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Vanessa Saba, apasionada socorrista de animales desamparados - 4
Redacción EC

Por Andrea Carrión / WUF

Vanessa Saba ha ganado fama por ser la mala de la película, aunque en la vida real está muy, pero muy lejos de serlo.

Hace poco la modelo y actriz peruana terminó de filmar las escenas de su próxima producción, “Margarita”, una comedia familiar escrita por ella, dirigida por su esposo, el director de cine Frank Pérez Garland, y en la que participan los actores Giovanni Ciccia y Francisca Aronsson.

Giovanni Ciccia junto a la joven actriz Francisca Aronsson y Lazmie, la perrita que interpreta a Pinocho.

No es la primera vez que Saba escribe un guión para película, pero sí la primera vez que incluye en la trama a un perro en estado de abandono. Alguien le sugirió que una mascota completaría la figura de familia y ella no dudó un segundo en aceptar la propuesta, no solo por creerla acertada sino también por el profundo amor que siente hacia los animales.

La actriz peluda de esta historia se llama Lazmie, una perrita que recientemente interpretó a Manchitas en las primeras escenas de la nueva telenovela peruana “Valiente amor”. En la película “Margarita”, que se estrenaría este setiembre, Lazmie interpreta a un perrito macho que se llama Pinocho, nombre puesto en honor al Schnauzer de Saba que falleció el año pasado.

“La de Pinocho es la historia de un perrito abandonado. La niña de la familia protagonista lo rescata y todos lo adoptan. Si iba a haber un animal en la historia me parecía una buena idea aprovechar y dar una especie de mensaje animalista. Se deja bien claro que el perrito es rescatado, se ve desde que lo encuentran echadito en la calle hasta que convencen al papá para que se quede en la casa”, comentó Saba en una reciente entrevista con .

Vanessa Saba junto a Lazmie, el perro que interpreta a Pinocho en la cinta

Animalista nata

Desde que concursó en el certamen de belleza Miss Perú en 1996, Vanessa Saba ha tenido una carrera muy bien aplaudida en el mundo del modelaje y el espectáculo. Ahí ha realizado grandes trabajos en cine, teatro y televisión, pero pocos saben que, paralelamente, ha venido desarrollando otra actividad tan apasionante como la actuación: el rescate y adopción de mascotas.

Cuenta que hace 15 años, cuando Charlie y Pinocho llegaron a su vida, ella no era tan consciente de la crisis que viven los perros cuando se encuentran en estado de abandono. De pronto, se le presentaron situaciones que ella nunca buscó, pero que se le hicieron imposible rechazar.

“El primer perro que rescaté fue Grunchi. Me acuerdo perfectamente de ese día. Lo vi al otro lado del parque y de pronto vino corriendo a mis pies. Estaba lleno de heridas, parecía que se había peleado. Pensé ‘¿Cómo lo voy a dejar en la calle?’, así que le dije ‘Trépate al carro’ y me lo llevé a una veterinaria cercana. Me dijeron ‘pero ¿no lo vas a dejar, no?’. Felizmente confiaron en mi. Lo recogí y estuve dando vueltas en la noche a ver si alguien lo quería, pero nadie lo quiso. Era chusquito, lindo el perro, muy inteligente y cariñoso, y muy gracioso. Lo llevé a mi casa. Charlie y Pinocho lo odiaron, así que fui donde mi mamá a pedirle ‘por favooor recíbelo’ y aceptó. El pobre estuvo bien deprimido cuatro días, se metió a un ropero, pero al toque se acostumbró... Hasta ahora creo que a ese perrito lo abandonaron porque tenía epilepsia. Había que darle pastillas para calmar sus convulsiones y miel pues su condición tenía que ver con el azúcar en su sangre”, recuerda Saba.

Pero ahí no terminan las historias, ella las recuerda tan bien como los guiones que le toca aprender.

Vanessa Saba sostiene a Charlie, un Schnauzer de 15 años de edad que pese a su parcial ceguera no pierde el espíritu.

“Algunos perros no se dejan agarrar, no son tan dóciles, otros sí, como Alfi, la perrita que tienen mis papás ahora. La recogí yo, la encontré en la calle, pobrecita, estaba persiguiendo gente... cuando persiguen gente me da una pena horrible porque algo quieren. Me acerqué a ella, le dije ‘ven acá’ y se subió al carro al toque. Tenía una marca en el cuello horrenda, como si la hubieran ahorcado con una cadena. Hoy está feliz, es la hija de mis papás, ellos ya viven solos, entonces es la engreída. La llamaron Alfi”.

