El incomparable bufo mexicano se vio obligado a realizar una escala en Perú durante su viaje a Buenos Aires, debido a que una huelga en el aeropuerto argentino alteró su itinerario.
“Cantinflas” arribó de México a las 5 de la mañana y fue recibido en el Aeropuerto Jorge Chávez por numerosos periodistas y un ejecutivo de Columbia Pictures.
Entre los hombres de prensa estaba Arturo Morales, redactor de El Comercio, quien invitó al afamado artista a visitar las instalaciones del decano. El gran “Cantinflas” aceptó encantado.
Mario Moreno ingresó por la puerta principal y cruzó el gran patio de la Casona. Los trabajadores del diario fueron sorprendidos en sus labores cotidianas al ver al mismísimo “Cantinflas” recorriendo los pasillos del local principal del decano.
El comediante visitó la sala de redacción y los talleres, bromeando y estrechando la mano de periodistas, linotipistas y trabajadores del diario. Y claro, también se tomó fotos con ellos.
“Siento una viva satisfacción al encontrarme en El Comercio, diario del cual tengo los mejores recuerdos de mi anterior visita a Lima”, expresó el artista, quien en ese momento tenía 49 años de edad.
Antes de abandonar la sede de El Comercio, el comediante dejó de recuerdo una dedicatoria de puño y letra.
Algunos minutos antes, “Cantinflas” había estado en la Plaza de Armas, en donde se detuvo frente al Palacio de Gobierno, observando con admiración el cambio de guardia.
El creador de las “cantinfladas” departió con algunos miembros del Regimiento Escolta.
No quiso hablar de Fidel Castro
Al retornar al aeropuerto -luego de su furtivo paseo por el centro de la capital, Miraflores, Orrantia y San Isidro-, la prensa y sus seguidores lo rodearon nuevamente.
El astro del cine mexicano se dirigía a Argentina para participar del Festival Cinematográfico de Mar del Plata. Su gira también incluía Brasil y Uruguay.
Interrogado por los periodistas, evitó hablar de política cuando se le preguntó por Fidel Castro -¡Qué en política no me meto…pos oiga usted!-, pero sí comentó que tenía un hijo de seis meses llamado Mario Arturo y reveló que existía la posibilidad de filmar algunas películas en Lima.
Anunció también el próximo estreno en Perú, para Semana Santa, de su exitosa película “Pepe”, que estaba triunfando en Nueva York.
El multimillonario astro mexicano lucía en su muñeca un reloj de oro con rubíes y vestía un elegante terno.
Preguntado sobre un supuesto romance con la actriz Kim Novak, Cantinflas no dijo una palabra, y tampoco dio detalles acerca de las operaciones de cirugía estética a las que se habría sometido.
La relación entre los peruanos y “Cantinflas” siempre fue estrecha y nació durante la “época de oro” del cine mexicano.
“Ni sangre ni arena” fue estrenada en Lima en 1942, llenando las salas de cine de nuestra capital. En junio del mismo año se puso en cartelera “El gendarme desconocido” con un éxito similar.
La corta estadía de Mario Moreno terminó a las 9:05 de la mañana, cuando partió en un jet rumbo a Buenos Aires.
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