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Kumbia encontró quién baile a su ritmo - 2

Por Andrea Carrión /

Kumbia personifica –o perronifica- la famosa frase ‘No hay mal que por bien no venga’.

En apenas 11 meses de vida, esta perrita de raza mixta ha pasado por varias manos. No se sabe bien cómo es que llegó a su primer hogar, lo que sí se sabe es que la invitaron a salir apenas la otra perrita que vivía con ella tuvo crías.

Kumbia, que en aquellos meses respondía a otro nombre, fue a parar al albergue municipal del consultorio veterinario de la Municipalidad de La Molina. Su color y tamaño no la hacían la mejor candidata para ser adoptada inmediatamente, pero para sorpresa de muchos, ella venció los pronósticos.

Kumbia consiguió otra familia. Se fue a casa con sus nuevos humanos, hasta que estos mismos humanos compraron un perro de raza y decidieron regresar a Kumbia por donde vino. Una vez más volvía a practicar su mejor pose y sonrisa detrás de la puerta de vidrio del albergue en La Molina, pues estaba segura de que muy pronto alguien la querría de verdad. Y no se equivocó.

Poco tiempo después de haber sido doblemente abandonada, Kumbia vio entrar a Brian Vega. Suponemos que habrá pensado “a éste no lo suelto ni hablar” pues, según narra Brian, esta perrita hizo su mejor esfuerzo por hacerse notar.

“Yo quería un perrito y tenía claro que quería adoptarlo. Busqué en varios refugios y cuando llegué al albergue de municipalidad, vi a un perro que me gustó, pero Kumbia, que estaba al lado, se me acercó y me lamió. Justo la acababan de esterilizar hacía pocos días, pero igual se me acercó, por eso siempre digo que ella me eligió”, comenta Brian.

La llevó a casa sin que nadie en su familia supiera, algo nada recomendable cuando de llevar mascotas nuevas a casa se trata. Pero él confiaba en que la acogerían, y es que antes ya habían tenido perros.

Kumbia ya cumplió 6 meses viviendo con los Vega y según Brian, no se sabe quién está más feliz, si la perrita o ellos. Tal es el amor que le ha agarrado a su mascota que Brian, artista de 23 años, le hizo una Ilustración elaborada con acrílicos.

“Siempre bromeamos con mis papás y decimos que Kumbia es de El Bronx (un sector de Nueva York famoso por alta su alta criminalidad), aunque en verdad es muy buena”, dice Brian.

Así como Kumbia fue elogiada con una pintura, Brian también ha sido reconocido por haber cambiado más de una vida, y es que al adoptar de un albergue, dejamos espacio para que otro animal sea atendido. Hace poco la asociación Humans of WUF, una campaña que busca promover la adopción de mascotas.

Publicación en WUF

Antes de Kumbia, Brian no pensaba en que adoptar una mascota era una opción. Recién con la explosión de las redes sociales tomó conciencia de la inmensa necesidad que tienen millones de animales en el mundo.

“Una y otra vez ves y escuchas de perros y gatos en adopción. Hay animales lindos de raza, pero me parece un estereotipo más, no hace ni menos ni más un perro”, dice Brian. “No sé si estos animales se den cuenta de cómo podemos cambiarles la vida por completo. Hoy ella es un perro feliz, sería chévere que un montón de gente se diera cuenta de lo que pueden hacer por ellos”.

EL DATO

El consultorio veterinario de la Municipalidad de La Molina tiene un programa de servicios gratuitos y de bajo costo para quienes adoptan perros o gatos de su albergue.

Para más información, ingresa aquí.


'Humans of WUF'

A mediados de agosto la asociación sin fines de lucro  lanzó ‘Humans of WUF’ (traducido al español, Humanos de WUF), una nueva acción que busca reforzar el foco de su misión; motivar a más gente a adoptar una mascota, o al menos empezar a considerarlo.

Inspirado en el proyecto ‘Humans of New York’, el que desde el 2010 retrata la vida cotidiana de cientos de residentes de esta ciudad, WUF se ha propuesto hacer algo similar con individuos y familias que han adoptado una mascota en el Perú.

Esta campaña consiste en subir una fotografía del perro y su dueño en el muro de WUF en Facebook, junto con un comentario del adoptante.

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