Y cómo olvidar a Negrita.

“A Negrita la recogí con (el director y escritor) Aldo Salvini. Estábamos grabando una novela y fuimos a La Punta (Callao). Ahí encontramos a tres perritos en la calle y había una que nos llamó la atención por ser la más chiquita y por estar muy deprimida. Nos partió el corazón, los otros dos ya estaban adaptados. Aldo me sugirió recogerla y fuimos a medias con los gastos. Se hizo la pila de los nervios en el carro. En la veterinaria SOS empezó a relajarse, la vimos más contenta. Se quedó ahí unos días y yo iba diario para sacarla a pasear. Al cuarto día encontró la mejor adoptante, una clienta que había estado buscando adoptar a un perrito sin importar qué era o cómo se veía. Ahora Negrita está gorda y feliz”.

Sultán y Bruno son otros dos perros que tuvieron suerte de cruzarse con Vanessa. A Sultán lo encontraron frente a la casa de la mamá de Frank luego de que ella llamara para decir ‘hay un perro que ha venido a morirse a la puerta’. Saliendo del teatro, lo llevaron a la veterinaria y poco tiempo después una chica lo adoptó y se lo llevó a Punta Negra.

En el caso de Bruno, Vanessa lo encontró una madrugada que llevó a sus perros al veterinario. Era chiquito y parecía un pomponcito negro. No pudo evitar recogerlo. Días después su amiga Sari lo adoptó.

“He tenido suerte de encontrar a gente buena y dispuesta a adoptar porque es bien difícil”, señala.

Basta con visitar su muro en Facebook para comprobar que su activismo no se limita a la calle. Cada vez que puede, Saba comparte fotos de perros y gatos perdidos, abandonados o en adopción. Ella explica que algo muy intenso la mueve a ayudarlos.

“La gente puede hablar, los animales no y eso es lo que más pena me da. Ellos ni siquiera se pueden suicidar, los animales están condenados a vivir lo que sea que les toque y si tienen que morirse de hambre, van a tener que hacerlo hasta el último suspiro. Los seres humanos pueden acabar con el dolor, los perros no, ellos dependen de la voluntad del ser humano y debe de ser aterrador (cuando están en una situación difícil). Eso me conmueve y si puedo ayudarlos en algo, por qué no”, señala Saba.

Ver cómo abraza y cuida de su querido Charlie de 15 años de edad es conmovedor, prueba suficiente de su amor y compromiso con los animales. Sabe que a su perro no le queda mucho tiempo y eso le duele, se siente en su voz. Pero a la vez no puede evitar sentir un profundo agradecimiento.

“Es interesante porque cuando Pinochito se fue, hacía un año que sentía cómo él y Charlie se estaban deteriorando y no sabía cómo tomar la decisión. Ahí te das cuenta de que realmente los vas a proteger no importa cómo pues no quieres que sufran. Es un día horrible, pero ese día llega y hay un breve momento de alivio porque ya no está sufriendo. Luego llega el momento en el que les dices ‘gracias, gracias por haber estado conmigo todo este tiempo’. Y es que ellos te dan un montón, mucho más de lo que les das tú”, asegura Saba. “Un ‘no perruno’ te dirá ‘pero si está tirado todo el día pidiendo cariño’. Sí pero ¿y la alegría que te dan? Y con los recogidos la alegría es mayor porque sabes que no se están muriendo de hambre, de frio, de dolor o de maltrato, sino que están bien cuidados. Saber eso es tremenda satisfacción”.

Antes de terminar esta entrevista, Saba recordó que hace unos días encontró en una veterinaria al doctor de turno atendiendo a un perrito que estaba “en sus huesos”, según sus palabras. Encima el especialista señaló que adentro había otro perro en las mismas condiciones.

“¿Por que hay gente que maltrata animales? ¿No entienden que son seres vivos... que son seres que sienten, que sufren? ¡No tienen derecho a hacer eso! Lo que sea que haya pasado en tu vida no tiene nada que ver con el animal, ellos no tienen la culpa. Mi mensaje a la gente es que no se hagan de mascotas si no las van a cuidar de verdad, no los pueden dejar tirados, sufren horrible”, dice Saba. “Y si quieres tener un perrito, éste te dará una felicidad enorme. Y si tienes hijos, genial, los niños son felices con un perro. Pero debes de hacerte responsable, son bien básicos, no es tan complicado: agua, comida, cariño y paseo para que no te embarre la casa y para que estire las patas. Y si está decaído, llévalo al doctor porque algo le puede pasar”.

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