Nunca imaginaron lo que despertaría una albóndiga

Si bien esta historia nació en el 2014, lo que siguió es como un cuento de hadas para cualquier mascota desamparada... y para cualquier amante de los animales.

Todo comenzó con una albóndiga. Cuatro atletas suecos que estaban en Ecuador participando en un campeonato mundial de aventura extrema, se cruzaron con un perro callejero en pésimas condiciones y bastante hambriento. Nunca imaginaron que alimentarlo sería suficiente para sumar un quito integrante a su equipo.

El perro los siguió a lo largo de los 430 millas de obstáculos y 6 días que duró la competencia. Como un atleta más, el animal cruzó carreteras, pueblos, defendió a sus compañeros de otros perros callejeros y hasta cruzó a nado un río de noche, solo por permanecer junto a los atletas que iban en kayak.

Durante la competencia el perro fue bautizado como Arthur y al final fue adoptado por Mikael Lindnord. Tras una serie de trámites y una obligatoria cuarentena, este animal acostumbrado al hambre y la indiferencia, se convirtió en la mascota de la familia Lindnord, en una casa ubicada al norte de Suecia.

Pero ahí no terminó su participación en competencias. En 2015, acompañó a Mikael en la versión sueca de la carrera Global Wings for Life, corriendo 18 kilómetros junto a su dueño.

Hoy, cuando está en casa, acompaña a sus dos hermanos humanos, lo que la familia documenta en la cuenta de Instagram de Mikael.

Arthur se ha vuelto tan famoso, que muchos medios de comunicación han compartido su historia, como lo hizo ESPN produciendo un documental en su nombre, el que fue nominado a un premio Emmy. Incluso Mikael se animó a narrar su propia historia y en mayo del 2016 publicó el libro “Arthur, el perro que cruzó la jungla para encontrar un hogar. Ya está planeando publicar un segundo libro titulado “Arthur & sus amigos”, sería para septiembre de este año.

Pero ahí no acaba. Motivados por Arthur, los miembros del equipo de Mikael crearon la Fundación Arthur, cuya misión es transformar la triste realidad de muchos perros callejeros en Ecuador y apoyar la ley de ese país que defiende a estos animales del abuso y la violencia a la que están expuestos.