TRUJILLO, 16 DE MAYO DEL 2006
LOS ARQUEOLOGOS PERUANOS, REGULO FRANCO JORDAN Y CARMEN GAMARRA DE LA CRUZ (I), ANALIZAN LOS RESTOS MOMIFICADOS DE LA SE—ORA DE CAO DESCUBIERTA EN HUACA DE CAO VIEJO EN EL COMPLEJO ARQUEOLOGICO EL BRUJO.
FOTO: FERNANDO FUJIMOTO / EL COMERCIO
TRUJILLO, 16 DE MAYO DEL 2006 LOS ARQUEOLOGOS PERUANOS, REGULO FRANCO JORDAN Y CARMEN GAMARRA DE LA CRUZ (I), ANALIZAN LOS RESTOS MOMIFICADOS DE LA SE—ORA DE CAO DESCUBIERTA EN HUACA DE CAO VIEJO EN EL COMPLEJO ARQUEOLOGICO EL BRUJO. FOTO: FERNANDO FUJIMOTO / EL COMERCIO
/ FERNANDO FUJIMOTO
Redacción EC

El fardo funerario guardaba dentro de sí, además del cuerpo de la Señora de Cao, una serie de objetos que dan cuenta de la importancia del entierro. Si bien es cierto, esas joyas y atuendos son de menor tamaño, por su condición de dama, que las del Señor de Sipán, los lujos de ella superan en elaboración a los ornamentos del monarca preínca encontrado en Lambayeque.

Según Régulo Franco Jordán, de la fundación Wiese, “la presencia de 18 collares, así como la variedad de emblemas, indica que la señora usaba distintos ornamentos de acuerdo con el tipo de ceremonia o ritual que se celebraba en el templo. Los collares representaban una forma de relación con los distintos íconos sagrados y una forma de mostrar el poder supremo a su comunidad. Los metales oro y plata con que fueron confeccionados dan cuenta de los poderes mágico-religiosos de la Señora y su vinculación con el día y la noche. Esta dualidad también era usada por el Señor de Sipán, por lo que se deduce que esa mujer tenía el estatus de gobernante en esa sociedad teocrática del valle de Chicama. Estos gobernantes, además, tuvieron el estatus de personajes semidivinos”.

El estado de conservación del cuerpo de la Señora de Cao es impresionante, a tal punto que los investigadores de la fundación Wiese estiman que su preservación es parecida a la de la momia encontrada en el nevado Ampato, en Arequipa, con la salvedad de que los restos arequipeños datan de la época incaica.

Para los investigadores, son dos los factores que habrían contribuido a conservar los restos de la Señora de Cao. El primero es el nivel intermedio en que se encontró la tumba con relación a los niveles superior e inferior de la Huaca de Cao. Mantenerse lejos de la superficie impidió que la momia fuera presa de la humedad de las lluvias, especialmente de las que se producen en la época del fenómeno de El Niño. Asimismo, estar lejos de las bases de la pirámide dejó el cuerpo fuera del alcance de la napa freática que también hubiera podido causar estragos.

Otro detalle interesante en cuanto a la preservación del cadáver es el uso de un mineral llamado cinabrio o sulfato de mercurio. Este elemento funcionó como un repelente y veneno para las bacterias que podrían haber deteriorado el cuerpo. Las pruebas realizadas hasta el momento consideran que algunas de las telas y metales con las que fue enterrada la Señora de Cao también fueron impregnadas de este mineral.

¿Qué es el cinabrio? Según algunos investigadores, se trata de un metal rojizo que fue usado desde tiempos inmemoriales por los antiguos peruanos y otras culturas con fines ceremoniales relacionados con la muerte. Leyendas occidentales señalan que esta sustancia era utilizada por aquellas personas que temían que las personas muertas regresaran a la vida. Lo cierto es que en el caso específico de la Señora de Cao cumplió con creces su función perseverante del cuerpo de la fallecida.

Los tatuajes

La Señora de Cao tiene tatuajes de serpientes y arañas en los antebrazos, los tobillos y los dedos de los pies. Régulo Franco explica que estos animales, en la simbología andina, están vinculados con la fertilidad de la tierra.

Los investigadores han determinado también que los tatuajes de serpientes podrían representar los cauces de los ríos, mientras que las arañas estaban vinculadas con la lluvia (se afirma que en la sierra su presencia o ausencia denota los períodos lluviosos). Régulo Franco señala otro detalle importante: “Las arañas son las tejedoras más maravillosas del reino animal”.

