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Alain Delon en el Perú: lo que ocurrió en la histórica visita del actor francés en 1965 | FOTOS EXCLUSIVAS
En pleno auge de su carrera artística, con una docena de filmes en su haber y cuando había empezado a incursionar en el cine de Hollywood, el actor francés Alain Delon llegó por primera y única vez al Perú en marzo de 1965. Visitó Lima durante cuatro días y estuvo en la televisión peruana.
El 4 de marzo de 1965, Lima recibió con alegría, curiosidad y mucha coquetería al actor francés del momento: Alain Delon. El divo tenía apenas 29 años y estaba en la gloria. Vino junto a su joven esposa, la fotógrafa y luego actriz Francine Canovas, más conocida como Nathalie Delon. Delon era la estrella del cine francés y su llegada a Lima causó un gran revuelo en el mundo del espectáculo y más allá de este. Se hospedó en el Hotel Bolívar, donde dio su esperada conferencia de prensa, para luego visitar un canal de televisión. Fue un placer verlo entre nosotros.
Solo Jean-Paul Belmondo le hacía en esos años la competencia en popularidad en el cine francés. En 1965, Alain Delon estaba empezando una “segunda carrera” en el mundo de Hollywood. El nacido el 8 de noviembre de 1935, en la pequeña localidad de Sceaux, en los alrededores de París, brillaba a sus 29 años.
Con una docena de películas ya filmadas y exitosas, y escándalos amorosos que animaron más su leyenda de ‘sex symbol’, Alain Delon llegó a Lima con una sonrisa y muy seguro de haber recorrido el mundo y sus facetas.
Muy joven aún había partido para Indochina, donde combatió en los comandos de la Marina. Al regresar a su país, sin saber qué hacer, pasaba las horas en el animado barrio de Saint-Germain-des-Près y fue allí donde decidió ser actor. Delon actuaba con una aptitud natural, no necesitó pasar por ninguna escuela de arte dramático. Todo le salía con una genial espontaneidad.
Cuenta la historia que Delon se encontró con una joven actriz, Brigitte Auber y a ella se le ocurrió presentarlo a unos cineastas. Así comenzó su carrera. Desde su primera película “Cristina”, de 1958, donde coprotagonizó con la actriz austriaca Romy Schneider, Alain Delon fue brillante y exitoso; digamos que tan exitoso como el amorío que la leyenda popular (o la publicidad) le creó con la carismática Romy, quien, como él, también empezaba su carrera en el cine.
ALAIN DELON: LIMA LO RECIBIÓ CON LOS BRAZOS ABIERTOS EN 1965
Cuando Alain Delon y su esposa Nathalie arribaron a Lima, la tarde del jueves 4 de marzo de 1965, el actor era famosísimo por varias películas, entre ellas, “Faibles Fammers” (1959), “Rocco et ses freres” (1960), “Plein Soleil” (1960), “Quelle Joie de Vivre” (1961), “Le diable et Ies dix commandements” (1962); así como “El eclipse” (1962), de Antonioni; “El gatopardo” (1963) de Visconti; “Melodie en sous-sol” (1963), y su más reciente película, “El tulipán negro” (1964).
Delon conoció a su mujer Nathalie cuando grababa justamente su última cinta (“El tulipán negro”) en España. Con ella se casó el 13 de agosto de 1964, y tuvo a su primer hijo, Anthony Delon, quien nació en setiembre de 1964, en Los Ángeles, California (EE.UU.). Alain Delon tenía un plan de vida: conquistar Hollywood y tener una familia.
Con ese plan lo acogió Lima, ciudad que quedó impresionada no solo por la figura del actor, sino por todo lo que él representaba: un hombre moderno, joven y de familia (así era entonces); una persona dedicado a la actuación, pero también al deporte, pues era conocido que practicaba equitación, natación, boxeo, fútbol y le apasionaban los automóviles.
Hacia la una de la tarde del viernes 5 de agosto de 1965, a pocas horas de haber llegado a Lima, Alain Delon dio una conferencia de prensa, en el Salón Dorado del Hotel Bolívar, donde se había hospedado con su esposa. (EC, 06/03/1965)
En la mesa principal estuvo a su izquierda, Nathalie Delon, y a su derecha, haciendo de traductor, el gerente de France Presse, Albert Brum. Además, estaba presente Albert Walker, gerente de la Metro-Goldwyn-Mayer del Perú. Alain Delon empezó con el anuncio de que su llegaba al Perú era en medio de una “tournée” de promoción de sus últimas películas, que la organizaba la MGM. Añadió que su presencia en Lima se debía, también, al estreno de una nueva cinta suya, donde actuó (y produjo), titulada: “¿Tengo derecho a matar?” (1964), dirigida por Alain Cavalier.
