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Agustín Lara: el famoso autor de ‘María bonita’ que vino por última vez al Perú, rechazó ser millonario, triunfó en los escenarios y dijo ser “sensitivo y feo”
La llegada a Lima del compositor-poeta y actor mexicano, Agustín Lara, el 17 de abril de 1964, causó un verdadero furor. Había llegado a cantar y tocar en teatro, cines y hasta en la TV. Lo acompañó su joven esposa Rocío Durán, quien había sido su ‘hija adoptiva’ aunque no legalmente aceptada. Lara se despachó a su estilo con los periodistas, y dejó en claro que su vida era suya y de nadie más.
Ese mismo día de su arribo al nuevo aeropuerto internacional Lima-Callao (aún no se llamaba ‘Jorge Chávez’), aquel viernes 17 de abril de 1964, se inauguraba en el Perú el ‘Campeonato Mundial de Básquet Femenino’; pero la figura esmirriada y ágil de Agustín Lara hizo olvidar a todos ese evento mundial en nuestro país. Lara era el único universo que el público peruano necesitaba conocer. Así lo hizo sentir en cada palabra, pose y declaración provocadora que dio en el Gran Hotel Bolívar, donde se había hospedado con toda su comitiva, que incluía a su jovencísima esposa Rocío Durán.
El mexicano Agustín Lara, nacido, según él, en 1900 (algunos biógrafos dicen que en 1897 y otros en 1901), en Tlacotalpan, estado de Veracruz, venía de recibir un extraordinario homenaje en la Plaza Monumental de México, con cerca de 100 mil personas ovacionándolo hasta delirio.
Pero al Perú vino para cantar y hacer su refinado y emotivo show en el Teatro Municipal de Lima; y además para estar en la TV. peruana y hacer vibrar a la gente en presentaciones en el Grill del Hotel Bolívar, en el centro de Lima, y en otros cines y teatros de la ciudad capital.
Fue una gran actividad artística durante la semana que el artista mexicano permaneció entre nosotros. Y es que lo suyo era la música, las letras y melodías de sus boleros, las historias de amor de sus canciones; sin embargo, la prensa y todos en general buscaban algo más de él, ese abril de 1964.
“El flaco de oro”, como le decían desde hacía décadas, ya había hecho su carrera artística completa en la música, el cine y teatro, y venía al Perú como una estrella, a gozar de su fama y a cantar ‘Solamente una vez’, ‘Noche de ronda’, ‘María bonita’, ‘Arráncame la vida’, ‘Pecadora’, ‘Granada’, entre otras populares canciones que hicieron gozar a su público romántico desde los años 40.
Sin embargo, la visita de Agustín Lara a Lima estuvo teñida de cierto escándalo, pues si bien no la presentó en público, todos sabían que la joven que había criado de niña y con la que luego se “casó” en 1963, Rocío Durán, estaba con él en Lima. Ella solo frisaba los 20 años y él ya tenía 63 años.
La “boda” se había realizado en México, en la Basílica de Guadalupe; sin embargo, dicha unión matrimonial no fue legalizada, debido a que aún estaba vigente un acta matrimonial anterior. No obstante, Rocío y Agustín estaban juntos y parecían disfrutar del escándalo que habían levantado en esos tiempos.
EL CULTO E INTELIGENTE AGUSTÍN LARA COMPLACIÓ A TODA LA PRENSA EN EL HOTEL BOLÍVAR
El día que llegó a Lima, el viernes 17 de abril de 1964, armó una conferencia de prensa al mediodía; los reporteros y las reporteras que lo rodearon en el hall del Hotel Bolívar, frente a la plaza San Martín, dieron cuenta de que Agustín Lara estaba -como nunca- de excelente humor y se mostró muy amable con todos ellos.
No solo había llegado al Perú con Rocío Durán, sino también con dos músicos compatriotas suyos: Alejandro Algara y ‘Rebeca’, junto con el director musical Jesús Ferrer. Pero el requerido fue “El flaco de oro”. El popular ‘músico-poeta’ estaba dispuesto a responder a todas interrogantes, siempre con sus cigarrillos, un vaso de pisco sour y unabotella decognac legítimamente francés, que había traídode su viaje a la Ciudad Luz.
Una de las primeras preguntas fue justamente sobre París, ciudad en donde había estado poco tiempo atrás. “¿Algún idilio sentimental?”, preguntaron. Agustín Lara contestó con otra ingeniosa pregunta retórica: “¿Pero se concibe una visita a París, que no tenga alguna relación sentimental?”. (EC, 18/04/1964)
El compositor mexicano estaba afilado esa tarde, pero le fue imposible esquivar preguntas sobre su joven cónyuge. Le señalaron la diferencia de edad, y Lara salió con una certeza de vida (al menos de su vida): “¿Se imaginan ustedes que un hombre de 62 años, va a buscar una mujer de 62 para casarse?”, interrogó a los reporteros. Nadie lo refutó.
Sus gustos personales y artísticos era algo sobre lo que todos querían saber más. Inevitablemente, le preguntaron sobre su ex esposa María Félix, y dijo que ella “era una gran persona, una señora aquí y allá, y en todas partes. Es una señora a carta cabal”. (EC, 18/04/1964)
La misma doña, María Félix, le correspondía con la misma admiración y respeto, ya que hacía poco tiempo que le habían preguntado por AgustínLara, con quien estuvo casada de 1945 a 1948, y lo considero “mi maestro a quien tanto debo”.
