Carmen Sevilla: cuando la diva española llegó al Perú y confesó con quién soñaba filmar
La actriz y cantante española estuvo en el Perú un brevísimo tiempo, antes de seguir rumbo a México para grabar una famosa cinta junto al galán latinoamericano del momento: Pedro Infante.
Esa mañana del domingo 1 de febrero de 1953, en el aeropuerto internacional de Limatambo, el público limeño pudo ver a María del Carmen García Galisteo (1930), Carmen Sevilla para el mundo, bajar del avión cuatrimotor con su eterna sonrisa. Era la estrella española, la sublime cantante, la actriz de carácter que nos dejó su estela de belleza y talento en unos cortos 40 minutos.
La sevillana radiante era ya conocida en el Perú pues, meses antes, se había estrenado en el Perú la película “El sueño de Andalucía” (1951), una coproducción franco-española de corte musical, donde Sevilla destacó por su encantadora voz y su presencia misteriosa y gitana.
Pero, la joven estrella de 22 años no bajó sola de ese avión. Le acompañada su madre, Florentina Galisteo Ramírez, quien no la perdía de vista en estos viajes largos que la diva empezaba a realizar. Ellas habían estado fuera de España desde hacía un mes y medio, yestuvieron ese tiempo de vacaciones entre Argentina, Uruguay y Brasil.
De ese descanso, ya recuperada del intenso trabajo que hacía en España, Carmen Sevilla se dirigía a México para filmar, junto con el cantante y actor también, Pedro Infante, la que sería una famosa cinta: “Gitana tenías que ser” (1953).
Carmen tenía el tiempo justo para tomarse un respiro antes del largo vuelo hasta el país azteca; quería estirar las piernas y tomar un refrigerio en la cafetería del terminal aéreo de Lima. Entre sánguches y una limonada helada, la artista peninsular dialogó brevemente con la prensa que no perdió ni un segundo de su presencia entre nosotros.
“Morena, ojos negros, y con 57 kilos de peso distribuidos maravillosamente en 1.61 m. de estatura”, era la descripción del reportero de El Comercio, quien además añadió completamente seducido: “Un conjunto de falda y chompa de jersey de lana color plomo, zapatos del mismo color, y un pequeño turbante de terciopelo negro hacía juego con sus atractivos físicos”.
Si bien en el Perú recién se le empezaba a conocer bien, ya para entonces, con sus 22 abriles, Carmen Sevilla había hecho diez filmes, muchas de estos rodados en Francia y casi siempre en coproducciones franco-españolas. Cuando le preguntaron, ¿cuál era su cinta favorita de las que ha hecho?, siempre respondía lo mismo: “La próxima”.
La película que hasta ese verano de 1953 había liderado la taquilla en Europa y parte de América había sido “Violetas imperiales” (1952), que aún no se veía en el Perú, pero que era el gran estreno que se esperaba pronto. Allí participó con el actor y cantante de opereta Luis Mariano (1914-1970), con quien también hizo pareja en “El sueño de Andalucía”.
Carmen Sevilla fue una estrella que alumbró con una fuerza inusitada especialmente esa década de 1950. Pero tuvo un estreno fantástico en 1949, cuando apenas tenía 18 años y unos meses. En ese momento protagonizó, al lado del actor y tenor mexicano Jorge Negrete, la cinta “Jalisco canta en Sevilla”, una coproducción mexicano-española. Sevilla confirmaría su gran talento para el canto, el baile y la actuación en otras películas de comienzos de esa década del 50 como en “Plumas al viento”, con Georges Guetary, y “El deseo y el amor”.
Lima la recibió en esos minutos mágicos con coquetería y curiosidad por saber todo de ella. Los periodistas no perdieron ocasión para preguntarle si algún actor era de su preferencia. Ella, sin perder la compostura, respondió con habilidad y picardía: “Todos son muy buenos compañeros, ¡pero nada más!...”. Confesó, sin embargo, que le gustaría filmar una película con el actor norteamericano Montgomery Clift (1920-1966). “¡Ese es mi tipo!”, exclamó, dando la primicia de sus gustos personales.
En su visita reciente a Uruguay, a Punta del Este, Carmen Sevilla contó que había conocido a unos peruanos. “Ellos me hablaron maravillas de esta tierra, que, sé, tiene tanto de mi patria”, dijo, rodeada de los hombres de prensa.
En menos de una hora entre nosotros, la diva dejó una huella de simpatía y de sentido del humor muy claras. Los altoparlantes del aeropuerto dieron la clarinada de que la conversación debía terminar, puesto que la compañía aérea Braniff anunciaba el embarque de pasajeros para su vuelo hacia la Ciudad de México.
Allá, en el país azteca, conocería a Pedro Infante, con quien grabaría, como ya dijimos, la recordada cinta “Gitana tenías que ser” (1953), donde interpretaría al personaje de Pastora de los Reyes, una afamada cantante española que llegaba a México, justamente, para rodar una película.
En medio de técnicos, periodistas y actores, Pastora se enamora de Pablo Mendoza, su coprotagonista en aquella “cinta dentro de la cinta”; se trataba de un mariachi cantinero, cuyo papel asumió con inusitada verosimilitud el gran Pedro Infante.
La historia detrás de cámaras dice que el actor y la actriz, la cantante y el cantante congeniaron luego de una primera mala impresión. Pedro Infante prometió a Carmen Sevilla que iría a España para grabar con ella otra película. Lamentablemente, en abril de 1957el mexicano falleció en un accidente aéreo. Y ella siempre se quedó con la duda de qué hubiera pasado entre ellos si se hubieran reencontrado alguna vez en España.
La sevillana protagonizó alrededor de 90 películas, y fue dirigida por buenos y grandes directores como el italiano Vittorio de Sica o el español Juan Antonio Bardem (padre del actor Miguel Bardem). Actuó con gente de calidad como Martine Carol, Paulette Goddard, Luis Mariano, Ricardo Montalbán, Fernandel, Georges Guetary, entre otros.
Volvería al Perú para actuar en 1967, en compañía de Augusto Algueró, quien en esos años era su esposo. En 1981, Carmen Sevilla actuaría en el Teatro Municipal, donde alternó con Lolita, la hija de Lola Flores. Ella recibió honores como obtener la Gran Cruz de las Artes, las Letras y las Ciencias, que le concedió el gobierno de Francia.
A fines de los años 90, condujo por Antena 3 de España un programa musical de dos horas de duración, “La noche de Carmen”. Y en noviembre del 2001, durante el Festival de Cine Iberoamericano de Huelva, recibió un homenaje especial: para ella fue el “Premio Ciudad de Huelva”.
Actualmente, ya retirada desde hace varios años de toda actividad artística, Carmen Sevilla cumplió el pasado 16 de octubre, 91 años de edad. La suya fue, sin duda, una vida intensa, fantástica y artísticamente admirable.
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