ALAIN DELON: LAS FRASES MÁS RECORDADAS DE SU VISITA A LIMA
Pero lo que más impresionó a la prensa limeña fue su habilidad, prudencia y rapidez de sus respuestas. Muy concentrado y considerado con todos, los periodistas limeños descubrieron que no se trataba solo de un “rostro hermoso” sino también de una persona encantadora, ingeniosa, inteligente y algo irónica. “Quisiera haber sido periodista de no haber sido actor”, expresó, entre aplausos. La ironía se respiraba en el ambiente. (EC, 06/03/1965)
Las dudas de la prensa iban por el lado de su relación o supuesta relación con la actriz Romy Schneider. Alain Delon debió ser delicado para dar una respuesta honesta o al menos parecerlo. Un reportero le hizo la típica pregunta-comentario:
“¿Habiendo aparecido en la mayoría de las revistas europeas como portada, habiendo llenado cientos de cables comentando su idilio con Romy Schneider y siendo los latinos personas que tenemos el amor en un gran concepto, nos respondería, en honor a la verdad, quien dejó a quién? ¿Usted a Romy o Romy a usted?”, terminó su perorata.
Entonces, con la mayor tranquilidad que pudo, Alain Delon, ya acostumbrado a esos avatares con la prensa, contestó muy suelto de huesos: “Nos separamos de mutuo acuerdo”. Era un caballero de los detalles. (EC, 06/03/1965)
Pero la prensa no lo dejó en paz. Giró la mirada hacia Nathalie Delon. La pregunta que le vino era también provocadora: “¿Cuáles son las virtudes y defectos de su actual esposa?”, dijo un encorbatado periodista. Alain Delon respondió con la misma paz con la que apoyaba el codo en la mesa de la conferencia de prensa.
“Su virtud es su feminidad. Su defecto es que es muy joven y como tal tiene los defectos de todas las jóvenes, no solo de Francia sino de todos los países del mundo”, señaló Delon con una sonrisa eterna. (EC, 06/03/1965)
“Su virtud es su feminidad. Su defecto es que es muy joven y como tal tiene los defectos de todas las jóvenes, no solo de Francia sino de todos los países del mundo”, señaló Delon con una sonrisa eterna. (EC, 06/03/1965)
ALAIN DELON: ALGO DE TENSIÓN EN SU ENCUENTRO CON LA PRENSA PERUANA
Pero la prensa limeña estaba picante. Uno le preguntó: “¿Se puede conocer Brasil en 48 horas, Argentina en 36, y Perú en dos días?”. A lo que un diplomático Alain Delon, sin inmutarse un ápice, respondió: “Eso es en parte lo que en buena voluntad me propongo”.
Pero Delon tenía sus límites. Así, se negó a comentar alguna película o la actuación de algún actor o actriz. Y menos aún a hablar del físico o carácter de algún o alguna artista (por ejemplo, de Jane Fonda). (EC, 06/03/1965)
No solo había venido al Perú por razones profesionales, dijo, sino que realmente lo disfrutaba, porque estaba muy interesado en “conocer este continente maravilloso, su cultura y sus gentes”, dijo. Luego de esa “intensa charla” con la prensa local, los servicios del Hotel Bolívar sirvieron un “buffet froi” (bocaditos), y ya después Alain Delon y su esposa firmaron autógrafos, y compartieron una charla más relajada con los periodistas de diarios, radios y televisión, además de un grupo de gente dedicada al cine.
Por la noche de ese mismo día, viernes 5 de marzo de 1965, la estrella francesa se presentaría en el programa “Cancionísima” de Panamericana Televisión (Canal 13), donde entregó los premios, y fue presentado por Pepe Ludmir y Humberto Martínez Morosini.
Alain Delon y su esposa Nathalie permanecieron en Lima cuatro días. El lunes 8 de marzo de 1965 partieron de la capital peruana. En Hollywood, a fines de ese mismo año, Alain Delon estrenaría la cinta “El último homicidio”, dirigida por Ralph Nelson, y protagonizada por el actor francés al lado de figuras del cine estadounidense como Van Heflin, Ann-Margret, Jack Palance.
La figura eterna que nos dejó en el cine y en la vida Alain Delon (1935-2024) estará marcada por lo que siempre fue en vida: un gran caballero. Descanse en paz.
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