En 1974 retornan desde España los restos de Eva Duarte de Perón

María Eva Duarte de Perón aún despierta pasiones entre sus seguidores y detractores. La historia Argentina, además, no puede contarse sin mencionar su corta pero significativa participación en el gobierno de su esposo, Juan Domingo Perón (1946-1955).

El 17 de noviembre de 1974, los restos de la actriz y política retornaron a su país por exigencia del grupo guerrillero Montoneros, de orientación peronista, que había robado los despojos del expresidente Pedro Aramburú (1955-1958), un antiguo “enemigo” del peronismo, para poder canjearlos por los de Evita.

Procedente del aeropuerto madrileño de Barajas, el cadáver embalsamado de Evita fue recibido por la presidenta María Estela Martínez de Perón, tercera esposa del fundador y líder máximo del peronismo, informó El Comercio.

Bajo extraordinarias medidas de seguridad, el ataúd descendió del avión envuelto en una bandera con un crespón negro. Tras 19 años de estar fuera del país, Evita retornaba a su tierra, y recibía los honores en un acto protocolar en el cual no estuvieron presentes los Comandantes Generales de las Fuerzas Armadas. Dos años después, los militares derrocarían a la presidenta María Estela Martínez.

Según informó la policía, y tal como lo habían ofrecido, el cadáver del expresidente Aramburú fue devuelto por los guerrilleros, quienes lo habían extraído del cementerio de la Recoleta en el mes de octubre.

El ataúd conteniendo sus restos apareció en el interior de una camioneta abandonada a solo dos kilómetros del aeropuerto. En 1955 Aramburú había ordenado llevar fuera del país el cuerpo embalsamado de la esposa de Perón.

Por esa acción y por mandar a fusilar en 1956 a 27 peronistas, Montoneros asesinó a Aramburú en 1970.

Cuando el cortejo con el automóvil oficial de la presidenta María Estela de Perón salió del aeropuerto, la gente rebasó los cordones de seguridad para acercarse al ataúd de Evita.

Los restos de Eva Duarte de Perón fueron llevados junto a los de su esposo, el teniente general Juan Domingo Perón, en la capilla de Nuestra Señora de la Merced de la residencia presidencial de Olivos.

Las travesías de Evita después de muerta

Tras su deceso, el 26 de julio de 1952, el doctor Pedro Ara empezó su embalsamiento, cuyo procesó duró un año y costó 100 mil dólares. Su cuerpo, idolatrado por los peronistas, reposó luego en la sede de la Confederación General del Trabajo (CGT) hasta 1955, cuando Pedro Eugenio Aramburú tomó el poder.

Los militares ubicaron los restos y para confirmar su identidad le cercenaron parte de un dedo y le mutilaron una oreja. Los análisis certificaron que era Evita.

Aramburú delegó al agente de inteligencia Eugenio Moori Koening la custodia del cuerpo de la segunda esposa de Perón. Otros dicen que le indicó que la sepultara clandestinamente.

La leyenda cuenta que Moori cayó en el alcoholismo y se obsesionó con el cadáver de la ex primera dama. Enterado Aramburú de la situación, defenestró a Moori. Se decidió entonces sacar el cadáver del país, y con apoyo de la Iglesia los restos de Eva viajaron hasta un cementerio en Milán, donde en 1957 le asignaron el nombre de María Maggi de Magistris.

Como en una novela de misterio, el cuerpo de Evita quedó enterrado bajo las llaves del secretismo. A finales de mayo de 1970, un inesperado secuestro guerrillero remeció a la sociedad argentina: "Comando peronista raptó a ex presidente argentino, Pedro Eugenio Aramburú", tituló El Comercio en primera plana.

Tras varios días de incertidumbre, los Montoneros confirmaron la ejecución. El Decano informó el 13 de junio lo que muchos sospechaban: "El cardenal primado de Argentina fue informado por los secuestradores que el ex presidente Pedro Eugenio Aramburú fue ejecutado el primero de junio". Una de las demandas de los guerrilleros había sido la devolución del cuerpo de Evita.

Después, en 1971 el presidente Alejandro Lanusse gestionó la entrega de los restos de Evita a Juan Domingo Perón, quien en ese entonces vivía en Madrid. Perón falleció el 1 de julio de 1974.