El mismo día que la prensa mundial informaba de una fuerte gripe que tumbó en la cama al papa Pablo VI en Roma, y el mismo día que, según la FAO, seguíamos siendo “el primer lugar del mundo en pesca”, en Lima la atención se cernía sobre la Costa Verde, frente al tranquilo mar de la capital. Ese martes 15 de diciembre de 1970, fue inaugurada la vía debajo de los acantilados, esto es, el ‘circuito de playas’ de la Costa Verde, que iba de la Quebrada de Armendáriz, en Miraflores, hasta Chorrillos.
Tal circuito playero fue ideado para ser una “vía rápida”, de continuo flujo vehicular, lo que ayudaría al acceso hacia la zona playera del litoral limeño. En décadas anteriores, los veraneantes debían bajar por escalinatas hasta las playas (“Bajada de los baños”), pero el primer alcalde electo de Lima, Luis Bedoya Reyes (1964-66/1967-69) decidió hacer una verdadera carretera, y lo ideó ganándole terreno al mar.
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Para iniciar las obras de lo que sería el ‘circuito de playas’, Bedoya ordenó rellenar la orilla del mar limeño con un material especial: el que se extrajo de la construcción de los primeros tramos de la Vía Expresa de Lima, que el propio alcalde Bedoya había inaugurado en 1967. Así empezó el viejo proyecto del circuito playero de Lima.
El placer de inaugurar este circuito del litoral como autoridad edil correspondió al joven alcalde de Lima, Eduardo ‘Chachi’ Dibos Chappuis, muy popular entonces y quien había sido designado como autoridad por el gobierno militar del general Juan Velasco Alvarado, luego de que Luis Bedoya finaliza su periodo municipal.
CIRCUITO DE PLAYAS: UNA APERTURA NOCTURNA Y NECESARIA PARA LIMA
Esa noche del 15 de diciembre de 1970, antes de llegar al ‘circuito de playas’, el general Velasco Alvarado puso en servicio el nuevo tramo de la Vía Expresa del Paseo de la República, aquella que estaba entre las avenidas Ricardo Palma y Reducto; entre la salida de la Vía Expresa y Armendáriz.
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Desde ese punto, la comitiva oficial llegó a las 8 y 30 de la noche, en un auto negro cerrado, al acto inaugural de la nueva vía, muy cerca de la Bajada de Armendáriz. En el carro presidencial viajaba también el alcalde Dibós, mientras en otro parecido se encontraban el primer ministro y ministro de Guerra, general Ernesto Montagne y otros miembros de la comitiva.
La del ‘circuito de playas’ fue una ceremonia de corta duración. Pero antes todos cantaron el himno nacional, que interpretó la Banda de Músicos de la Guardia Republicana. El acto en sí solo duró seis minutos, como informó El Comercio (EC, 16/12/1970); es decir, 360 segundos para ubicarse frente a la cinta bicolor, cortarla y hacer el recorrido por la nueva vía de playas de Lima; esa vez pasaron por las playas miraflorinas de ‘Makaha’, ‘Waikiki’, ‘Redondo’, ‘Punta Roquitas’; y luego a ‘Barranquito’, ‘Los Pavos’ y ‘Sombrillas’ en Barranco, hasta llegar a ‘Agua Dulce’ y ‘La Herradura’ en Chorrillos.
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El alcalde de Lima, ‘Chachi’ Dibós entregó el honor de cortar la cinta al general Velasco Alvarado. Este no demoró más de la cuenta. En seguida, subieron al auto para dar el paseo de apertura. Velasco y Dibós estuvieron acompañados en su recorrido nocturno por el ‘Circuito de playas’ por el Jefe de la Casa Militar, E.P. Enrique Ibáñez.
A la parquedad militar, que se rompió solo cuando Velasco Alvarado dijo, en todo futbolero, que esa obra era “otro gol más”, se impuso de todas formas la alegría de los vecinos de la Costa Verde (Miraflores, Barranco y Chorrillos).
