Darío Teófilo Médico Ugarte trabajó en el diario decano entre 1965 y 1993. Formó parte de una generación de fotógrafos autodidactas, campeones en el oficio de recorrer la calle hasta encontrar la primicia. Ayer el intrépido fotógrafo, natural de Oyón, falleció a los 85 años.
Darío Médico fue uno de los reporteros gráficos con más fotografías publicadas en primera plana. Los redactores escribían sus notas en base a sus fotos porque Darío siempre encontraba ese ángulo novedoso que solo un ojo experto podía conseguir. Si era necesario regresaba al lugar de los hechos para mejorar la cobertura noticiosa. Él sabía cuando su fotografía era digna de la página principal.
Darío Médico documentó la violencia terrorista y en varias ocasiones se salvó de morir:
“Estábamos en peligro de muerte, nos amenazaban siempre. Con el gran Javier Ascue nos salvamos de varias. Una vez hubo un enfrentamiento cerca del estadio de Huamanga y quedamos en medio, entre terroristas y policías, tuve que tirarme a una zanja. Javier me regalaba coraje; otra vez nos salvamos de una balacera en Vilcashuamán”, rememoró Darío en una nota sobre los 10 años de la presentación del informe de la Comisión de la Verdad.
En otro pasaje del artículo relató: “Lo que más me impactó fue el asesinato de la periodista Bárbara D’Achille. Partimos con Ascue para investigar al lugar de los hechos, en Huancavelica, y cuando estábamos cerca, camuflados porque hablábamos quechua, vimos a cuatro tipos armados que decían: ‘Hay dos de El Comercio que vienen’ y bajaban el dedo. Felizmente pudimos huir. Si arriesgábamos la vida era por amor a nuestra profesión”.
Para hacer esta nota revisamos más de un centenar de fotografías digitalizadas de los años 60 hasta 90 cuando Darío Médico caminaba con su cámara Nikon al hombro. Además conversamos con sus colegas quienes destacaron su valentía y arrojo.
“Darío Médico fue un reportero gráfico pura chamba. En cada comisión que salía con él me decía: ‘debemos volver al Diario tú con lo que apuntes y yo con las fotos que tome, no importa cómo...’. Su descendencia serrana lo llevó a tomar siempre actitudes que rayaban con la intrepidez. No se contuvo ante nadie”, nos escribe el periodista Mario Fernández.
Darío Médico fue mentor de la siguiente ola de fotógrafos de prensa, entre ellos Rolly Reyna y Lino Chipana.
“Como fotógrafo estaba hecho para la calle. Incansable. Producía la mayor cantidad de iniciativas”, nos comentó Rolly; mientras que Lino agregó: “Tenía buen ojo para buscar cosas nuevas”.
Darío conocía al detalle la forma cómo debían revelarse los rollos de película para que las fotografías reproduzcan fielmente las tonalidades y detalles que detectó su ojo fotográfico. Además “era trome” seleccionando el lente adecuado para cada ocasión, nos explicó Rolly Reyna.
“Cuando estaba cubriendo el conflicto del Falso Paquisha, Darío estaba tomando fotos a unos tanques cuando cayó a un hueco. En cuestión de segundos uno de los tanques pasó por encima. Salió ileso”, recuerda Lino Chipana una de las tantas anécdotas que ocurrían durante la cobertura de noticias.
Pero sería el 22 de abril de 1988 cuando Darío Médico se convirtió en noticia de primera plana. El redactor José Indacochea, el chofer Víctor Escobal y él regresaban luego de cubrir información sobre el atentado en la Central de Cooperativas de Cañete cuando sufrieron un aparatoso vuelco. Sobreponiéndose al dolor y demostrando profesionalismo, Darío consiguió tomar una foto del accidente que fue publicada en la portada del día siguiente. Un dolor de cadera perenne sería el recordatorio de esta hazaña.
Rolly Reyna, quien por esos años era laboratorista del diario, comentó que Darío no quería soltar su cámara ni en el hospital. Tenía temor de que velaran su rollo. Tuvieron que convencerlo para que entregara la cámara.
“Serio de cara, pero de gran corazón”, así lo recuerda la periodista piurana Lucy Torres, quien editaba la página escolar del diario decano:
“Cuando fui practicante en El Comercio tuve la bendición de salir en muchas comisiones con don Darío Médico, un gran fotógrafo y muy buena persona. Me supo guiar y ayudar a movilizarme en la gran Lima. Guardo muchas anécdotas de aquellas épocas en que no había celulares ni autofocus ni nada digital. Las fotos se revelaban en un cuarto oscuro y teníamos que cargar con los rollos para cada comisión”.
Para las nuevas generaciones, que descubrimos la riqueza visual de un archivo buscando entre fotografías de papel y negativos blanco y negro, digitalizar no solo el trabajo de Darío Médico, sino de otros grandes fotógrafos como: Luis Laos, José Martínez, Eduardo Ramírez, José Michilot, por mencionar algunos nombres, nos da la oportunidad de reconstruir cada comisión, de observar cómo fue el proceso que realizaron para conseguir aquella foto impactante o conmovedora.
En esta nota solo compartimos una pequeña muestra del gran trabajo que realizó Darío Médico. Aun tenemos mucho material por descubrir y conservar para mantener vigente el legado de nuestros fotógrafos.
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