Pedro Pablo Kuczynski renunció al cumplir 600 días al frente de Palacio de Gobierno. El mandatario saliente anunció la decisión acompañado por sus 19 ministros, a través de un mensaje grabado, a menos de 24 horas de la sesión del Congreso en la que se iba a debatir su vacancia.
La dimisión de Kuczynski se vio forzada luego de que la balanza de los votos —hasta hace dos días favorable a él— se inclinara hacia su destitución. Fuerza Popular presentó, entre el martes y el miércoles, diez extractos de grabaciones que implicaban al presidente, a dos de sus ministros, y a tres congresistas del bloque de Kenji Fujimori en conversaciones en las que se negociaba la entrega de obras públicas a cambio de votos contra la moción de la oposición.
Siete fragmentos de esos videos fueron presentados el martes y los tres restantes ayer.
Los últimos audios, difundidos ayer, que implicaban directamente al saliente ministro de Transportes y Comunicaciones, Bruno Giuffra, ocasionaron que APP se pronunciara a favor de la vacancia y que miembros del oficialismo salieran a exigir la dimisión de Kuczynski. El primero fue el legislador Salvador Heresi —secretario general del partido oficialista Peruanos por el Kambio—, seguido por sus colegas Pedro Olaechea, Moisés Guía Pianto y Clemente Flores.
Entre las 9 y las 11 de la mañana, Heresi, Guía y Flores anunciaron que, de no producirse la renuncia de Kuczynski, votarían a favor de la vacancia.
La dimisión presidencial se concretó cuatro horas después a través de un mensaje grabado. Los voceros de Comunicaciones de Palacio de Gobierno negaron la renuncia de PPK durante toda la mañana. Sin embargo, a la 1 p.m. trascendió la información de que él ya había anunciado al Gabinete que dejaba el cargo.
Decisión tomada
Kuczynski decidió renunciar en la madrugada del miércoles. Fuentes de Palacio señalaron que el Consejo de Ministros estuvo reunido hasta las 3 a.m. Abandonaron Palacio de Gobierno sabiendo que la suerte estaba echada.
“Ya sabíamos que la cosa estaba complicada, se nos dijo que había poco margen de respuesta. La reacción de Giuffra [en la conferencia del martes] había sido buena, pero la de Kenji no contribuyó”, narró a este Diario uno de los ministros.
En la madrugada del miércoles, según las mismas fuentes palaciegas, PPK mantuvo una conversación telefónica con su primer vicepresidente y próximo sucesor, Martín Vizcarra.
El anuncio oficial al Gabinete Ministerial sobre la renuncia de PPK lo hizo la primera ministra Mercedes Araoz a las 9 a.m. de ayer. Ella también les indicó que renunciaría a la jefatura del Gabinete Ministerial, pero no a la vicepresidencia. Una hora y media después, PPK convocó al Consejo de Ministros y les explicó su decisión y el discurso que daría a la nación. En la redacción del mensaje colaboró Alberto Borea, quien iba a volver a ejercer su defensa ante el segundo intento de vacancia y quien también se vio involucrado en los videos difundidos.
Fuentes presentes en la reunión indicaron que tres ministros propusieron que en el discurso se dejara abierta la posibilidad de una convocatoria a elecciones, pero Kuczynski lo descartó. El mensaje a la nación se terminó de grabar casi a las 2 de la tarde. Mientras se enviaba a los medios el material para su divulgación, se vio a Kuczynski salir de Palacio de Gobierno por la puerta principal, donde se despidió de siete asesores. En el mensaje, Kuczynski señaló que rechazaba las afirmaciones en su contra “nunca comprobadas”. Además, dijo que las pruebas presentadas por la oposición son “grabaciones editadas y selectivamente tendenciosas”. “Frente a esta difícil situación que se ha generado, y que me hace injustamente aparecer como culpable de actos en los que no he participado, pienso que lo mejor para el país es que yo renuncie a la Presidencia de la República”, manifestó.
Cita de portavoces
La decisión de PPK originó una reunión de emergencia de la Junta de Portavoces del Congreso. Tras media hora de debate, el presidente del Parlamento, Luis Galarreta, anunció un acuerdo para aceptar la renuncia, pero expresando su rechazo a los términos de la carta.
