(Foto: Municipalidad de Surco)
(Foto: Municipalidad de Surco)
María Alejandra López

En la entrada de la Subgerencia de Fiscalización de la Municipalidad de Surco hay cientos de personas y motos que entran y salen a todas horas, y un detalle muy especial que llama la atención a simple vista: un enorme comedero de madera con un nombre inscrito: «Solovino».

Y es que un integrante de la subgerencia tiene un trato más especial que los demás: la posibilidad de vivir y, al mismo tiempo, trabajar desde casa.

Solovino junto a Gretti Llosa, una de sus madres en la Subgerencia de Fiscalización de Surco.
Solovino junto a Gretti Llosa, una de sus madres en la Subgerencia de Fiscalización de Surco.

“¡Solovino está en planilla!”, bromea Gretti Llosa, coordinadora de la subgerencia. Ella es una de las responsables de cuidar al perrito que hoy es el engreído de las oficinas de fiscalización.

Y es que hace un año, durante la pandemia, los trabajadores se encariñaron con uno de los canes que apareció en la puerta: una mezcla de beagle y salchicha que ellos bautizaron como Solovino.

“Nos encariñamos con él porque lo vimos en mal estado y a nosotros nos gustan mucho los animales. Por eso, decidimos darle comida y agua, y así fue como se quedó aquí”, confiesa Llosa.

Una familia numerosa


La fiscalizadora Mhitsy Delgado brindó cobijo a 'Solovino' cuando el can apareció en la puerta. Hoy es una de las trabajadoras que más lo engríe.
La fiscalizadora Mhitsy Delgado brindó cobijo a 'Solovino' cuando el can apareció en la puerta. Hoy es una de las trabajadoras que más lo engríe.

Solovino tiene muchos padres y madres, ya que todos los trabajadores de la Subgerencia de Fiscalización se encargan de velar por sus necesidades para asegurarle la mejor calidad de vida.

“Entre todo el personal operativo y administrativo nos turnamos: somos responsables de su agua, comida, aseo y vacunas. ¡Está mejor alimentado que cualquiera! Además, él nunca está solo: los chicos de vigilancia lo cuidan mañana, tarde y noche”, agrega Llosa.

Felizmente, también ha recibido el apoyo de especialistas como el veterinario Pedro Ramos, así como la veterinaria Patitas y la Clínica Veterinaria Rondón.

“Cuando lo encontramos, le pusieron una vacuna anual y lo desparasitaron. También le hicimos descartes de todo tipo. Afortunadamente, no le diagnosticaron un problema grave”, añade Llosa.

Solovino se moviliza sin problemas por todas las instalaciones de fiscalización. Incluso, dentro de la oficina, hay un jardín en el que también descansa y a veces escapa del sol.
Solovino se moviliza sin problemas por todas las instalaciones de fiscalización. Incluso, dentro de la oficina, hay un jardín en el que también descansa y a veces escapa del sol.

Gracias a los cuidados de la subgerencia, Solovino no solo tiene un hogar y cientos de familiares, sino también varias comodidades que no tenía cuando vivía en las calles: una cama en cada piso de la subgerencia, un comedero con su nombre y hasta un uniforme hecho a su medida.

“Le mandamos a hacer su chaleco en el mercado y también tiene una correa personalizada, en donde figura mi número de teléfono”.


Trabajador a tiempo completo


El único perro que tiene una correa personalizada por la Subgerencia de Fiscalización de Surco es Solovino.
El único perro que tiene una correa personalizada por la Subgerencia de Fiscalización de Surco es Solovino.

Según cuentan los trabajadores, una vez hubo un robo en un estacionamiento cercano y Solovino alertó al personal de vigilancia. Incluso, el can ha sido transportado en las camionetas de fiscalización para acompañar a sus compañeros.

Sin embargo, hoy esos viajes han quedado en pausa... “Ahora está haciendo bastante sol y él no puede estar mucho tiempo afuera porque le puede dar un golpe de calor. Además, tratamos de no exponerlo a ningún peligro”, señala Llosa.

"Estás estresado, lo miras y te alegras. Para nosotros es un fiscalizador más. Es parte de la familia", confiesa Mhitsy Delgado. (Foto: Municipalidad de Surco)
"Estás estresado, lo miras y te alegras. Para nosotros es un fiscalizador más. Es parte de la familia", confiesa Mhitsy Delgado. (Foto: Municipalidad de Surco)

Hoy el can pasa casi la mayor parte del día refrescándose bajo una sombra en el jardín de la fiscalización así como jugando en el parque que se encuentra cruzando la calle.

“Él sale a hacer sus necesidades. Nunca hace adentro porque sabe que esta es su casa. A veces sale a corretear o a jugar pero siempre regresa”, resalta Llosa.

Finalmente, Solovino ya sabe cuál es su hogar y está seguro de que siempre puede regresar a él.

Al igual que Solovino, hay cientos de perros en las calles en busca de un hogar que les brinde seguridad y amor. Ingresa a y conoce cómo puedes cambiar una vida esta Navidad.

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