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Bicentenario de la batalla de Junín: así fue la conmemoración de los 150 años en la misma pampa, un 6 de agosto de 1974 | FOTOS EXCLUSIVAS
Hace 50 años, el 6 de agosto de 1974, se conmemoró el sesquicentenario de la batalla de Junín, en la propia pampa donde se desarrolló la gloriosa lucha por la emancipación del Perú y América. Fue una fiesta plena de emoción, orgullo y patriotismo. Ahora se cumple el bicentenario de ese suceso histórico.
Lo que se vio aquel martes 6 de agosto de 1974, en el santuario histórico de la “Pampa Chacamarca”, escenario de la batalla de Junín, emocionó a todos los peruanos. En ese sesquicentenario de Junín hubo sendos discursos de las autoridades nacionales e internacionales, una misa de campaña, pero lo que más satisfizo a la gente fue el desfile “cívico-militar” en el que participaron las escoltas de los países invitados, los grupos de la II Región Motorizada del Ejército y los escolares de Junín. Hoy estamos celebrando el bicentenario de esta crucial batalla, acontecida el 6 de agosto de 1824, y que marcó el destino independentista de todo el continente americano.
LA BATALLA DE JUNÍN EN EL RECUERDO
El 6 de agosto de 1824, la victoria de los patriotas en Junín fue el prólogo del triunfo final en Ayacucho, el 9 de diciembre de ese mismo año. Ambas batallas pusieron fin a la dominación española en América, pero la de Junín fue una lucha única, planteada a caballo y a pura lanza, sable y cuchillo, con un batallón de peruanos, junto a los soldados del Ejército de Bolívar que conducía Antonio José de Sucre.
La batalla de Junín fue muy dramática, incluso con pasajes críticos como cuando los jinetes patriotas, al mando del argentino Mariano Necochea, se desorganizaron y pusieron en peligro la victoria; entonces la oportuna carga de los “Húsares del Perú”, al mando del teniente coronel Isidoro Suárez, cambió la suerte de la lucha, convirtiendo lo que casi era una derrota en un rotundo triunfo.
El feroz choque duró solo 45 minutos. Sin embargo, el espectáculo del Ejército Libertador victorioso ante una más numerosa caballería española, que terminó en fuga, no hizo olvidar durante el sesquicentenario la participación antes, durante y después de la batalla de un bien organizado cuerpo de montoneros en Junín, bajo el comando del general inglés Guillermo Miller, quien era a la vez el segundo en mando de la caballería patriota.
Las “montoneras” estaban formadas por numerosos hacendados, campesinos y pastores, todos patriotas peruanos de la región del Centro, que conocían bien la zona, y por eso mismo supieron cómo acosar y rodear al general español, de origen francés, José Canterac.
Ellos hicieron una vía libre para el paso del Ejército Libertador a la “Pampa de Chacamarca”, terreno de la batalla. Estos “guerrilleros” asumieron una fuerza auxiliar de importancia clave para el feliz desenlace en Junín.
Después de la victoria, el regimiento “Húsares del Perú” cambió su nombre por el de “Húsares de Junín”, por orden de Bolívar, y que se conserva hasta hoy. Por eso, en homenaje al triunfo, el 6 de agosto es también el “Día de la Caballería” del Ejército Peruano.
LA BATALLA DE JUNÍN: LOS PREVIOS DE LA CEREMONIA POR EL SESQUICENTENARIO EN 1974
Ciento cincuenta años después de la batalla de Junín, el Perú conmemoró la fecha en el mismo terreno (ya considerado “santuario histórico”) en el que se dio esa lucha decisiva para la independencia del continente. Así, el domingo 4 de agosto de 1974, dos días antes de la gran efeméride, el Concejo Provincial de Tarma (Junín) celebró una sesión solemne en conmemoración del “Sesquicentenario de la Gloriosa Batalla de Junín”.
En dicha ceremonia, el alcalde Edilberto Orihuela pronunció un discurso resaltando la importancia de la efeméride y el aporte peruano a la revolución americana. Asimismo, se develó una placa en homenaje a los tarmeños ilustres que participaron en la batalla.
Antes del evento central, del 6 de agosto de 1974, se develó en la plaza de Armas del histórico pueblo de Junín, una majestuosa estatua ecuestre de bronce, obsequiada por el gobierno de Venezuela. El embajador de ese país, Rafael León Morales entregó el monumento para honrar la memoria de Bolívar y reconocer a Junín como santuario de la gesta emancipadora.
Al agradecer la entrega del monumento, el alcalde de la provincia de Junín, Dalmiro Anglas Baldeón, elogió la figura del Libertador Bolívar y recordó que fue en esa ciudad donde los patriotas curaron sus heridas después de la batalla.
