Orgullosos de haber cumplido la misión de resguardo, como integrantes de las Fuerzas de Observación y Separación de las Naciones Unidas, el 19 de julio retornaron al Perú los 350 soldados del Batallón Perú, a bordo de un gigantesco Jumbo de bandera suiza que se posó en suelo nacional a las 8:20 de la mañana.
El general Carlos Villa, sub jefe del Estado Mayor del Ejército y el general Leonidas Rodríguez, jefe de la Segunda Región Militar, estrecharon la mano uno a uno de los oficiales y soldados que contribuyeron al mantenimiento de la paz en el frente árabe-israelí.
El avión en el cual arribaron los 350 hombres, al mando del comandante Jaime Montesinos, se estacionó en el espigón destinado al tráfico aéreo nacional. De allí se movilizaron en buses especiales del Ejército a la Base FAP del grupo número 8, donde se cumplió la ceremonia oficial de bienvenida.
La misión
En 1973 el Batallón Perú se unió a otros contingentes internacionales creándose el cuerpo denominado Fuerza de Emergencia de la ONU, que ejecutó operaciones de pacificación entre Israel y los países árabes Egipto y Siria, tras culminar la Guerra del Yom Kippur, desarrollada entre el 6 y el 25 de octubre.
Desde 1958, en que militares peruanos fueron enviados al Líbano, hasta el presente Perú ha participado en más de 20 misiones de este tipo. El Batallón Perú fue creado el 6 de noviembre de 1973 y el 19 de noviembre se realizó la ceremonia de despedida y entrega de la Bandera de Guerra con participación del alto mando militar. El grueso del batallón inició su partida el 24 de ese mes, llegando al Aeropuerto de Lot en Tel Aviv.
El 9 de marzo de 1974, cuando el Batallón Perú participaba en la Operación “Calendario”, cuyo objetivo era la separación de las fuerzas egipcias e israelíes en el Canal de Suez, la detonación de una mina antitanque le quitó la vida a los soldados Vicencio Rosas Regalado, Rodolfo Neyra Córdova y Javier Espinoza Sánchez. Luego, las Naciones Unidas los declararían Héroes Internacionales de la Paz Mundial.
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La ceremonia
Fue impresionante el marco dentro del cual se realizó la ceremonia de bienvenida que el Ejército del Perú preparó en honor del contingente que retornó del Medio Oriente. Un destacamento militar con banda de músicos cubría uno de los lados del rectángulo que se formó para el ceremonial.
Periodistas y fotógrafos se ubicaron en el otro flanco. Y los generales Villa Pazos y Rodríguez Figueroa acompañados de medio centenar de altos jefes y oficiales del Ejército se ubicaron frente a los 350 efectivos que volvían a la Patria.
Unos tres mil familiares y amigos de los soldados que estuvieron en el Medio Oriente durante 20 meses se ubicaron en los alrededores del edificio central del Grupo 8 de la Fuerza Aérea del Perú ansiosos de abrazar a los recién llegados.
Honores a la bandera de guerra
Con paso marcial, y al acorde de la marcha “Los peruanos pasan”, desfiló el contingente y tomó luego su ubicación. Acto seguido los generales Villa Pazos y Rodríguez Figueroa y altos jefes del Ejército, se acercaron a la bandera patria para saludarla.
Después pasaron revista al Batallón Perú y al término de este acto se entonó el himno nacional. Para felicidad de los millares de asistentes, por los altavoces se escucharon las esperadas palabras de ¡rompan filas! La emoción y la alegría se exteriorizaron al instante. Los integrantes del Batallón Perú se confundieron emotivamente con sus familiares.
Fue un verdadero “mar humano” que se desplazó hacia los soldados. Vinieron los abrazos, frases de amor y llanto. También hubo nerviosismo porque, en medio de la tremenda confusión, muchos de ellos no ubicaban a sus familiares. La anécdota y la ternura se dieron la mano cuando una abuelita entregó a su nieto adorado su “plato de cebiche”. Todos los soldados lucían su uniforme de combate con ‘boinas azules’ y las insignias de las Naciones Unidas. En el brazo derecho lucían las letras grandes y claras de Perú.
Por un mundo mejor
El teniente coronel Jaime Montesinos, quien participó en aquella primera misión de 1958, y comandante del Batallón Perú dijo: “El personal estaba deseoso de retornar a la Patria. Nos sentimos orgullosos de haber cumplido la misión que nos señalaran, pese a numerosos factores adversos como el idioma, el clima y las circunstancias”.
“Fuimos a establecer la paz y lo logramos. Hubo sonrisas entre sirios e israelíes. Dejamos traslucir los principios de trabajar y de luchar por la paz y por un mundo mejor”. Luego de estas frases Montesinos se confundió en emotivos abrazos con sus familiares.
Por su parte, el general Rodríguez Figueroa manifestó: “La misión cumplida por el Batallón Perú debe interpretarse como la permanente vocación de paz del Perú y sus Fuerzas Armadas en el continente latinoamericano”. A manera de despedida, el Batallón participó en el desfile militar el 29 de julio, recibiendo el reconocimiento general de los peruanos, antes de ser desactivado días después. No olvidemos que en 1988 los Cascos Azules de las Naciones Unidas fueron galardonados con el Premio Nobel de la Paz.
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