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El caso del equipo croata que jugó con un “Viva el Perú” en el pecho ante Alianza Lima en 1931 | Entrevista con ‘Manguera’ Villanueva
La temporada internacional de fútbol en Lima arrancó ese año de 1931, el 15 de febrero, con una jornada de dos partidos preliminares y el de fondo entre Alianza Lima y el Hayduk FBC, de la ciudad de Split (actual Croacia). La visita perdió, pero sorprendió con un gesto inolvidable.
Jugaban la denominada “Copa Alcalde de Lima”, en el antiguo Estadio Nacional, y el equipo de la antigua yugoslavia Hayduk FBC llegó con sus figuras dispuestas a ganarle al local Alianza Lima, que traía a futbolistas que habían jugado en el primer mundial de Uruguay de 1930. El domingo 15 de febrero de 1931, la afición peruana se dio cita en el estadio para ver a un equipo extranjero chocar con uno nacional. Entonces, los balcánicos entraron a la cancha del Nacional con una camiseta que lucía una letra en el pecho. Sin contar al arquero, diez jugadores formaron así una hermosa frase: “Viva el Perú”. La conmovedora historia quedó grabada en la memoria de los asistentes y en las páginas de El Comercio.
El fútbol ya era en el Perú un deporte de masas. La asistencia popular llenaba los campos deportivos y el Nacional de Lima era el portaestandarte de esas épicas jornadas de comienzos de la década de 1930. Pero había un interés especial cuando llegaban al país equipos internacionales para medirse con los mejores “team” locales, como se decía entonces, y sin duda uno de ellos era el club Alianza Lima.
El Hayduk FBC hizo prácticas en el Estadio Nacional con público el día anterior. Eso animó a la afición local, pues vieron las condiciones físicas y técnicas de los visitantes. Los yugoslavos fueron hasta aplaudidos por el público limeño. La garra, el coraje, era otra cosa, eso ya se vería el mismo día del partido contra los “íntimos”, el domingo 15 de febrero de 1931.
Según El Comercio, se deseaba comparar el juego local con el europeo o el de “Europa Central”; ver hasta dónde podía competir el balompié nacional. Estaba en juego, además, el trofeo que cedió el alcalde de Lima, el doctor Luis Antonio Eguiguren, llamado justamente “Copa Alcalde de Lima”.
Cuando los yugoslavos declararon a la prensa peruana dijeron que su gira buscaba una “amistad deportiva”, querían unir deportivamente “a los países de Europa y América”. (EC, 15/02/1931)
Antes del partido de fondo, hubo un primer preliminar en el que jugaron los equipos juveniles del club “Independiente” de Chosica y de Alianza Lima (reserva). Los muchachos chosicanos dieron buena lucha, pese a la diferencia física con los jóvenes “íntimos”. Alianza Lima juvenil ganó 4 a 3. El pitazo final se escuchó cuando los del “Independiente” de Chosica buscaban con opciones el empate.
El segundo preliminar hizo jugar a los infantiles de Alianza Lima y a los del “Circolo Sportivo Italiano”. Aquí ocurrió lo contrario: los chicos del “Circolo” eran más fuertes físicamente, pero eso tampoco (como en el caso anterior) significó una gran ventaja en el juego. Los pequeños “íntimos” fueron mejores, con una gran técnica en el campo, pero igual perdieron el “match” con el resultado de 1 a 3.
ALIANZA LIMA VS. HAYDUK FBC: UN PARTIDO QUE TRAJO UN GESTO INOLVIDABLE
El mismo día del partido, viajaron de Lima hacia Arequipa y Cusco, la nobleza británico: el príncipe de Gales (futuro rey) y el príncipe Jorge de Inglaterra; y también unos días antes había ocurrido el penoso incendio de la calle Plumereros, donde fallecieron varios bomberos (de hecho, el mismo domingo 15 de febrero se realizó el entierro de algunos de ellos).
La gente estaba muy conmovida por esas situaciones extremas, por un lado de festejo y por otro de dolor. El desahogo deportivo cayó bien en la vida de los limeños de ese momento: y así, masas de gente abarrotaron las gradas de madera del viejo Estadio Nacional, una donación británica por el centenario de nuestra independencia nacional.
