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La avenida Faucett cumple 60 años desde su inauguración en medio de chacras
El 15 de setiembre de 1962, las autoridades del gobierno y de la Compañía de Aviación Faucett cortaron la cinta de apertura vehicular a la novísima avenida Elmer Faucett del Callao, que permitió llegar desde Lima con rapidez al nuevo aeropuerto internacional Jorge Chávez.
El mismo día que el torero español Antonio Ordóñez era atravesado por las astas de un toro en un muslo, en la plaza de Salamanca (España), en el Callao, los vecinos y las autoridades celebraban la inauguración de la avenida Elmer Faucett. No era una avenida cualquiera. Era la vía urbana que uniría el nuevo aeropuerto internacional Jorge Chávez, que terminaba de construirse en esa zona del Callao, con el resto de la ciudad. Aquel sábado 15 de setiembre de 1962, el Perú entero recordaba el nombre de Faucett y sus vínculos con nuestra nación. A la apertura de la nueva avenida, se sumó el develamiento del busto del fundador de la aviación comercial en el Perú.
Elmer James Faucett había nacido en Savona, Nueva York (EE.UU.), el 15 de marzo de 1891. Confesó alguna vez que el hecho que lo marcó de por vida ocurrió en Florida, el 1 de enero de 1914, cuando no cumplía aún los 23 años. Ese día, un solo pasajero, Abraham C. Pheil, pagó US$400 para tener el primer ticket de avión de un vuelo comercial. El primero de la historia.
El avión era un Benoist XIV anfibio, una avioneta que voló solo 23 minutos dentro de Florida, esto es, desde San Petersburgo hasta Tampa. El vuelo rasante que protagonizó Pheil estuvo a cargo de la empresa St. Petersburg-Tampa Airboat Line. Los miles de testigos quedaron estupefactos al ver el milagro aéreo. Así empezó la industria de los vuelos comerciales, y el joven Faucett se sintió inspirado por tal acontecimiento. La aviación era el futuro.
Casi de inmediato, en 1915, Faucett inició su formación como mecánico de aviones. La vida llevó a este audaz joven al Perú, en junio de 1920. Era un hombre de 29 años, bien preparado como mecánico en la empresa Curtis. Al Perú arribó con un grupo de pilotos que venían para hacer algunos vuelos de exhibición entre Lima y Trujillo.
Entonces, decidió quedarse en el Perú. Estudió en la primera academia de pilotos civiles, en Bellavista (Callao); fue allí justamente donde, según las crónicas de la época, se implementó la primera pista de aterrizaje del país. Todo estaba preparado para que, en pocos años, los viajes comerciales aeronáuticos tomaran vuelo.
El aviador de origen norteamericano se preparó en esa primera academia en Lima y así consiguió su licencia como piloto peruano, en mayo de 1921; su primer vuelo en solitario a los 30 años ocurrió ese mismo mes. Ya estaba preparado para vuelos pioneros más audaces: así voló de Lima a Iquitos, en octubre de 1922, en un biplano que hizo milagros para aterrizar en la mismísima selva.
Faucett o “Slim”, el sobrenombre para los amigos y familiares, fue alguien que voló, exploró e hizo una empresa aérea que mantuvo activa por décadas. Su compañía “Faucett S.A.” logró realizar el primer viaje comercial dentro del Perú, entre Lima y Chiclayo, el 16 de setiembre de 1928.
LECCIONES DE FAUCETT: INAUGURACIÓN DE LA AVENIDA Y EL BUSTO DEL AVIADOR
De un derrame cerebral, el 10 de abril de 1960, Elmer Faucett dejó de existir a los 69 años. Dejó, además, una vida dedicada a apoyar económicamente a su fundación, donde becaba a estudiantes que deseaban ser pilotos, mecánicos y otros oficios y les daba estudios avanzados en el extranjero.
Algo más de dos meses después de la muerte de Faucett, el 22 de junio de 1960 aterrizó el primer avión en la pista del nuevo aeropuerto (aún en construcción) en esa zona de chacras del Callao. Se llamaría “Jorge Chávez”, pero en ese momento la prensa lo llamaba “Aeropuerto Internacional de Lima-Callao”.