“La Junta de Portavoces rechaza los términos lamentables de la carta de renuncia de Pedro Pablo Kuczynski”, anunció. Luego, añadió: “Esta es una crisis que se da por serias denuncias de corrupción, serios cuestionamientos, y finalmente por algunos videos tristes que nos hacen acordar a la peor época del pasado, hace 18 años, con lo cual lamento mucho que algunos no hayan aprendido de la historia, no solo de los errores sino de los delitos”.
Galarreta informó que se comunicó con el jefe del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas, quien le indicó que el orden constitucional estaba garantizado. También explicó el proceso que se seguirá para la sucesión de Martín Vizcarra. “La relación será la misma, como se ha mantenido [con el Gobierno]”, manifestó Galarreta. Antes del acuerdo de los portavoces, las bancadas izquierdistas y algunos fujimoristas pidieron insistir en votar la vacancia de PPK, tal como sucedió en el 2000 con el ex presidente Alberto Fujimori, a quien no se le aceptó su renuncia.
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23 de marzo de 2018
Kuczynski renunció a la presidencia luego de que Fuerza Popular difundiera tres audios y denunciara una compra de votos contra la vacancia.
Por Sebastian Ortiz Martínez
El martes por la noche, horas después de que Fuerza Popular difundiera los primeros videos sobre una presunta compra de votos en el Congreso para evitar la vacancia, el presidente Pedro Pablo Kuczynski se reunió de emergencia con sus ministros y algunos parlamentarios para evaluar la situación. De acuerdo con fuentes que estuvieron en la referida cita, Bruno Giuffra (Transportes y Comunicaciones) y Carlos Bruce (Vivienda, Construcción y Saneamiento) expresaron su temor de haber sido grabados por el congresista Moisés Mamani (FP).
Asimismo —a raíz de un pedido de la jefa del Gabinete Ministerial, Mercedes Araoz— cada ministro indicó, con estadísticas en mano, a cuántos congresistas que buscaban gestionar proyectos recibieron en sus despachos, así como los viajes que realizaron con estos.
“Existía una psicosis de haber sido grabados o chuponeados”, indicó otro asistente a la cita, a la que no acudió la titular del Ambiente, Elsa Galarza, quien estaba en el extranjero, y a la que llegó tarde el ministro de Desarrollo e Inclusión Social, Jorge Meléndez, tras cumplir una actividad en Yurimaguas. Al final de la reunión, no se llegó a ningún acuerdo sobre la renuncia de Kuczynski a la presidencia.
El mandatario, según fuentes del Ejecutivo, tenía hasta las primeras horas del miércoles la intención de asistir el jueves al pleno del Congreso para enfrentar el segundo pedido de vacancia en su contra, por su presunta vinculación con la firma brasileña Odebrecht.
Antes de llegar a Palacio de Gobierno, el mandatario fue a la casa del arzobispo de Lima, Juan Luis Cipriani, quien el último sábado en su programa radial afirmó que “el Perú, tal como está, está enfermo y herido”, al referirse a la crisis política. Fuentes de este Diario indicaron que el encuentro con el cardenal estuvo programado desde hace 15 días y que había sido pospuesto en dos oportunidades.
¿Por qué renunció?
En paralelo al Consejo de Ministros —donde se aprobó pedir a Estados Unidos la extradición del prófugo ex presidente Alejandro Toledo, la observación de la ley Mulder y el alza del sueldo mínimo—, el portavoz de Fuerza Popular, Daniel Salaverry, difundió tres audios de una conversación entre el ministro Giuffra y el congresista fujimorista Moisés Mamani.
En la segunda grabación, el titular del MTC le dice a Mamani que ya estaría “asegurado” lo presuntamente pactado a cambio de su voto en contra de la vacancia. “Tranquilo, compadre. Tú ya sabes cómo es la nuez”, dice Giuffra, quien también le dio la dirección de la casa de PPK al parlamentario.
Después de las 11 a.m., el congresista oficialista Gilbert Violeta llegó a Palacio de Gobierno con un mensaje de la Junta de Portavoces para el presidente. La mayoría de bancadas había aprobado hacerle una exhortación para que renunciara, porque ya contaban con los votos suficientes para vacarlo.
Fuentes de El Comercio señalaron que en ese momento el presidente Kuczynski tomó la decisión de dar un paso al costado. “No hay duda de que la estocada final fue el audio de Giuffra […] y que la oposición ya tenía los votos. El presidente ya no recibiría el respaldo de algunos congresistas de Alianza para el Progreso, Acción Popular y el Apra, partidos que en la primera votación estuvieron divididos. Tras la difusión de los videos, estos estaban a favor de la destitución”, refirió esa fuente.