El equipo de la ex Yugoslavia, el Hayduk FBC, que iniciaba su gira sudamericana en nuestro país, se ganó de inmediato el cariño de los peruanos. ¿Por qué? Porque entraron al campo de juego luciendo un uniforme de “casaquilla blanca y pantaIones azules y en sus pechos lucían una letra cada uno y al formar frente a las tribunas portando el pabellón peruano, se leía en sus pechos: “Viva el Perú”. (EC, 16/02/1931)
No había duda de que aquel detalle, ese gesto amistoso, de empatía y fuerza, impresionó gratamente al público asistente, el cual “los recibió con aplausos de salutación al darse cuenta de la forma cómo se presentaban los galantes deportistas yugoeslavos”. Nadie se lo esperaba. Fue un total sorpresa. La entrada de los jugadores de Alianza Lima no fue menos celebrada, pues hasta se soltaron cohetes de bienvenida. (EC, 16/02/1931)
El Hayduk FBC tuvo el reto de enfrentar a un Alianza Lima ya muy popular en la capital por esos años. El choque fue todo un aprendizaje para los peruanos, pues verían en el juego cómo el equipo de Europa central expresaba entusiasmo, tenacidad, capacidad “parahacer combinaciones, pases rápidos, procurando un juego en triángulo”. Pero también percibirían algo de ingenuidad, decía El Comercio, “para la picardía del football peruano”. (EC, 16/02/1931)
Fue un choque de “escuelas”, que se notaba desde esos años 30 entre el fútbol sudamericano y el europeo. Lo que a uno le faltaba le sobraba al otro. Los del Hayduk FBC, ya sin la camiseta amorosa del Viva el Perú, lograron dominar gran parte del partido, e incluso pudieron anotar si no fuera por el mago que Alianza Lima tenía en su arco: nada menos que Juan ‘El Mago’ Valdivieso. Los ataques y remates al arco aliancista terminaban en las manos de Valdivieso. Un imán atraía la pelota a sus guantes.
Alejandro ‘Manguera’ Villanueva, el capitán, imponía respeto y salía jugando y haciendo jugar a sus compañeros Neira y Sarmiento. Por parte de los balcánicos, el que más peligro creó fue Kragic. Rostaing ponía la pierna fuerte en Alianza Lima, y por los rivales la hacía Lukic.
El “mariscal de campo”, ‘Manguera’ Villanueva, jugó más por el lado izquierdo, con Neira y Sarmiento, puesto que Montellanos y Lavalle estaban bien tomados por Marucic y Mikacic. ‘Manguera’ anotó el primer gol a solo seis minutos de juego, tras una buena combinación en equipo.
El portero del Hayduk FBC, Culic salvó varios tiros de gol, pero también se lució en el arco “íntimo” ‘El Mago’ Valdivieso, pues los europeos no iban a dejar de atacar, pese a que su defensa hacía el trabajo más pesado. Sotirovic probó a ‘El Mago’ y este hizo magia con sus envolventes y gigantes manos.
El segundo gol de Alianza Lima vino de los pies de Sarmiento, tras centro de Lavalle y pasé previo de Alejandro Villanueva. Pero, pese a ello, los de Hayduk FBC no conocían la palabra resignación. Lucharon y llegaron al área peruana, cuya defensa trabajó con solvencia. Así acabó el primer tiempo.
El segundo tiempo vio un huracán balcánico. Ellos estaban dispuestos a disminuir la ventaja. Presionaron como solo los equipos europeos sabían hacer; pero Alianza Lima ajustó su línea defensiva. En varios momentos, casi todo el equipo visitante estuvo en campo aliancista.
Pero el contraataque del equipo local funcionó a la perfección. Siempre con Villanueva, siempre con Neira y Sarmiento. Un potente disparo de ‘Manguera’ fue atajado por el arquero Culic, pero este dio bote, y en una arremetida Montellanos llegó a puntear la pelota y marcar el tercer gol de la escuadra victoriana.
Sin embargo, en ningún momento los croatas bajaron las revoluciones de su juego. El Comercio lo graficó así: “Un foul de D. García dio margen a que la ofensiva de los visitantes brillara cerca del área peligrosa. García cometió un córner y al ser cobrado por Zivkovic, Quintana conjuró el peligro lúcidamente. Sotirovic probó nuevamente a Valdivieso, fracasando en sus propósitos dada la buena colocación del arquero peruano”. (EC, 16/02/1931)
El equipo “íntimo” no se detuvo, insistió en ampliar la ventaja, motivados por su público en las gradas del Estadio Nacional. Una escapada veloz de Lavalle, luego de un pase largo de Sarmiento, terminó en un centro que Neira rebató al arco de Culic, pero este atajó a medias, lo que aprovechó de nuevo Montellanos para rematar y hacer el cuarto gol.
Alianza Lima ganó el partido 4 a 0. Pero hasta los propios “íntimos” sabían que no podían vanagloriarse por ese resultado. Algunos de ellos sabían muy bien lo que era jugar luego de tantas horas viajando en un barco (así lo hicieron varios de ellos tras su viaje a Uruguay para el primer mundial de 1930).
Los jugadores de la ciudad de Split (hoy Croacia) habían estado “veintiocho días de viaje, sufriendo la transición del clima frío –salieron de Split cuando nevaba– de Yugoeslavia y el caluroso que han encontrado en esta ciudad”. Asimismo, los yugoslavos jugaron en una cancha muy distinta a la que estaban acostumbrados en su tierra (canchas “húmedas y duras”) (EC, 16/02/1931)
Siendo así, los jugadores del Hayduk FBC no estaban al 100%. Sin embargo, pudo percibirse que los aliancistas realizaron un juego inspirado, lo que hacía pensar que aun en las mismas condiciones, el resultado hubiese beneficiado a los locales, aunque las acciones habrían sido seguramente más luchadas.
