Dai Tapari muestra orgullosa el resultado de un proyecto que beneficia a muchos perritos callejeros de Lanús.
Dai Tapari muestra orgullosa el resultado de un proyecto que beneficia a muchos perritos callejeros de Lanús.
Andrea Carrión

Con demasiada frecuencia encontramos en redes sociales publicaciones de personas que piden ayuda a segundos, terceros, cuartos, etc. para ayudar con casos de abandono o adopción de mascotas. Con más frecuencia aún vemos personas que comparten comentarios como “Pobrecito”, “Desgraciado”, “¡Hay que ayudarlo!” o “Que alguien ayudeee”.

Son pocos los que realmente son conscientes y ven que si queremos ver un cambio, éste tiene que venir de uno mismo. Dai Tapari es una de esas pocas personas que lo entendió temprano y luego de remangarse las mangas y pedir ayuda, puso a andar su idea.

"Lo único que espero es que no rompan algo que fue hecho con tanto amor", escribió Tapari en su publicación.
"Lo único que espero es que no rompan algo que fue hecho con tanto amor", escribió Tapari en su publicación.

A fines de julio, está argentina de la ciudad de Lanús, de 19 años de edad, publicó en Facebook una serie de fotografías que dan cuenta de las casitas para perros que ayudó a crear junto con algunos familiares y amigos.

“Levantarme todos los días a las 6 de la mañana, y ¿con qué me encuentro? Con una triste realidad. Son incontables los perros que hay en la calle sin comida, sin techo, pero principalmente sin amor”, escribió Tapari en el encabezado de su publicación. “Hacer el mismo recorrido todos los días, ver en su cara tanta tristeza tanto miedo, ver eso y no poder hacer nada me desesperaba. No lo dudé, sabía tenía que hacer algo, no podía pasar y hacer de cuenta que no veía nada, ver sufrir a un ser que para mí es tan único y especial me partía el alma. A la semana compré comida y cada vez que veía a un perro, le daba de comer. No era gran cosa, pero a mi me llenaba el alma saber que por lo menos yo estaba haciendo algo por ellos. Pero el gran problema ahora era que no solo pasaban hambre, sino también frío, mucho frío. Lo que estaba haciendo no alcanzaba”.

Su papá le ayudó a conseguir las cajas de cartón.
Su papá le ayudó a conseguir las cajas de cartón.

Tapari le pidió ayuda a su papá para conseguir cajas de cartón. Juntos improvisaron casitas individuales para que los perros callejeros se protegieran del clima extremo y las forraron para que la lluvia no las afectara. Y mientras armaba más casitas, pidió el favor a sus tías para que la ayudaran a guardar las primeras casas, pues en su casa ya no había suficiente espacio.

El siguiente reto fue encontrar un vehículo que los ayudara a repartir las casitas, afortunadamente un amigo de su padre se unió a la misión y prestó su camioneta.

Un amigo del papá de Tapari ayudó con el transporte.
Un amigo del papá de Tapari ayudó con el transporte.

Luego de agradecer a todas las personas que se sumaron a este sueño de acobijar a los perros, Tapari escribió:

“Haciendo esto mi alma se llena y soy feliz. Sí, soy feliz con saber que con mi ayuda cuido a muchos perros. Por favor, miremos a nuestro alrededor y notemos que con algo tan sencillo se puede ayudar, y mucho. Lo único que espero es que no rompan algo que fue hecho con tanto amor. No puedo explicar en palabras lo que siento cada vez que veo un perro en la calle. Toda mi vida voy a defender y hablar por los animales”, concluye Tapari.

Las casitas cumpliendo su objetivo.
Las casitas cumpliendo su objetivo.
Las casitas cumpliendo su objetivo.
Las casitas cumpliendo su objetivo.
Las casitas cumpliendo su objetivo.
Las casitas cumpliendo su objetivo.
En apenas una semana de compartida su publicación, Tapari ha tenido muy buena interacción: Más de 22,700 compartidos y más de 31 mil likes. sin mencionar la cantidad de comentarios alentadores.
En apenas una semana de compartida su publicación, Tapari ha tenido muy buena interacción: Más de 22,700 compartidos y más de 31 mil likes. sin mencionar la cantidad de comentarios alentadores.

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