Qué habrá pasado con este perro que en sus primeros días con los Huaranga, se asustaba con la escoba, con el ruido de la licuadora, hasta se frenaba cuando veía escaleras y temblaba cuando alguien se sacaba los audífonos de los oídos.
A Makito le calculan unos 5 años de edad y hace poco fue adoptado por Verónica Huranga. Los primeros días fueron un pequeño reto pues hubo que acostumbrarlo a actividades simples y cotidianas como caminar con correa, subir y bajar escalones, y viajar en auto.
“Felizmente no solo es un perro dócil, sino que también es muy inteligente y aprende rápido”, comenta Verónica.
De no ser por el albergue Amor y Rescate, y por la asociación sin fines de lucro WUF, tal vez otra sería la historia de Makito. Cuentan sus rescatistas que lo encontraron en una bolsa de basura con un problema muy serio en la piel.
Una vez tratado y sanado, Makito fue puesto en adopción y Subaru decidió auspiciarlo. Desde el 2016, esta marca de autos y camionetas SUV auspicia al 50% de los perros que actualmente están en adopción a través del portal de WUF (wuf.pe).
La persona o familia que adopte a uno de los Wufs auspiciados, cuyas fotografías publicadas en el portal wuf.pe/adopta llevan el logotipo de Subaru, recibe una clase de entrenamiento gratis y galletas CookieDogster. Además, se les da un collar WUF, una cama y carnaza Dentitoy, regalos que también recibe todo perro adoptado a través de WUF.
“Makito es un esfuerzo de todos. Me encanta ver cómo se va adaptando y empieza a disfrutar de las cosas que le enseñamos. Por ejemplo, hace unos días me lo llevé a Miss Cupcake y no me importó ir desde La Molina hasta Miraflores. Nunca imaginé poder llevar a mi perro a un café. Y de regreso paramos en el Playland Can (San Borja) con mis sobrinos y le encantó”, comenta Verónica.
Otra anécdota que a Verónica le encanta compartir es cuando Makito se puso a gruñirle a Luis Miguel. Sí, al cantante. Cuando lo adoptó, Verónica estaba pegada a la serie del cantante mexicano en Netflix y, al parecer, Makito nunca había visto un televisor, menos aún procesaba qué hacían personas hablando y cantando detrás de una pantalla.
Hacía rato que Verónica quería un perro, pero los estudios la tenían mucho tiempo lejos de su casa y no llegaba a ponerse de acuerdo en los horarios con su hermana y su mamá. No les parecía justo que su nueva mascota pasara muchas horas sola. Hasta que encontraron el espacio y decidieron buscar a un perro adulto para adoptar.
“¿Por qué adulto? Los cachorros son lindos, pero se orinan, hay que educarlos y estar detrás de ellos viendo que no destrocen la casa. Los adultos ya están hechos. Makito, por ejemplo, no pisa la 'popó' que hace en la calle, un cachorro lo haría de hecho. Makito es un señor que ya sabe lo que quiere. Además, casi nadie quiere perro adulto y quisimos darle la oportunidad”, dice Verónica.
Para suerte de los Huaranga, Makito resultó ser lo que esperaban y para cualquier duda, saben que pueden llamar a WUF y pedir apoyo al equipo de WUF Adopta.
“De niña tuve un perro, Pudi, era blanco caramelo, cruzado y también era adoptado, pero recién ahora me toca promover la adopción. Con Makito ha sido la primera vez que visito un albergue. Es diferente ver un perro del parque con dueño que perros de albergue, que al verte se te suben, te besan, te abrazan... Terminé embarrada pero feliz. Lo recomiendo hacerlo al menos una vez en la vida pues ellos están listos para darte mucho amor”, agrega.