Para el descubridor de la Señora de Cao, el hecho de que ella tenga tatuadas las imágenes de estos animales refuerza la idea de su labor como chamán o adivina. “Quizás fue una mujer que precedía las bondades o fracasos de la agricultura para el sostenimiento de la comunidad. Además, los tejidos, las agujas de oro, los telares o vestidos que ella misma hacía reflejaban el arte que había heredado de sus antepasados.

Las causas de su muerte

Los investigadores encabezados por Franco Jordán aún no determinan las causas de la muerte de esta gobernante que falleció aproximadamente entre los 20 y 25 años de edad. Sin embargo, una de las posibilidades tendría que ver con su maternidad. Al parecer, ella habría estado embarazada en el momento de su fallecimiento.

Otra hipótesis sobre la muerte de la Señora, que los arqueólogos tienen en cuenta, es que el deceso se produjo durante un tiempo de crisis de la sociedad moche. Los cambios que presenta la pirámide en sus estructuras serían una prueba de ello.

¿Qué habría motivado estos cambios? Al parecer, habrían sido motivados por torrenciales lluvias que afectaron gravemente la estructura de adobe de la pirámide.

¿Se trató de un suicidio o un asesinato para calmar a los dioses? Tal vez nunca se sepa, pero lo que sí se conoce es que se trataba de un personaje muy importante en la sociedad mochica del valle de Chicama.

Claves. Las joyas como símbolos de poder

A

Antes de este descubrimiento, no había ningún reporte científico sobre el hallazgo de narigueras en tumbas de mujeres de la cultura moche. Esas joyas, se pensaba que eran exclusivas de los hombres.

B

Las narigueras halladas en la tumba de la Señora de Cao son de oro y plata y representan a prisioneros desnudos con la soga al cuello, al dios decapitador, alacranes, pelícanos, cóndores, la cabeza del dios Ayapaec, entre otras escenas.

C

Las porras de madera forradas con metal dorado, encontradas dentro del fardo funerario, habrían sido utilizadas durante las ceremonias como símbolos de poder y hegemonía.

D

Las diademas de oro y coronas halladas en el fardo tenían diversos motivos. Por ejemplo, una de ellas representaba un murciélago con expresión feroz. Lejos de lo que pudiera pensarse, este animal estaría relacionado con el concepto de fertilidad.

Enfoque

Los siguientes días El Comercio publicó una serie de artículos que daban mayores detalles sobre este importante hallazgo, el 18 de mayo apareció este texto firmado por Martín Huancas: El mausoleo de la gobernante

A fines del 2004, los arqueólogos que trabajaban en la Huaca de Cao Viejo (La Libertad) encontraron una pequeña muestra de pintura mural en la esquina noroeste de la parte superior de la pirámide. Conocedores de que estas expresiones pictóricas eran importantes para los antiguos pobladores decidieron seguir la pista.

Meses después quedó ante los ojos de los especialistas lo que sería un bellísimo patio decorado que tenía en su muro sur representaciones de peces conocidos como life, una especie que vive en el agua dulce, pero que tenía un significado mítico-religioso para los antiguos moches. La presencia de estos dibujos, explica el arqueólogo Régulo Franco, eran indicio de que estaban en un recinto sagrado de los moches.

Las excavaciones llevaron a los investigadores a un recinto sagrado unido a dicho muro sur. Este nuevo espacio estaba ubicado en el ángulo sureste de un amplio patio ceremonial. El recinto ceremonial está adornado con ocho imágenes de una figura sobrenatural de rasgos de felino que está acompañado por dos hermosos cóndores y dos serpientes. Estos elementos aparecen también en los ornamentos de oro y plata de la Señora de Cao. Para los arqueólogos se trataría de la representación novedosa en el arte religioso mochica. Este ser sobrenatural lleva, además, un tocado que remata en volutas que representan tal vez tentáculos de pulpo. Esta divinidad reúne cualidades acuáticas (los tentáculos de pulpo), terrestres (serpiente, felino) y celestes (cóndor).

Sin embargo, hay un hecho extraño, los constructores, de un momento a otro decidieron colocar dos hornacinas que dañaron dos de las imágenes.

En la pared este del recinto aparecen paneles que representan la figura fantástica del llamado animal lunar. Este es un ícono reconocido también en la cerámica Recuay y en las fases tempranas de la cerámica mochica. Este ser está relacionado con el culto al agua.

El patio llamado noroeste o del culto a los ancestros fue construido en honor de la Señora de Cao. Se descubrió cinco tumbas. La más grande es la de la señora. Los arqueólogos creen que era una especie de mausoleo.




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