Astrid Fernández y David Garmendia en el aeropuerto Jorge Chávez junto a sus mascotas Martín, Vivi, Cleo, Luna y Laica. Los acompañan Giuliaana Rivas y Mónica Quezada (izquierda).
Astrid Fernández y David Garmendia en el aeropuerto Jorge Chávez junto a sus mascotas Martín, Vivi, Cleo, Luna y Laica. Los acompañan Giuliaana Rivas y Mónica Quezada (izquierda).
Andrea Carrión

No fueron nueve meses de dulce espera, pero la madrugada del sábado Astrid Fernández y David Garmendia finalmente pudieron dormir tranquilos y gritar a todos los vientos “misión cumplida”.

Ya en abril esta pareja de venezolanos había logrado traer a Lima a tres de sus cinco perros desde Venezuela; Martín, Cleo y Luna, pero aún faltaba traer a Vivi y Laika. El dinero recaudado en ferias y eventos realizados bajo la cruzada ‘Perú uniendo corazones por Venezuela’ solo había alcanzado para comprar tres cajas transportadoras de perros.

Afortunadamente, la aerolínea venezolana Avior minimizó el costo donando el traslado de los cinco perros desde Valencia, Venezuela hasta Lima. Por su parte, el cónsul peruano en Venezuela, Gonzalo Voto Bernales, se comprometió desde un inicio con ayudar en lo que fuera posible, y fue él mismo quien el sábado llegó desde Venezuela al aeropuerto Jorge Chávez con los dos perros faltantes.

“Estamos cansados pero muy felices de tener a nuestra familia completa”, dijo David a WUF, “los 5 perritos finalmente están juntos y estamos especialmente alegres porque las dos últimas llegaron en nuestro aniversario. Qué mejor regalo poder decir que la meta está cumplida y la familia reunida”.

Martín, Vivi, Cleo, Luna y Laica, finalmente juntos en Lima.
Martín, Vivi, Cleo, Luna y Laica, finalmente juntos en Lima.

El de esta historia fue publicado en WUF el pasado 10 de marzo. Entonces Astrid señaló que cuando se mudaron al Perú, hace unos 9 meses ya, dejaron a sus perros con su familia, confiados en que ahí estarían juntos, seguros y tranquilos. Pero en enero les informaron sobre sus planes para repartirlos entre distintos potenciales adoptantes, y ahí empezó su odisea.

Astrid y David comenzaron a mover cielo y tierra para evitar que los separaran, y al enterarse del caso, un grupo de rescatistas peruanas y algunos miembros de la comunidad venezolana en Lima se juntaron para organizar eventos que les permitieran reunir los fondos necesarios para traer a Lima a Martín, Vivi, Cleo, Luna y Laika.

Los cientos de picarones, arepas, tizanas y demás artículos vendidos en ferias destinadas a recaudar fondos finalmente rindieron sus frutos.

“Estamos muy agradecidos con este hermoso país que nos ha abierto las puertas y nos ha dado la posibilidad de tener a nuestra familia junta. Muchas personas se han sacrificado por esta causa: Carito Beltrán, Giuliaana Rivas, Mónica Quezada, Wanda Crosby, Carlos Pérez, Mario Kawasaki y muchos más. Estamos infinitamente agradecidos porque se mantuvieron hasta el final. Gracias también al cónsul Gonzalo que de manera muy bonita puso su grano de arena para cumplir este sueño y, especialmente, gracias a los representantes de Avior por permitir que estemos aquí juntos. Ha sido un esfuerzo mancomunado y han demostrado su amor por esta obra y su amor animal”, agregó David.

Astrid y David junto al cónsul Voto Bernales y el representante de la aerolínea Avior.
Astrid y David junto al cónsul Voto Bernales y el representante de la aerolínea Avior.

La historia de Astrid y David puede sonar muy particular, lamentablemente no lo es. Miles de personas y mascotas en Venezuela están sufriendo las consecuencias de la situación política y social que vive ese país. Sin embargo, hay actores que se conmueven e intervienen, y ese es el caso del cónsul Voto Bernales.

“Tuve una experiencia personal que quizás me ha sensibilizado un poco con el tema de las mascotas. Hace unos años yo tenía en Lima un English Springer Spaniel. Lo tenía en una casa con jardín de más de mil metros, pero cuando tuve que mudarme a un estudio reducido, tuve que desprenderme de él y se lo regalé a una criadora de perros, pensando que con ella estaría bien cuidado. A los tres meses me enteré que mi perro había muerto. Luego leí que los perros sufren mucho cuando se apartan de las personas que los rodean, aunque a veces no lo demuestren. Siempre me he culpado de ello y es por eso que prefiero no tener un animalito si sé de antemano que no lo voy a poder tener como un miembro de la familia”, comentó Voto Bernales.

Martín, Cleo y Luna esperando a Vivi y Laica.
Martín, Cleo y Luna esperando a Vivi y Laica.

“Mi única motivación es la satisfacción de saber que puedo hacer algo por los demás. Oficialmente la misión de los consulados es proteger los derechos de sus comunidades nacionales en el exterior. En mi caso no me detengo en la norma sino que también pienso en las necesidades de los venezolanos que han tenido que dejar su país y ahora viven en el Perú. Por todo ello quiero hacer lo posible para que esa historia no se repita con otros”, agregó el cónsul.

Davi y Astrid con Martín, Cleo y Luna.
Davi y Astrid con Martín, Cleo y Luna.

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