Pese a tener atravesado el pecho de lado a lado por un tubo de acero, que se le incrustó debido a un accidente de tránsito ocurrido en la madrugada del 16 de marzo de 1982, Eladio Prado Ramos logró sobrevivir gracias a la intervención de bomberos y cirujanos. Esta es su historia.
Vivo y consciente. Así estaba Eladio Prado Ramos, mecánico de 31 años, cuando los camarógrafos de los noticieros llegaron a lugar del accidente. Aun no entendía que el tubo de acero de una tranquera había atravesado su cuerpo.
Todo comenzó...
Pasada la 1 de la madrugada Eladio Prado Ramos se dirigía a su casa por la Panamericana Sur cuando un ómnibus se le cruzó en el camino obligándolo a hacer una brusca maniobra, como consecuencia de la cual se estrelló en una barrera de tubos, cerca del campamento que tenía el Ministerio de Transportes y Comunicaciones.
Debido al fuerte impacto, uno de los tubos de acero de cuatro pulgadas de diámetro le atravesó el pecho por el lado derecho, comprometiendo el pulmón y varias costillas. Por unos minutos perdió el conocimiento.
Después de varias horas, el equipo médico de los bomberos logró sacarlo de su auto. Para ello limaron el tubo por ambos lados. Inmediatamente, fue trasladado al hospital Guillermo Almenara. Grande fue la sorpresa del personal médico cuando no solo lo vieron llegar con el tubo atravesado como lanza; sino que pudo dar algunos pasos hasta la camilla sin quejarse. De inmediato procedieron a anestesiarlo y abrirle la herida. La delicada operación estuvo a cargo del médico Víctor Álvarez.
El doctor Absalón Madrid Miró, jefe del servicio de tórax y cardiovascular de este hospital dijo que el caso era un verdadero milagro: “A pesar de tener comprometido el pulmón y varias costillas y de haber permanecido varias horas en este estado, el joven mecánico vive y en cuatro días estará caminando”. El doctor afirmó que gran parte de la suerte de Eladio Prado Ramos consistió en que el tubo sirvió de tapón y evitó la hemorragia.
Volvió a vivir
“Al ver mi situación delicada, solo atiné a gritar pidiendo auxilio, hasta que varios conductores se acercaron”, contó al periodista del diario decano que logró entrevistarlo en el hospital. Además dijo: “Estuve consciente de todo lo ocurrido y solo pensé en salvarme para no dejar en la orfandad a mi única hija que vive en Lurín”.
Sin importar el dolor de la cirugía, Eladio Prado Ramos posó, para nuestro reportero gráfico, con gesto triunfador y levantó el brazo izquierdo en señal de estar fuera de peligro. “Gracias a Dios parece que de esta me he salvado”, sentenció.