Cómo fue el naufragio del vapor “Colombia” frente a las costas de Chiclayo en 1907
El 9 de agosto de 1907, el vapor “Colombia” encalló en la isla Lobos de Tierra, frente a Lambayeque, cuando se dirigía del puerto de Paita hacia Eten, transportando a 72 pasajeros.
“Se ha confirmado la creencia que había desde ayer temprano del naufragio del “Colombia”, que el jueves último hizo escala en este puerto (Paita), procedente de Panamá, para salir a las cuatro de la tarde de ese día con destino a Eten”, informó El Comercio en su edición de la mañana del 12 de agosto de 1907.
“El Naufragio del Colombia. Tres ahogados. Fuerte explosión. Hundimiento del buque”, tituló el decano en su portada.
Las primeras versiones del hundimiento de la nave las trajeron dos sobrevivientes, los señores Conder y Marie, quienes el 10 de agosto arribaron a Paita en un bote.
Ambos confirmaron la noticia del naufragio y compartieron algunos detalles con el corresponsal del decano.
Contaron que el “Colombia” navegaba tranquilamente, cuando a las dos de la madrugada del día 9 impactó contra el extremo sur de la isla Lobo de Tierra, denominado Punta Sáenz, quedando encallado.
Según el testimonio de los supervivientes, “el capitán Gronow mostró en esos momentos gran serenidad, y las órdenes que dio con energía fueron ejecutadas por los tripulantes, gracias a las cuales se consiguió poner a salvo, en 20 minutos, a todos los que iban a bordo, con excepción del señor Blackwell”.
El pasajero de cámara P. O. Blackwell, un empleado de la Cerro de Pasco Mining Company, no quiso embarcarse en los botes en que escaparon los demás ocupantes de la nave. Él y dos marineros perecieron durante el naufragio.
El señor Marie contó que estaban acostados en su camarote cuando sintieron que el vapor chocaba contra algo. Su primera reacción fue colocarse el salvavidas que tenía en su cama. Luego salió a cubierta, donde se notaba ya gran confusión.
“Dos señoras corrían desoladas llorando desesperadamente. Fue imposible al señor Marie calmarlas. Entonces las sujetó y les colocó los salvavidas. Todo esto con la mayor rapidez posible, pues en esos instantes se sintió un nuevo choque del vapor”, indica la información.
Mientras tanto, el capitán del “Colombia” organizaba a la gente de a bordo para que cumplieran con serenidad sus disposiciones, consiguiendo que pasajeros y tripulantes quedaran embarcados en los botes salvavidas.
¿Qué pasó con el pasajero Blackwell? Según el testimonio de Marie, Blackwell pereció por su inexplicable tenacidad para no querer abandonar su camarote.
“Cerró su puerta y no la abrió a pesar de habérsele llamado insistentemente, dándole aviso del peligro que corría. Su última respuesta fue que no lo importunaran”, contó el sobreviviente.
Las otras dos víctimas fueron marineros, quienes tras el primer impacto se arrojaron desde la cubierta de proa hacia el mar, estrellándose probablemente contra las rocas.
Después que se restableció la tranquilidad, se buscó a los marineros por medio de botes que recorrieron el lugar, sin que fuera posible encontrarlos.
Los últimos en abandonar la nave fueron el capitán Gronow, el contramaestre, el ingeniero y el primer piloto. El “Colombia” quedó clavado en la roca en que chocó, con un pie de la chimenea fuera del agua.
Todos los ocupantes del “Colombia” permanecieron en los botes salvavidas hasta que el buque “Bergani”, que estaba cargando guano en la bahía, los rescató y los llevó a la isla.
Dos señoras escaparon tan precipitadamente que solo llevaron los cubrecamas que pudieron sacar de sus camarotes.
Ya en tierra los náufragos recibieron ropa de parte de los trabajadores de ese lugar, quienes solo tenían blusas y pantalones de jornaleros, que sirvieron para hombres y mujeres indistintamente.
Poco después de terminada esta operación, el vapor se hundió, oyéndose en ese momento una fuerte detonación.
Entre la mercadería que transportaba existían doce mil bultos, la mitad para puertos peruanos y la otra mitad para puertos chilenos. En Paita se sumaron 30 reses, que probablemente perecieron.
El 11 de agosto el vapor Maipó llegó a Chiclayo trayendo a todos los náufragos: 59 hombres, 7 mujeres y 3 niños, tras rescatarlos de la isla. Por su parte, el capitán Gronow atribuyó las causas del desastre a corrientes anormales.
El vapor “Colombia” fue echado al agua en 1899 y fue destinado a navegar por el océano Pacífico. La travesía del buque estaba programada para alcanzar los puertos de Mollendo, Iquique, Arica y Valparaíso
Policía salvó vida de sus prisioneros
El Comercio también nos cuenta la plausible acción de un oficial de policía apellidado García, quien custodiaba a unos sentenciados que se trasladaban en el vapor.
El efectivo en actitud serena, pero enérgica, dirigió a sus efectivos contribuyendo al orden en medio de la crisis, y solo abandonó la nave después de “salvar a los presos confiados a su vigilancia”.