El año que murió Faucett (1960), el aeropuerto internacional de Lima empezaba a trasladarse del histórico lugar de Limatambo a esa zona de campo chalaco. El nuevo terminal aéreo necesitaba a como diera lugar una avenida, una vía urbana que permitiera el acceso a los nuevos viajeros que empezarían a venir con regularidad.
La inauguración de la nueva avenida Faucett, el 15 de setiembre de 1962, fue un verdadero homenaje a ese aviador, empresario y filántropo peruano-norteamericano. Se cumplía, además, el 34º aniversario de la Compañía Faucett, fundada en 1926. El busto de Faucett, ubicado exactamente frente al terminal aéreo, en el óvalo que hasta hoy vemos, esperaba su turno en solitario.
En ese punto, junto a los familiares de Faucett y al presidente del directorio de la compañía, Eduardo Dibós Dammert, se reunieron también el vicepresidente de la Junta Militar de Gobierno y ministro de Aeronáutica, el general FAP Pedro Vargas Prada, acompañado de su esposa Dora Humphrey.
Asimismo, el comandante general FAP Carlos Granthon Cardona; y el prefecto del Callao, capitán de navío Miguel Rotalde de Romaña. Además, el alcalde provincial del Callao, Manuel Arispe, y los alcaldes de Bellavista, Manuel Razzeto, y de La Punta, Fortunato Morotta. En el poder se hallaba entonces el general Ricardo Pérez Godoy, quien había dado el 17 de julio de ese mismo año de 1962, un golpe de Estado al presidente Manuel Prado.
AVENIDA FAUCETT: DETALLES DE LA APERTURA DE LA GRAN AVENIDA CHALACA
Tras el canto del himno nacional, que ejecutó la banda de músicos de la Fuerza Aérea del Perú (FAP), el alcalde Arispe destacó los beneficios de la nueva carretera. “La avenida Elmer Faucett dará prestigio internacional al Callao y a su importancia comercial”, dijo Arispe. El funcionario detalló los aportes “peruanistas” de Elmer Faucett (1891-1960), como el de abrir las rutas a la selva en cooperación con la FAP. Enseguida, el ministro Vargas Prada develó la placa del busto y apareció ante el público un Faucett vestido con el uniforme de vuelo de los años 20, colocado sobre una base mármol de seis metros y medio de altura.
En medio de los elogios del público, tomó la palabra el alcalde de Bellavista, Manuel Razetto, quien remarcó que los primeros pilotos que manejaron los antiguos aviones de la compañía se prepararon en la “Escuela de Aviación de Bellavista”, y allí mismo, en los talleres de la Mar Brava, se construyeron los primeros aviones de Sudamérica, que eran los de Faucett. También habló el señor Dibós Dammert, por la Compañía Faucett, quien destacó la “labor social” de Faucett y la fundación que lleva su nombre.
Minutos después, el mismo Dibós expresó regocijo cuando presenció la colocación de la primera piedra de los nuevos talleres de la compañía, a un costado del aeropuerto internacional. El sacerdote José de Echevarría la bendijo y la piedra angular fue colocada finalmente por el señor Antonio Bentín, director gerente de la empresa aérea. Hacia el mediodía, la comitiva se dirigió al Cementerio Británico del Callao, en Bellavista, para dejar ofrendas florales en la tumba del pionero de la aviación comercial.
Sobre los talleres de la compañía aérea en esa zona, el diario El Comercio especificó que el edificio se empezaría a construir a partir de octubre de 1962 (al mes siguiente); y tendría una extensión de 15.600 m2. Los talleres contarían con un hangar de 120 metros de largo por 50 metros de ancho. Serían considerados como unos de los más grandes de Sudamérica en esos años.
Para entonces, el Callao empezaba a crecer urbanísticamente y a sufrir también las invasiones que en esos años iniciales de la década del 60 arreciaron en la capital. Ese año de 1962, hubo tres invasiones de terrenos entre la antigua línea férrea y la nueva avenidaElmer Faucett.
Estas ocupaciones populares crearían los nuevos asentamientos humanos “Los Conquistadores”, “22 de Octubre” y “Nuevo Reynoso”. Aún no existían como distritos ni La Perla (creada en 1964) ni Ventanilla (creada en 1969). Así nació la avenida y el busto de Elmer Faucett en el Callao.
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