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La fisioterapia como alternativa al sacrificio - 2

Por Andrea Carrión / WUF

De haber hecho caso a ciertas opiniones, Sintia Hernández no hubiera tenido la oportunidad de salvarle la vida a su perrita, y por segunda vez. De haber aceptado sacrificarla, no hubiera visto lo mágico que pueden resultar los masajes, los imanes, la electricidad, el agua, las pelotas de jebe, y, en especial, la intención de sanar.

Hace unos días encontramos a Sintia al lado de su adorada Abejita mientras la fisioterapista Antuaned Chujutalli le aplicaba impulsos eléctricos para estimular sus músculos y su sistema nervioso.

Antuaned Chujutalli aplica impulsos eléctricos a Abejita.

Unos meses atrás esta perrita empezó a enfermar sin aparente motivo y de pronto una mañana amaneció completamente paralizada. En la Posta Oasis le diagnosticaron erliquiosis canina, una enfermedad causada por una bacteria que es transmitida por la picadura de garrapata. Luego de recetarle antibióticos, le sugirieron fisioterapia intensiva y fue así como terminó en .

“Me da pena verla así. Se estresa mucho al ver a sus hermanitos jugar y ella no poder moverse. Abejita es una de 4 hermanitos. Su anterior dueña las quiso ahogar a todas solo porque nacieron hembras. Yo hablé con mis papás y nos quedamos con las 4, hasta las esterilizamos, y ahora estamos haciendo todo para recuperar a esta perrita”, comenta Sintia.

Ponerlos a dormir ya no es la única opción cuando el médico veterinario detecta patas fracturadas en animales domésticos o cuando diagnostica secuelas severas de enfermedades potencialmente mortales como el distemper y la erliquia.

Así como Abejita, decenas de perros y gatos llegan diariamente a Fisiovet para recuperar la movilidad de su cuerpo y calmar su dolor. Otro caso que atendió Antuaned la mañana de nuestra visita fue el de Arturo, un gato de 1 año y medio recién operado de una luxación de cabeza de fémur.

Mientras le aplicaba compresas calientes en la cadera, ella explicó que la fisioterapia es fundamental para regenerar tejidos y desinflamar.

Ésta consta de dos áreas: los agentes físicos y los ejercicios terapéuticos. En los primeros se usa termoterapia (calor), ya sea irradiado o directo. Con sus pacientes Antuaned usa calor directo aplicando compresas calientes (bolsas secas rellenas de un material especial que se calienta en el microondas). También aplica magnetoterapia y electroterapia.

“Las altas temperaturas ayudan a reducir el dolor pues generan un aumento de la irrigación sanguínea. Al haber mayor circulación, la sangre traslada los nutrientes al organismo y con esto los músculos se oxigenan y se nutren. Un músculo nutrido y oxigenado es un músculo que se puede regenerar más rápido, se le puede exigir ejercicio y éste va a responder. Esto también contribuye con la desinflamación y disminuye la tensión muscular, pues el dolor suele tensar el músculo”, explica la especialista.

Fredy Ormeño acompaña a su perro Blacky de 13 años de edad.

La magnetoterapia usa campos magnéticos que ayudan con la regeneración de un tejido. No emite calor, pero sí un campo magnético. Es similar al biomagnetismo, que también es un tratamiento regenerador. La electroterapia, por su parte, ayuda a disminuir el dolor y estimular el sistema nervioso o un nervio que no esté funcionando bien.

“Normalmente gatos y perros se recuperan en un mes y medio de terapia intensiva. Toda recuperación neurológica o traumatológica nunca es al 100%, pero alcanzamos un 95%, el resto apenas se nota”, señala Antuaned.

Así como llegan mascotas con golpes o síntomas generados por enfermedades, también llegan muchos animales de la tercera edad con cuadros de displasia, artritis y artrosis, síntomas que se agudizan en invierno. Pese a estar en el límite de su vida, muchos dueños quieren darle calidad de vida a sus mascotas hasta el último día.

La fisioterapista Evelyn trabaja con Kina, una Labrador de la tercera edad.

Betsy Chujutalli, administradora de la veterinaria Fisiovet, lleva siete años en el rubro veterinario y asegura que a diferencia de años atrás, hoy en día las mascotas son más valoradas por sus dueños.

“El solo hecho de que haya centros veterinarios especializados en Lima habla de cómo la gente ya incluye en su presupuesto el cuidado de sus mascotas. Ya no son solo el guardián de la casa, ya son el hijo, el engreído”, comenta Betsy. “Antes, cuando operaban a la mascota y ésta no podía caminar, el dueño no se hacía problemas y lo sacrificaba, no le daba la opción de recuperarse, hoy buscan opciones, buscan darle una mejor calidad de vida”.

Mientras lleva a Abejita al gimnasio para su sesión con la pelota que la obliga a ponerse de pie, Antuaned explica que con el debido tratamiento, casos como éste suelen recuperarse casi por completo.

“En el Perú, en los últimos 10 años hemos pasado de sacrificar perros por temas de parálisis a causa de erliquia o distemper a tener un 90% de éxito en su recuperación gracias a la fisioterapia. El año pasado tuve 5 pacientes con secuela de distemper y los 5 se recuperaron, solo uno caminó un poco menos que el resto”, señala.

Ahora, si bien su trabajo es crucial para la recuperación del animal, éste no tendría el mismo resultado sin la ayuda de los dueños o rescatistas. Antuaned asegura que es necesario hacer un trabajo en equipo y ponerle empeño complementando el tratamiento en casa.

Maura en plena de sesión de hidroterapia. Ella fue rescatada con un perdigón en la columna que le paralizó el tren posterior. Ha mejorado con la terapia.

Apoyo social

recibe constantemente casos de animales rescatados de un atropello, de abuso, de situaciones extremas de abandono o de familias que apenas pueden con los gastos del hogar. Tanto Betsy como Antuaned entienden que no todos pueden asumir el costo de un tratamiento completo de fisioterapia, por eso sugieren que todo veterinario tenga siempre un área de apoyo social pues es una forma de contribuir con los animales y las personas de bajos recursos que aman a sus animales.

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