El alcalde Anglas recordó que Junín no solo aportó a sus mejores hijos a la causa libertadora, sino que sus habitantes también se desprendieron generosamente de sus bienes, sufriendo represalias de los realistas por su compromiso con la independencia.
LA PAMPA DE LA BATALLA: PARTE PROTOCOLAR DE LA CEREMONIA
El acto conmemorativo por el sesquicentenario se inició a las 10 de la mañana, en la misma “Pampa Chacamarca”, ante el Obelisco de 35 metros de altura, que fue inaugurado 50 años atrás, durante las celebraciones por el centenario de la batalla (6 de agosto de1924). A los flancos de ese histórico obelisco, se formaron las escoltas de caballería de Argentina, Chile, Ecuador, Venezuela y Perú en uniforme de gala.
Los embajadores y agregados militares de Argentina, Bolivia, Colombia, Chile, Ecuador, Panamá y Venezuela estuvieron presentes y vieron cómo sus banderas eran izadas, mientras se interpretaba la “Marcha de Banderas”, seguida del Himno Nacional del Perú, que fue cantado por las cerca de 100 mil personas que acudieron a la pampa desde la madrugada de aquella jornada.
El santuario histórico de “Pampa Chacamarca” se reunió tal cantidad de gente, incluidos los altos jefes del Ejército, las autoridades locales y los representantes de instituciones cívicas de Lima y Junín. Al final del himno patrio, se colocaron ofrendas florales ante el obelisco.
Los asistentes vivieron con profunda emoción el recuerdo de la batalla. Hubo numerosas tribunas para el público asistente, que no solo escuchó los discursos oficiales sino que además supo disfrutar del desfile cívico-militar que cerró el evento.
En aquel inolvidable desfile intervinieron las escoltas de Argentina, Chile, Ecuador, Panamá y Venezuela, que fueron entusiastamente aplaudidas por los testigos del evento. En la tribuna oficial de la ceremonia en Chacamarca, se ubicaron los miembros de las delegaciones militares extranjeras, invitados especialmente por el Ejército Peruano para celebrar la efeméride.
IMPONENTE DESFILE CÍVICO-MILITAR EN EL ESCENARIO DE LA BATALLA DE JUNÍN
La ceremonia continuó con una misa de campaña oficiada por el R.P. Andrés Thorwarth, Vicario General de la Prelatura Nullius de Tarma y Pasco. Y en nombre de las delegaciones militares extranjeras, habló el general Rafael Augusto Auge Guillén, jefe de la representación venezolana, quien destacó la trascendencia de la fecha y el papel decisivo de la caballería peruana, de nuestros “Húsares del Perú”.
A su turno, el ministro de RR.EE. del Perú, general Miguel Ángel de La Flor Valle destacó que la ceremonia era un testimonio de la eterna presencia de aquellos que dieron sus vidas por la independencia, y recordó a Túpac Amaru como precursor del proceso emancipador.
El acto del sesquicentenario de la batalla de Junín (1824-1974) se cerró con el desfile de las delegaciones escolares, organizaciones campesinas, cooperativas agrarias y sociedades agrícolas de interés social.
Fueron especialmente celebrados con aplausos y vivas de la concurrencia huanca, los desplazamientos de las delegaciones militares extranjeras y de los escuadrones del “Glorioso Regimiento de Caballería” de los “Húsares de Junín” Nº 1, en uniforme de gala, así como de una compañía de cadetes de Chorrillos y de los efectivos de la Segunda División Motorizada de Huancayo.
De esta forma, se conmemoró el sesquicentenario de la batalla de Junín, el 6 de agosto de 1974. Hoy, que recordamos el bicentenario de ese hecho histórico de nuestro proceso emancipador, vuelven a nuestra memoria el sacrificio de los hombres de este continente para hacer una patria grande. Un legado histórico que esperemos no se olvide tan fácilmente.
En este episodio de Cuenta la Historia, se narran detalles de la construcción de uno de los íconos arquitectónicos de Lima, el edificio del Diario El Comercio.
Para ello, Gonzalo y el abuelo se remontan a 1919, año en que una turba instigada por el entonces presidente Augusto B. Leguía atacó e incendió parte del local donde funcionaba la redacción de El Comercio.
En respuesta, don José Antonio Miró Quesada ordenó construir un nuevo edificio en la misma locación, que sea tan imponente como una fortaleza.
Este año, la casa de El Comercio cumple 100 años de inaugurada y lo celebramos rememorando algunos momentos y personajes históricos que pasaron por ahí.