El entonces primer ministro y ministro de Economía comunicó a la ciudadanía, en un discurso de 25 minutos por radio y televisión, un drástico programa para combatir la hiperinflación, “el más grave y urgente de los problemas que enfrenta el país”.
Hurtado Miller, que fustigó la gestión del gobierno anterior, dijo que la hiperinflación era consecuencia de la práctica de “políticas absurdas, grosera ineficiencia y de una amplia corrupción”.
Mostrando un billete de 500 mil intis, explicó que con esa suma hace cinco años se hubiera podido comprar una casa de 40 mil dólares. “Hoy solo alcanza para un tubo de pasta de dientes”.
También recordó que en 1985 el galón de gasolina de 84 octanos costaba más del doble que una botella de cerveza y que en 1990 esa misma botella de cerveza cuesta seis veces más que un galón de gasolina.
Los nuevos precios
Terminada su breve descripción de la crítica situación, soltó a quemarropa los nuevos precios de los principales productos: “la lata de leche evaporada, que hasta hoy costaba 120 mil intis, costará 330 mil intis”, anunció Hurtado Miller.
“El kilo de azúcar blanca, que solo se conseguía a 150 mil intis, costará 300 mil intis; y la unidad de pan francés, que costaba 9 mil intis, costará ahora 25 mil intis”.
También avisó que el kilo de fideos, que se vendía a 200 mil intis, subiría a 775 mil intis. Y dijo que el precio de la gasolina ascendería a 675 mil intis por galón, treinta veces el valor al que se vendía en esos momentos.
“Cierrapuertas” esperando el mensaje
El 8 de agosto, antes del mensaje, un "cierrapuertas" generalizado se notó en los mercados, tiendas y bodegas de Lima. La mayoría de los comerciantes esperaba las nuevas medidas económicas.
Otros, ante los insistentes rumores de saqueos y alteraciones del orden público, aseguraron sus establecimientos colocando rejas de metal o candados.
El día después del anuncio
En contraste con la víspera, los grifos amanecieron sin colas de automóviles para el abastecimiento de combustibles, ya con las nuevas tarifas.
Antes del “paquetazo” para llenar el tanque de un auto volkswagen su propietario gastaba doscientos mil intis, ahora lo mismo le costará seis millones de intis.
Desde temprano Lima estuvo custodiada por militares y policías, y sin transporte público de pasajeros. En muchos mercados el precio de los bienes y servicios comenzaron a fijarse de acuerdo a la oferta y la demanda.
El presidente de Confiep, Jorge Camet, admitió en conferencia de prensa la posibilidad de que muchas empresas quiebren en poco tiempo.
Muertes, violencia y saqueo
Tres personas resultaron muertas en Huaycán, Ancón y en Lima, cuando trataban de agenciarse de alimentos en los centros de abastos.
En Huaycán los desesperados pobladores pugnaban por adquirir productos alimenticios en una tienda de abarrotes, cuando uno de los hijos del propietario descerrajó tres tiros contra la multitud.
Asimismo, en el mercado de Ancón un intento de saqueo acabó con la vida de un joven estudiante, quien recibió un balazo en el pecho disparado por un infante de Marina.
En el Cono Norte las reacciones entre los habitantes terminaron en enfrentamientos con la policía y miembros del ejército. En otras zonas como San Juan de Lurigancho, El Agustino, Carabayllo e Independencia, se produjeron intentos de saqueo en mercados y tiendas.
En Comas y San Martín de Porres, ante la arremetida de la multitud, los comerciantes se defendieron con palos, piedras y cadenas. Asimismo, algunas panaderías se vieron colmadas de gente que pugnaba por adquirir pan tolete o francés.
En tanto, en Villa El Salvador, una turba de cien personas ingresó a un centro de abasto y pudo llevarse arroz, latas de atún y leche.
El transporte
El centro de Lima amaneció casi desierto por la ausencia de ambulantes y de unidades de transporte público. Las tarifas fueron tan altas que la mayoría de gente optó por viajar en camionetas y camiones o ponerse a caminar.
Los taxis incrementaron sus tarifas unas veinte veces, de manera que una “carrera” de Miraflores a Lima pasó a costar entre un millón 200 mil y un millón 500 mil intis, cuando el día anterior bordeaba solo los 60 mil intis.
Lo mismo pasó con los colectivos que hacían la ruta Lima-Callao, cuyas tarifas aumentaron seis veces, de 25 mil a 150 mil intis.
El Apra se pronuncia
El Partido Aprista Peruano consideró “inaceptable imponer al pueblo mayores e intolerables sacrificios”. En un comunicado exigió que el gabinete presente su programa económico completo, así como las medidas de emergencia.
Otras medidas adicionales que anunció el ministro fueron el fin del dólar MUC (Mercado Único de Cambios), la eliminación de los subsidios y la decisión de que los alimentos importados se vendieran sin subsidios.
Luego de su discurso, Hurtado Miller concluyó su mensaje con una invocación: ¡Que Dios nos ayude!