Estos afanosos ciudadanos repletaron la entrada de la Quebrada de Armendáriz, donde se dio el acto, muy cerca del “puente de intercambio vehicular que une la avenida Reducto, de Miraflores, con la avenida Grau, de Barranco”. (EC, 16/12/1970)
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Según información de la comuna limeña, se invirtió en la obra un total de “45 millones de soles”; y se calculaba que unas “200 mil personas” podrían utilizar la nueva pista, la cual se completaba con la ruta de retorno “por la Quebrada de Tenderini, la avenida de la Escuela Militar de Chorrillos y la Avenida José María Eguren”. (EC, 16/12/1970)
La prensa limeña destacaba en sus notas del día que el proyecto incluía un puente de intercambio vehicular que une Miraflores y Barranco, de unos 40 metros de largo y 25 de ancho, “así como dos puentes secundarios, uno de 15 metros de largo por 10.8 metros de ancho; y otro de 13 metros de largo por 10.8 metros de ancho”. (EC, 16/12/1970)
CIRCUITO DE PLAYAS: EMPEZÓ EL USO REALMENTE MASIVO DE LA COSTA VERDE
Una vez abierto al tránsito la vía a las playas de la Costa Verde, los limeños y demás visitantes se volcaron a sus aguas. Pero no solo llegaban con sus propios autos. La gran mayoría lo hacía en ómnibus.
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Para ello, la Municipalidad de Lima dispuso el servicio de las unidades de la Administradora Paramunicipal de Transporte de Lima (APTL), una empresa creada en 1965 por Bedoya Reyes, y que antecedió a la empresa Enatru Perú S.A., que inició sus operaciones recién en 1976.
Los APTL eran ómnibus llegados de Alemania, y que siguieron las rutas del antiguo Servicio Municipal de Transportes. Con los 360 ómnibus que llegaron a mediados de los años 60 se cubrió buena parte de las antiguas y nuevas rutas; la reciente a la playa la cubrieron ocho de estas unidades.
Los limeños, atraídos por la novedad del circuito llegaron en masa durante esa temporada de verano ‘71, y lo hicieron, en su gran mayoría, bien ubicados en los bussing senator, excelentes buses de transporte urbano. Los domingos era el principal día para la diversión popular en las playas, sin ninguna duda.
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Los bussing eran generosos con todos. La línea de transporte con las ocho unidades dedicadas a la playa había sido creada a fines de diciembre de 1970, y se llamó ‘Línea Circuito de Playas’. Había paraderos bien establecidos. Para Miraflores, por ejemplo, informaba El Comercio, el paradero inicial estaba “en el cruce de La Paz y Armendáriz”. Allí convergían dos líneas de bussing: la “Expreso Miraflores” y la “Lima-Chorrillos”.
Asimismo, en ese punto inicial también llegaban tres comités de colectivos, líneas de microbuses y la línea de ómnibus Nº 73 “Lima-Chorrillos” (la ‘73′). “Se cobraba dos soles por la bajada hasta las diferentes playas”, decía el diario decano. (EC, 11/01/1971)
Justamente, desde diciembre de 1970 se había determinado que de los tres distritos vecinos al ‘circuito de playas’, solo la comuna chorrillana podía cobrar “parqueo en playas” a los vehículos.
Más allá de Chorrillos estaban autorizados a lo mismo Ancón, Ventanilla (Callao), Santa Rosa, Punta Negra, Punta Hermosa, San Bartolo, Santa María del Mar, Pucusana, Villa María del Triunfo y Lurín; en Cañete, Chilca y San Antonio. (EC, 22/01/1971)
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Ante las expectativas de las municipalidades de Miraflores, Barranco y Chorrillos de contar con una nueva infraestructura para sostener la intensa actividad del circuito de la Costa Verde, el alcalde de Lima, ‘Chachi’ Dibós debió aclarar varios puntos esas primeras semanas de enero de 1971.
Debido a que aún no se había establecido el Reglamento General de Uso del Circuito de Playas, en el que se plantearían las siguientes etapas de su futuro desarrollo, el alcalde Dibós debió decir a los alcaldes involucrados que el circuito “no es sino el comienzo de un plan de realizaciones integral que el Consejo de Lima lleva a cabo en beneficio de los Balnearios del Sur y de la gran población de Lima Metropolitana”. (EC, 22/01/1971)
Entre las medidas que el municipio de Lima pidió a los consejos distritales imponer como prioridad, figuraron: el control estricto del comercio ambulatorio y de kioscos no autorizados; el mantenimiento de las obras vitales y el equipamiento en las playas; y, curiosamente, la “eliminación de todo aviso publicitario tanto en la Vía Expresa como en el Circuito de Playas, dentro de los derechos de vía”.
Así empezó a funcionar para la ciudad, allá en los años 70, el ‘circuito de playas’ de la Costa Verde, el cual hoy se ha ampliado a otros distritos costeros.