La hinchada “íntima” fue exigente con su equipo. No le dejó relajarse ante un rival con dificultades; más bien le pedía mayor entrega y sacrificio, como lo hacían los de la ex Yugoslavia. El diario decano marcaba el por qué había ganado Alianza Lima y describía bien cómo era el juego de ese antiguo “rodillo negro”.
“Alianza Lima ganó merecidamente, su técnica superior a la de ‘Hayduk’ tenía que llevarlos a la victoria. Juegan con más desenvoltura y poniendo en cada una de sus intervenciones, esa peculiar modalidad de burlar al contrario con cambios sorpresivos en el manejo de la pelota, en los pases, imprimiendo, como ya dijimos, ese picardía que desconcierta a quienes como los yugoeslavos no están acostumbrados a ella”, describía bien el decano. (EC, 16/02/1931)
Pero el juego fue recio, en general, aunque también hubo una buena técnica entre ambos equipos. Con el árbitro nacional Artemio Serra y Hurtado controlando el exceso de fuerza en el match, como se decía entonces, el público aliancista también dio sus aplausos a la escuadra visitante, reconociendo su entrega y empeño y, por supuesto, su inolvidable gesto de la camiseta con el lema tan querido de“Viva el Perú”.
Tras el partido, el Hayduk FBC siguió su gira sudamericana. Desde Perú, la escuadra balcánica se embarcó hacia Chile, y de allí iría a Argentina, Paraguay y cerraría su periplo en Brasil.
DECLARACIONES DEL CAPITÁN Y CAUDILLO ALIANCISTA: ‘MANGUERA’ VILLANUEVA
El Comercio conversó íntimamente con el líder aliancista Alejandro ‘Manguera’ Villanueva, y la frase que destacó en la columna que acompañó a la crónica del partido, fue esta: “Hemos ganado porque la suerte nos ha favorecido, pero estamos contentos de haber vencido a tan correctos como caballerosos deportistas”, dijo ‘Manguera’ con brillante cultura deportiva.
El capitán aliancista era una voz respetada en todo el país. Los periodistas del diario decano no pudieron entrevistarlo luego del choque con los balcánicos, debido a la avalancha de hinchas que lo rodeó y casi alzó en hombros. Por eso, lo visitaron en su casa, horas después del partido, esa misma tarde del domingo 15 de febrero de 1931.
Alejandro Villanueva estaba rodeado de familiares, amigos y algunos miembros de su equipo, con los que aún festejaba el triunfo y comentaba en torno a las incidencias del encuentro. “Declaro sinceramente que cuando entramos al campo llevábamos la idea de que nuestro cuadro tendría que poner todas sus energías, a fin de conseguir anular la impetuosidad de nuestros competidores, y esta idea se formó a raíz de nuestras observaciones de los entrenamientos del cuadro contendor en los días que los vimos entrenar en el Estadio Nacional”.
“Francamente, entramos al campo nerviosos, porque comprendíamos la responsabilidad que significaba para nosotros ser los primeros en enfrentarnos a un cuadro que venía aureolado por tan buenos antecedentes, según versiones recogidas”, dijo el popular ‘Manguera’.
Villanueva seguía reflejando total sinceridad en sus palabras: “Sabíamos perfectamente que la afición de Lima confiaba en nuestro esfuerzo y que esperaba de nosotros que supiéramos responder a esa confianza que ella depositaba y a cumplirla salimos al field y creo y pienso con gran satisfacción que hemos respondido a ella”.
El crack ‘grone’ resaltó el valor de los jugadores del Hayduk FBC. ‘Manguera’ Villanueva fue claro en el elogio a sus rivales: “Sus jugadores son rápidos y combinan muy bien y tengo para mí que hoy no han dado todo lo que ellos pueden dar, quizá el cansancio del largo viaje y a que los pocos días de estada entre nosotros, no han sido suficientes para reponerse, por una parte, y por otra la nerviosidad del debut en nuestras canchas, que seguramente ha influido en la actuación de ellos en esta tarde y creo no equivocarme, que en próximos partidos se presentarán en forma distinta a la de hoy”.
Villanueva era un futbolista, pero era más que eso, era un auténtico deportista, con un espíritu franco, así lo dejó marcado en sus impresiones sobre el rival croata. Afirmó esa tarde limeña que, en lo que concernía a los jugadores visitantes, “estaban encantados de su gran moral deportiva y de su comportamiento correcto y caballeresco en todos los instantes, aún en los momentos más álgidos, en los que la misma impetuosidad del juego impone acciones, de los que otros que no tengan el espíritu de estos verdaderos deportistas, podrían derivarse incidentes desagradables”.
Luego de dar algunos nombres de sus rivales más duros de aquella tarde, Alejandro ‘Manguera’ Villanueva terminó la charla periodística, y de inmediato fue reclamado por su familia y amigos. El jolgorio continuaría por unas horas más.