“¿Poetas?”, dijo que principalmente dos: el francés Charles Baudelaire y el nicaragüense Rubén Darío. “¿Compositor?”: contestó que el estadounidense Cole Porter; y, “¿el intérprete?”: no hubo dudas en él, Pedro Vargas, su compatriota. En el cine, “¿a qué estrella admiraba?” Le brillaron los ojos rasgados y mencionó a la alemana Rommy Schneider, un icono femenino, quien por esos años hacía numerosas películas en Europa y EE.UU. (EC, 18/04/1964)
Agustín Lara habló en el hall del Hotel Bolívar del toreo, arte o deporte o práctica cultural por el que sentía admiración, como la mayoría de personas de su generación. De la música criolla peruana, le gustaba el “tono picadito” que le enseñaron ‘Los Panchos’.
“Debuté el 28 de agosto de 1928 en el Teatro Lírico de México, y solo toco de oídas. He compuesto canciones como ‘María Bonita’ y ‘Granada’ en media hora”, confesó el creador de hermosos boleros. Vestía entonces en Lima con un sweeter de color rojo, chompita blanca, pantalón gris acero y zapatos negros. (EC, 18/04/1964)
Había conocido al revolucionario mexicano Pancho Villa en su primera juventud, por eso, dijo, tomaba muy en serio el tema de la libertad. “Los pueblos quieren en lo positivo paz y libertad para vivir. Si no se consiguen por la propia paz, bien vale una revolución el conseguirla”, afirmó Lara.
Antes de terminar de conversar con la prensa deLima, el galante y amable don Agustín dejó de puño y letra una generosa dedicatoria al diario decano, la cual decía: “Para el Diario El Comercio (gran periódico). Con devoción… Agustín Lara”. (EC, 18/04/1964)
Al final de la conferencia de prensa, informal y cálida, Agustín Lara rompió el programa y pidió a sus músicos interpretar dos canciones: ‘Rebeca’ cantó ‘Estrella solitaria’ y Alejandro Algara ‘Regalo de viaje’. Ese día descansó el cuerpo y la voz, y se preparó física y emocionalmente para su aparición al día siguiente en el Teatro Municipal de Lima.
AGUSTÍN LARA: LA PRESENTACIÓN EN EL TEATRO MUNICIPAL Y SU VISITA A LA TV. PERUANA
La hora de la presentación de Agustín Lara en el Municipal se acercaba, pero aún resonaban sus palabras, sus pensamientos sobre su vida y la vida misma. “Si yo no hiciera canciones me moriría de hambre”, había declarado con un tono de sinceridad irrefutable. (EC, 19/04/1964)
Un sector de la crítica en su país lo tildaba de “mujeriego”, y él solo atinaba a decir que siempre lo rodeaban mujeres hermosas. También lo acusaban de ser “demasiado sarcástico”, pero si no hubiera sido así, no habría sido él mismo. En Lima, Lara admitió, con sorna: “Soy sensitivo y feo”, y reiteró, como si tuviera la necesidad de hacerlo, que no era millonario como creía la gente.
“Tampoco soy millonario como por ahí andan diciendo. Si así fuera no trabajaría. Y me lo gastaría todo... total al final nada se va a llevar uno en el último viaje”, sentenció. Algo cansado estaba el artista mexicano de vivir en los mitos o en las ficciones de la gente en torno a su vida. “La realidad de mi vida no la sé ni yo mismo. Así de secreta la tengo”, cerró el tema el músico mexicano. (EC, 19/04/1964)
El sábado 18 de abril de 1964, Agustín Lara brilló en el Teatro Municipal. El famoso compositor seleccionó para esa noche peruana algunas de las canciones más populares de su riquísimo repertorio musical.
En el espectáculo titulado ‘Noche de Ronda’, cada pieza que tocaba y cantaba al lado de su elegante piano negro concluía con una sarta de aplausos y vivas de los asistentes. Su show era completo, pues también figuraban en el programa los cantantes ‘Rebeca’ y Alejandro Algara, y los números hispanos “Los Goya” y Pepita Ortega.
Al día siguiente, el domingo 19 de abril de 1964, Lara se presentó en el Canal 13, para participar en el nuevo programa de Pablo de Madalengoitia, quien venía de brillar con su anterior programa de TV. ‘Esta es su vida’. La nueva secuencia de De Madalengoitia se llamaba ‘La Hora de Pablo’ y allí Agustín Lara contó más detalles sobre su vida artística y demostró ser un exquisito conversador. (EC, 20/04/1964)
También anunció en el set de televisión de Pablo de Madalengoitia que el lunes 20 de abril realizaría tres presentaciones de ‘Noche de ronda’ en el Grill del Gran Hotel Bolívar, donde justamente estaba alojado.
Tras un descanso el martes 21, el miércoles 22 de abril de 1964 se presentó con todo su equipo (‘Rebeca’, Alejandro Algara, Jesús Ferrer, etc.), en el cine Western, en la avenida Risso, a media cuadra de la avenida Arequipa.
Y luego, el jueves 23 de abril de 1964, realizaría su última presentación de esa gira. Y fue, sin dudas, la última vez que Agustín Lara cantó en el Perú. Aquellos que lo vieron en vivo en el Teatro Mariátegui, de Jesús María, lo gozaron eternamente. Esa misma noche. Agustín Lara y Cía. (incluida Rocío Durán) retornaron a México.
Dos meses después de esa incursión limeña, en junio de 1964, el gran artista mexicano logró casarse con Rocío Durán en la España de Francisco Franco, quien le aconsejó personalmente que lo hiciera.
Cuatro años después, en 1968, su salud empezó a resquebrajarse. Hasta que el 6 de noviembre de 1970, Agustín Lara fallecería en la Ciudad de México, como una gloria, como una estrella de la canción popular latinoamericana.
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