El primer banco del Perú: una historia que terminó con su dueño preso hasta el final de sus días y una liquidación que duró un siglo
La primera entidad financiera del país fue fundada por Juan de la Cueva y Villavicencio en 1608. Décadas después, este banco público limeño se declaró en quiebra y entró en un lento proceso de liquidación. Este procedimiento duró más de 100 años.
Era la mañana del 19 de junio de 1961, cuando una increíble información recorrió el país a través de las páginas de El Comercio. Ese día, el diario decano publicó la historia del primer banco que tuvo el Perú. La entidad financiera fue fundada en Lima por el prestigioso comerciante Juan de la Cueva y Villavicencio en 1608. Este acaudalado hombre era muy popular en la sociedad limeña de esa época. Incluso, guardó en sus arcas parte del tesoro destinado a Felipe III, rey de España.
Más adelante, este banco público se declaró en quiebra y su dueño fue encarcelado. Es así como el banquero pasó sus últimos días en una penitenciaria limeña. Tras ello, la institución financiera se estancó en un largo y lento proceso de liquidación. Un procedimiento que duró más de 100 años. Sin embargo, esta histórica información quedó guardada en unos pergaminos por varios siglos. Nadie imaginó que estos documentos permanecieron intactos en el Archivo Histórico del Ministerio de Hacienda en los años 60.
Ilustre personaje
Juan de la Cueva y Villavicencio era un hombre importante de la sociedad limeña del siglo XVII. El prestigioso banquero tenía amplia experiencia en los negocios y poseía empresas que desarrollaban actividades agrícolas, ganaderas, de transporte y comercio. Además, contaba con el aval de que en sus arcas se depositaba parte del tesoro del Rey que provenía de Potosí, Oruro, Cusco, Huancavelica y otros lugares del Perú.
Esta reputación no solo se basaba en sus exitosos negocios. También poseía varias fincas (Lima y Arica), una hacienda (Cajamarca), algunos molinos, dos viñedos (uno de los más grandes del país), solares, un buque y cientos de esclavos. Además, tenía una respetable mujer y siete hijos. Pero eso no era todo. De la Cueva también mantenía a su cuñada y a sus sietes sobrinos. Todos ellos estaban rodeados de decenas de criados y empleados bancarios. Esto debido a que el banco que fundó se ubicaba en su propia casa.
Fundación del primer banco
Días antes de publicar esta información, un cronista de El Comercio llegó hasta las oficinas del Archivo Histórico del Ministerio de Hacienda, en el Centro de Lima. En el lugar, un trabajador de esa área le enseñó varios pergaminos que tenían detalles del fracaso financiero que sufrió la primera entidad bancaria del país.
Este banco fue fundado en Lima por Juan de la Cueva y Villavicencio en 1608. El establecimiento estaba ubicado en lo que hoy es la primera cuadra de la avenida Abancay (antes llamada calle Juan de la Coba). Para abrir este negocio, el famoso comerciante obtuvo una licencia del Cabildo otorgada en la Real Audiencia. Para ello, tuvo que pagar una fianza de 40 mil pesos. La apertura de esta entidad se dio cuando el país era gobernado por el virrey Juan de Mendoza y Luna, marqués de Montesclaros.
Es así como empezó a funcionar este primer banco público limeño. Sin embargo, con el pasar de los años, de la Cueva se dio cuenta que esta actividad no era tan rentable. Esto debido a que sus ingresos aumentaban o disminuían de acuerdo a la época. Las veces que tenía más ganancias era cuando el dinero llegaba de Arica, del puerto de salida del Alto Perú o se avecinaba la partida de la Armada peruana.
Quiebra a la vista
Con el paso de los años, menos dinero ingresó a las arcas del banco. A esto se le sumó que en varias ocasiones la Real Hacienda del Perú tuvo que pedir dinero prestado a esta entidad financiera. Es así como De la Cueva llegó a prestar casi dos millones de pesos, sin intereses, al Rey entre 1615 y 1632. Nadie imaginó que un enorme fracaso económico se acercaba.
Años más tarde, en 1635, el banco se declaró en quiebra y su dueño fue encarcelado en una penitenciaria limeña. En ese lugar, pasó sus últimos días. La quiebra se produjo cuando el país era gobernado por otro virrey: Luis Jerónimo Fernández de Cabrera y Bobadilla, Conde de Chinchón.
Según se detalla en los pergaminos, los motivos de que el banco cayera en bancarrota fueron que, en parte, el dueño no logró mantener su estilo de vida con los ingresos del negocio. Tampoco tenía dinero para pagarles a sus empleados. Es por eso, que de la Cueva realizó un primer depósito al Consulado de 369 mil pesos como parte de la masa de la quiebra para el pago de los acreedores.
Lento proceso de liquidación
El proceso de liquidación del banco se inició en 1637 y duró más de cien años. Este procedimiento fue considerado como la anulación más larga de la historia de una empresa bancaria en el Perú. Durante el juicio, varias personas perdieron mucho dinero. Algunas fallecieron sin poder recuperar sus depósitos.
En esta amplia lista de personas perjudicadas, figuran los nombres de las familias más adineradas de Lima en aquella época. También están los comerciantes más importantes de nuestra capital. Es así como terminó la increíble historia del primer banco fundado en nuestro país hace más de 400 años.