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Lo rechazaron por chusco, pero el amor pudo más - 5

Por Andrea Carrión /

La de Héctor es una de esas historias en las que solo basta con mirar más allá de lo evidente para descubrir un regalo que te cambia la vida.

Le sucedió a Andrea Salazar. Un día salía de su edificio y se encontró con un perro que, claramente, no estaba en su mejor día. Había seguido a una vecina desde el paradero y se le veía cansado.

Andrea le ofreció agua y se la tomó toda. Esa noche el perro regresó a la puerta del edificio y Andrea esta vez bajó con más agua y croquetas. Al día el animal siguiente seguía ahí.

“Yo me lo quería quedar, pero mi hermana y mi mamá no querían , decían que era muy chico el espacio. Incluso mi hermana me dijo que no lo quería porque era chusco, mientras que algunos vecinos decían que le daba mal aspecto al edificio por la misma razón”, recuerda Andrea.

Decidida a convertirlo en el guapo de la cuadra, Andrea llevó al perro a la veterinaria más cercana para que lo bañaran, le cortaran las uñas, le limpiaran sus orejas... todo para tratar de convencer a su familia de que él era el perro que esperaban.

“Como en esa época mi mamá y mi hermana trabajaban lejos de casa todo el día, lo metí en mi departamento, pero antes de que llegaran, tuve que bajarlo a la calle nuevamente. Fue en esos días que algunos vecinos llamaron a la perrera municipal. Felizmente, llegó Serenazgo y no se lo llevaron muy lejos pues al día siguiente regresó a mi edificio”, comenta Andrea.

Ese mismo día lo atacó un perro y fue ahí que la mamá de Andrea aceptó recibirlo en el departamento, pero fue temporal. El perro, a quien ya habían bautizado como Héctor, volvió a la calle y desapareció por varios días

“Lo esperé todo el día siguiente y los días que siguienron, miraba desde la ventana y nada. Pero una tarde regresó y estaba asqueroso. Lo metí a mi ducha y lo bañé. Ese día decidí ponerme fuerte y anuncié que Héctor no se iba más”, dice Andrea.

Bastaron pocos días para que Karla, la hermana de Andrea, y su mamá Patty, quedaran embobadas con la personalidad de Héctor, pero sentían que necesitaban hacer algo más.

Buscaron un entrenador para que las ayudara a educarlo, incluso aprovecharon la visita a Lima que hizo César Millán en el 2013 para entenderlo mejor. En muy poco tiempo este ex perro callejero se convirtió en el rey de esta casa. Las tres estaban sorprendidas de lo bien que se había adaptado, hasta que una noticia las congeló; Héctor tenía un tumor maligno en el pecho.

“¡Cáncer! No lo podíamos creer. Nos recomendaron mil medicinas y entre ellas las naturales. Fuimos a la Universidad Agraria a comprar de todo, le cambiamos su alimentación y dos meses después nos dijeron que estaba sano”, comenta Andrea.

Ya van 4 años y medio desde que Héctor llegó a esta familia y el hecho de recibirlo, cuidarlo, alimentarlo y quererlo han convertido a Andrea, Karla y Patty en tres heroínas más de ‘Humans of WUF’, una campaña impulsada por la asociación  que busca darle vitrina a historias que promuevan la

Hace 5 meses Andrea se casó y no pudo convencer a su esposo de llevar a Héctor, felizmente Karla y Patty ya estaban demasiado enamoradas de él como para dejarlo ir.

“No tienes una idea de cómo me chocó. Ahora ellas se encargan más de Héctor, pero igual nos turnábamos su cuidado, lo paseamos 3 veces al día, igual lo sigo viendo seguido”, dice.

A esta alturas Andrea asegura que Héctor se ha ganado el corazón de todos, al punto de que es bienvenido en cada reunión familiar.

“No hay mayor recompensa que el amor que te da un perrito al adoptarlo. Muchos se preocupan por tener un perro de raza, pero estoy convencida de que la gratitud que te demuestran cuando los adoptas, no tiene precio”, asegura. “No se fijen en el exterior, al final son compañeros y siempre estarán a tu lado sin prejuicios”.

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A mediados de agosto la asociación sin fines de lucro WUF lanzó ‘Humans of WUF’ (traducido al español, Humanos de WUF), una nueva acción que busca reforzar el foco de su misión; motivar a más gente a adoptar una mascota, o al menos empezar a considerarlo.

Inspirado en el proyecto ‘Humans of New York’, el que desde el 2010 retrata la vida cotidiana de cientos de residentes de esta ciudad, WUF se ha propuesto hacer algo similar con individuos y familias que han adoptado una mascota en el Perú.

Esta campaña consiste en subir una fotografía del perro y su dueño en el muro de WUF en Facebook, junto con un comentario del adoptante.

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