Con el tiempo y los cuidados recibidos, Loki fue cambiando de cara. (fotos: thedodo.com)
Con el tiempo y los cuidados recibidos, Loki fue cambiando de cara. (fotos: thedodo.com)
Andrea Carrión

Es muy común escuchar “ese perro no lo elegí yo, ese perro me eligió a mi”. Claro que no siempre es el caso, pero pasa. Ela Okreša Đurić lo sabe bien.

Un día andaba jugando Pokemon Go con su novio y unos amigos, cuando de pronto, en lugar de un pokemón, apareció un . Por la pinta que traía este animal, según describe Đurić, bien podría haber pasado por alguna de las extrañas criaturas de este juego virtual. Su pelaje estaba completamente enredado, sucio, lleno de pulgas y garrapatas, y encima el pobrecito estaba tan cansado que apenas mantenía los ojos abiertos.

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Đurić dejó que el perro se le acercara y que oliera su mano, y ella aprovechó para hablarle con dulzura, según señala thedodo.com en su artículo sobre este encuentro.

Lo más curioso de todo es que Đurić llevaba más de dos meses buscando adoptar un perro. Había visitado varios albergues, probado con varios candidatos, pero con ninguno había hecho química.

Increíblemente, esa conexión que tanto había esperando tener, la encontró con este perro negro sucio y despeinado, al que rápidamente llamó Loki.

El primer día, apenas podía mantener sus ojos abiertos.
El primer día, apenas podía mantener sus ojos abiertos.

Pese al cansancio, Loki siguió a Đurić y sus amigos el resto del juego, sin sospechar que ello le estaba ganando un pasaje a su nuevo hogar... o tal vez al hogar que nunca tuvo.

Đurić lo llevó a casa. Ahí aprovechó para contactar a la perrera más cercana y un encargado llegó con un escaner para verificar si el perro tenía algún microchip con información que pudiera llevarlos a algún propietario. No encontraron nada.

Antes de irse, el encargado ofreció llevárselo a la perrera, pero Đurić les dijo que Loki ya había encontrado un hogar.

Muchas personas tiene la falsa creencia que los perros callejeros son agresivos y problemáticos. Hay casos, sí, pero no es una regla. Loki es un ejemplo.
Muchas personas tiene la falsa creencia que los perros callejeros son agresivos y problemáticos. Hay casos, sí, pero no es una regla. Loki es un ejemplo.

Tomada la decisión de adoptarlo, Đurić lo llevó al veterinario para que le hicieran los exámenes correspondientes. Siempre que se encuentra un animal doméstico en la calle y se decide llevarlo a casa, es muy importante que pase por los exámenes de rutina para descartar enfermedades y para darles un buen baño, no querrás que tu casa termine con visitantes extras.

Afortunadamente Loki estaba en buen estado de salud y el baño eliminó hasta la última pulga. Lo único que quedaba entonces por hacer es enseñarle a ser un perro de casa y a hacer cosas como perseguir la pelota y hacer sus necesidades afuera, algo que no tardó en aprender.

En casa al fin.
En casa al fin.

En en el mundo hay millones de perros callejeros que se pasan el día no solo buscando agua, comida, sino sobretodo a alguien como Đurić que se anime a adoptarlos y amarlos para siempre.

El Perú no es la excepción. Se estima que aquí tenemos cerca de 6 millones de perros desamparados y por eso existen asociaciones sin fines de lucro como dedicadas a trabajar para crear un mundo mejor para todos ellos.

Si quieres adoptar un perro y aún no encuentras el o la que buscas –tal como le sucedió a Đurić–, tal vez WUF puede ayudar. Solo ingresa a para ver las fotos e historias de los Wufs. Seguro alguno te conquista a primera vista.

Así se ve parte de la sección Adopta en el portal de WUF.
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*La historia de adopción de Đurić y Loki fue tomada de thedodo.com

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