Kirra junto a Michela y Branco, los hijos de Mariella. (Foto: Cortesía)
Kirra junto a Michela y Branco, los hijos de Mariella. (Foto: Cortesía)
Andrea Carrión

Hace 3 años, para Mariella Cassalino tener un perro no era una opción. Entonces vivía en un departamento en el que apenas entraban ella, su madre, sus dos hijos y sus dos gatos. Pero todo cambió el día que apareció Kirra.

Era octubre del 2016 y esta perrita fue llevada al local de la Municipalidad de Punta Hermosa, donde trabaja Mariella.

“Llegó con unas chicas que la habían encontrado desolada en la playa y uno de sus ojos colgaba como un resorte”, recuerda Mariella. “Nos pidieron ayudarla, así que hicimos una colecta y la mandamos al veterinario. Luego de su operación había que cuidarla, así que la llevé a mi casa”, cuenta.

Kirra
Kirra

Mariella publicó fotos de la perra en Facebook con la esperanza de encontrar a su familia o a algún interesado en adoptarla. Mientras tanto le compró una camita y sus hijos la ayudaron a alimentarla, a pasearla y a hacerle las curaciones necesarias. La llamaron Kirra en honor a un perro que Mariella tuvo años atrás.

No fue fácil los primeros días. Kirra era muy miedosa, temblaba por todo; la escoba, la aspiradora, el trapeador, los ruidos fuertes, los dos gatos, hasta en la calle cuando pasaban carros y perros cerca se asustaba.

“Sin embargo, era súper obediente. Siempre estaba en su cama, casi no se movía. Luego con el tiempo se volvió más confianzuda. Se empezó a subir a las camas, a corretear de felicidad en la casa, a saltar, pedir comida, a revisar los tachos de basura y, en ocasiones, a robarse comida, en especial cuando hacíamos parrilla. Descubrimos que es una excelente ladrona de chorizos, salchichas y carne”, recuerda Mariella.

¿Y dónde estará Kirra? También es excelente camuflándose entre las colchitas para ganar espacio en las camas.
¿Y dónde estará Kirra? También es excelente camuflándose entre las colchitas para ganar espacio en las camas.

Meses más tarde, mientras Mariella y Kirra paseaban por un parque cerca a la playa El Silencio, una persona la saludó efusivamente. "¡Chorizo!, exclamó ¿Dónde has estado?". Kirra se puso patas arriba moviendo la cola. Se conocían. Resulta que ese había sido su barrio, ahí había vivido en la calle con su mamá y su hermana.

Mariella nunca supo qué le había pasado a Kirra, ni cómo perdió su ojo. Días después regresó al mismo parque para visitar a la mamá y hermana de Kirra. Cuenta que al inicio se gruñeron, luego se olfatearon y de ahí empezaron a jugar y a saltar una encima de otra. ¡Hasta se despulgaron! Su mamá le quitó las pulgas haciendo un movimiento raro con los dientes. Jugaron un rato más y cuando Mariella subió a su auto, Kirra decidió seguirla.

“La adoptamos porque nos encariñamos muy rápido con ella, además no podíamos regresarla a la calle, eso nunca fue una opción, es un buen perro, Desde el inicio nos ha acompañado a todos lados. Duerme al pie de mi cama y se sube a la cama de mis hijos. En las mañanas, cuando los voy a despertar, los encuentro bien abrazados”, comenta.

Kirra
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Kirra no solo es buena compañía en casa, también lo es cuando Mariella sale a correr a la calle. Van un buen tramo por las playas Señoritas y Caballeros, ambas tienen buen físico y para Kirra tener un solo ojo no es problema. Claro, aún es miedosa con otros perros, pero se las arregla escondiéndose detrás de los tachos como queriendo pasar desapercibida. Mariella le silba para que le de el alcance.

Kirra también acompaña a Mariella y su familia cuando se van de campamento. Le encanta. Mariella es co fundadora de , una empresa que organiza paseos caninos en la naturaleza para reforzar el vínculo con nuestras mascotas.

“Ella disfruta mucho de las actividades al aire libre, por eso cada vez que se puede también sale a las caminatas de Aventura Canina. A pesar de que le da miedo otros perros, va aprendiendo a socializar. Y cuando vamos de ‘camping’ ella duerme en su colcha o encima de uno de nosotros. Es una más de la familia, nos acompaña a todos, hasta a mi mamá. Gracias a Kirra, mi mamá sale a caminar y es justo lo que necesita”, agrega Mariella.

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Rescatar y adoptar un animal callejero es un gesto de gran generosidad, pero no es necesario esperar a encontrarse con uno deambulando herido por la calle para adoptar a uno que lo necesite.

es una asociación sin fines de lucro dedicada a promover la adopción de perros y que cuenta con una galería virtual en la que podrás encontrar una serie de perros que, actualmente, se encuentran en un albergue y en perfecto estado de salud, y a la espera de una familia.

Para más información, visita

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