En el Congreso, el legislador Mamani aseguró que tiene un audio que implica al mandatario. Esta versión ha sido negada por dos fuentes cercanas a PPK.
Kuczynski escribió su carta de renuncia en solitario y luego se la hizo leer a la primera ministra Mercedes Araoz y a su abogado Alberto Borea, quien formuló un par de recomendaciones desde el punto de vista constitucional y legal. Tras ello grabó su último mensaje a la nación, con el que confirmó su salida de la presidencia.
Después de la difusión del mensaje, la ministra Araoz se reunió con los congresistas del oficialismo, incluidos aquellos que pidieron la renuncia del presidente. Estos se justificaron señalando que solamente querían proteger a Kuczynski y evitar que fuera “sometido a una vejación” en el Parlamento.
Otra fuente indicó que PPK, previamente a su dimisión, había destacado la lealtad de los parlamentarios que lo respaldaron hasta el final, entre ellos Violeta y Juan Sheput.
Por la noche, de acuerdo con fuentes de este Diario, el presidente se comunicó con el primer vicepresidente de la República, Martín Vizcarra, antes de que este tomara un vuelo de Quebec a Ottawa, en Canadá. Ambos acordaron conversar en persona cuando el ex gobernador de Moquegua, que jurará hoy como presidente, retorne al país.
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22 de marzo de 2018
Nada más queda
Por Patricia del Río
Pedro Pablo Kuczynski se fue con mucha pena y nada de gloria. Y en su breve paso por la presidencia dejó un país asqueado, agotado de encontrar cada vez más mugre escondida bajo la alfombra. Ya la justicia se encargará de sancionar a los corruptos y la ciudadanía de negarles para siempre su voto. Mientras tanto los niños tienen que ir al colegio, la policía tiene que detener delincuentes, los hospitales tienen que seguir recibiendo pacientes… Hay un país que tiene que seguir funcionando y depende de los políticos que se quedan manejar la situación con responsabilidad. Y la pregunta justamente es: ¿qué nos queda?
Por un lado, tenemos un Congreso que, a pesar de haber cumplido con su labor de fiscalización en el caso de la compra de votos, no se salva del desprestigio y el repudio nacional. El comportamiento irresponsable de muchos padres de la patria, las acusaciones de corrupción que envuelven a sus líderes y el ejercicio de una política chabacana y soez hacen que los peruanos pidan que se larguen todos.
Por el otro, nos queda el vicepresidente, Martín Vizcarra, a quien le toca asumir el timón de un barco a la deriva. Y, seamos realistas, por más ánimo que le ponga y por más capaz que sea, Vizcarra será, en un principio, un presidente sin bancada parlamentaria, sin aliados, sin un perro que le ladre. Visto así, de los dos no hacemos uno.
Este contexto tan extraño, y a la vez tan típico de nuestra caótica política, abre una posibilidad que a muchos aterra pero que cada vez está más cerca: que nos gobierne el fujimorismo. Ya sea a través del soporte a Vizcarra o de la posibilidad de ganar unas elecciones adelantadas, Keiko y su partido naranja jamás han estado tan cerca de manejar las riendas del país, y es inevitable preguntarse si están en condiciones de actuar con responsabilidad.
Si nos guiamos por su actuación del último año y medio, no tendríamos por qué tener mucha esperanza: la prepotencia, el conservadurismo, el populismo, el revanchismo y demás ‘ismos’ fueron la marca registrada de su labor parlamentaria. Para quienes creyeron durante la campaña que la propuesta de Keiko Fujimori buscaba evolucionar y transitar por territorios más democráticos, la esperanza se fue al cacho y regresó el susto: su lucha contra PPK, un enemigo por demás débil y fácil de derrotar, no les granjeó más simpatizantes sino que produjo un efecto extraño: los que repudian a PPK los repudian también a ellos.
¿Cómo se reconstruye en un país en este escenario tan frágil? A Vizcarra le toca manejar el timón, pero el gran reto lo tiene el fujimorismo: o construyen un liderazgo democrático y abandonan esas prácticas prepotentes o siguen haciendo más de lo mismo y pierden, una vez más, la oportunidad de no repetir hasta el cansancio esa pesadilla de los 90, de la que pareciera los peruanos nunca terminaremos de despertar.