petróleo por el cabello son avaladas por una serie de factores de laboratorio: las pruebas se realizaron con agua de mar artificial (considerando sales usuales en el mar y no otros contaminantes) y a temperatura regular, sin modificaciones en el pH ni en el movimiento la marea.

“Asumiendo que tengamos las mismas condiciones en Ventanilla y en la investigación, la capacidad de sorción del cabello seria aproximadamente 5000 mg de petróleo/g de cabello. Es decir, necesito 1 gramo de cabello para remover 5 gramos de petróleo. Se habla de un derrame de >250,000 galones, es decir aproximadamente >875,000 kilogramos. Entonces necesitaríamos > 175,000 Kg de cabello para remover la magnitud de petróleo derramado en Ventanilla. En la misma investigación, también se aprecia que la capacidad de sorción, como con todo sorbente, depende del origen del cabello ¿Nosotros tenemos alguna idea de la capacidad de adsorción del cabello peruano?, explica a El Comercio Jenny E. Zenobio, doctora en química ambiental y ecotoxicología.

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Por su parte, el biólogo y gestor público Diego Padilla indica que para que el proyecto de resultados favorables es necesario “hacer prototipos y evaluaciones controladas en zonas específicas, ya que por el momento está demostrada la efectividad en entornos controlados”. Desde su punto de vista, primero se debió realizar un diseño experimental con un equipo de científicos especializados, antes de “masificar” la iniciativa.

No podemos quedarnos con la idea de que metes el cabello en una malla de nylon, la tiras al mar y eso ayuda. Hasta el tipo de nylon debe ser analizado para validar que no se rompa y evitar que el cabello con hidrocarburos se libere empeorando las cosas”, agrega Padilla.

DESECHOS TÓXICOS

De concretarse el proyecto, los tubos de cabello (también conocidos como ‘hair booms’) tendrían que ser tratados como residuos tóxicos en un relleno sanitario especializado, dilema que también preocupa a los científicos, pues de no ser así se sumarían daños colaterales en el medio ambiente.

Para garantizar que esto no ocurra, es necesario que una empresa especializada en residuos tóxicos se involucre en la iniciativa y a gran escala, asumiendo que serán miles de tubos los utilizados para la adsorción.

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“Existen tres formas de terminar con el proceso: desecharlo a un vertedero de hidrocarburos, destruirlo usando procesos de degradación, o incinerarlos. Pero cualquiera de los procesos que se decida, tiene que ser realizado adecuadamente por profesionales con experiencia en el área, de lo contrario puede propagar aún más la contaminación actual”, alerta la doctora en química ambiental Jenny E. Zenobio.

Aunque las buenas intenciones de la ciudadanía priman, es necesario escuchar a las voces científicas y especializadas antes de tomar decisiones que podrían terminar complicando aún más el escenario.

“No cabe duda que todo se hace con la mejor intención. Sin embargo, tenemos que aceptar que en este momento el rol más importante es de aquellas personas que han dedicado años a entender como funcionan los ecosistemas marinos. Ellos son los más capacitados para liderar cualquier tipo de apoyo”, concluye el biólogo Diego Padilla.

En conclusión, se necesita de más aliados especializados si es que la iniciativa busca llegar a buen puerto. Solo de la mano de científicos y empresas en el rubro se logrará generar un cambio con el cabello que ya viene siendo recolectado por la iniciativa.

FUENTES:

-Augustine Osamor Ifelebuegu, Tuan Vu Anh Nguyen, Peter Ukotije-Ikwut, Zenebu Momoh. “Liquid-phase sorption characteristics of human hair as a natural oil spill sorbent”. J. Environ. Chem. Eng., 567 (2015), pp. 1-6

-C. Lezama Cervantes. (2012). Capacidad de retención de hidrocarburos empleando subproductos industriales. Revista Latinoamericana de Recursos Naturales , 8, 21-29.


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El derrame de petróleo visto desde un Drone
Al quinto día de ocurrido el desastre ecológico, el daño abarca las playas de Bahía Blanca, Costa Azul y Cavero, en el distrito de Ventanilla y sigue extendiéndose por el litoral.

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