El 21 de abril de 1990, tras una serie de condiciones exigidas a sus familiares, el presidente del directorio de Panamericana Televisión fue liberado y llegó por sus propios medios a su domicilio en Miraflores,
Hasta allí acudió el presidente de la República Alan García Pérez acompañado de su esposa Pilar Nores. El mandatario dialogó con Héctor Delgado Parker durante más de dos horas.
Entre octubre de 1989 y abril de 1990 significativos sucesos habían acontecido en todo el mundo. En Chile había ganado las elecciones Patricio Aylwin y en Sudáfrica Nelson Mandela había abandonado la prisión después de 27 años.
Al día siguiente Delgado Parker agradeció a Dios el haber sido liberado sano y salvo, luego de 199 días de cautiverio en manos del Movimiento Revolucionario Túpac Amaru. “Estoy vivo, estoy sano, estoy libre”, subrayó en declaraciones que prestó en su domicilio.
Con quince kilos menos de peso se mostró sonriente y afable durante los diez minutos que fue interrogado por una nube de periodistas. Dijo que nunca perdió la fe de seguir viviendo, pese a las condiciones de “prisionero de guerra” que le dieron sus plagiadores. No solo estuvo incomunicado, sino que jamás pudo hojear un periódico o ver la televisión. “Imagínense, me enteré hace pocos días de que el Muro de Berlín había caído”.
Anotó asimismo que recién había sido informado de la muerte de su chofer, Fredy León Araujo, aniquilado al momento de su secuestro en 1989. De otro lado, señaló que en todo momento sus captores estuvieron encapuchados.
Cuando fue dejado en libertad lo descendieron de un auto y después le pidieron que contara hasta 30 antes de quitarse la venda de los ojos.
“No me llegaron a tocar. Siempre un grupo distinto me daba la atención, la alimentación o me interrogaba, en tanto que otro negociaba con mis familiares. No tengo odio ni deseo de venganza hacia ellos”, dijo sobre sus plagiadores.
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Contó que el día de su secuestro recibió tres balazos, dos en la cadera y uno en el pecho. Perdió bastante sangre. “Luego en la celda donde permanecí todo este tiempo me curó un médico, quien me extrajo las balas y me las obsequió de recuerdo. Posteriormente estuve convaleciente un mes”.
Refirió que su celda tenía apenas dos metros de largo, un metro y medio de ancho y dos metros diez de alto. “Ese era todo mi hábitat en los meses que me tuvieron preso”. Delgado Parker dijo que sostuvo largas conversaciones durante su cautiverio, señalando que los “emerretistas” tienen puntos de vista equivocados, ellos son partidarios de la violencia como único camino para llegar al poder.
El 4 de octubre de 1989 Delgado Parker se dirigía hacia las instalaciones de Panamericana Televisión cuando su auto fue interceptado por ocho desconocidos armados con fusiles FAL y pistolas. Dos cuadras antes dos individuos disfrazados de policías se habían encargado de desviar el tráfico.
Cuando el vehículo Mercedes Benz del empresario fue rodeado, los atacantes intentaron extraerlo a la fuerza, pero tuvieron problemas por tratarse de un auto blindado. Aunque dispararon contra una de las ventanas esto resultó inútil.
Entonces usaron una comba para romper la luna de una de las puertas. De eso aprovecharon el guardaespaldas Luis Neyra Granados y el chofer Fredy León Araujo para usar sus armas y herir a uno de los secuestradores. Pero los “emerretistas” también dispararon hacia el interior, matando al chofer e hiriendo al guardaespaldas y a Delgado Parker.
Solo así pudieron extraer al empresario de comunicaciones. Este se resistió y tuvo que ser arrastrado. El automóvil recibió 42 disparos. “Con su víctima capturada, los sediciosos abordaron la camioneta Ford y llegaron a la avenida Alejandro Tirado y luego entraron a la Vía Expresa rumbo al sur de Lima”, informó El Comercio.
Semanas después del secuestro, el MRTA comunicó a los familiares de Delgado Parker un listado de exigencias.
Entre ellas la divulgación de un reportaje sobre el departamento de San Martín; la difusión de una entrevista del cabecilla Víctor Polay, recluido en el Penal de Canto Grande; la transmisión de una proclama de su dirigente Néstor Cerpa; la repartición de víveres en barrios populares y la entrega de una suma de dinero en dólares.
Hasta ahora muchos peruanos deben recordar a un grupo de encapuchados dirigiendo sus mensajes subversivos a través de la señal de Panamericana Televisión, algo jamás visto desde el inicio de la violencia subversiva desatada por Sendero Luminoso desde 1980 y el MRTA unos años después.
En 1992 el mando emerretista Peter Cárdenas Schulte, quien participó en el secuestro del empresario, fue detenido y luego condenado. El terrorista fue liberado en el año 2016.
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