No era un hombre en busca de una religión, pero sí un tipo profundamente religioso, creyente, un ser humano de fe. El cantautor argentino Facundo Cabral (1937-2011) fue un artista, librepensador, músico, compositor, filósofo y orador, muchas cosas a la vez. Había sufrido desde muy niño todo tipo de privaciones, tanto económicas como afectivas. Él y sus seis hermanos fueron criados solo por su madre, pues el padre los había abandonado a los pocos años de que él naciera. Así, Sara Camiñas se mudó con sus hijos a la Tierra del Fuego, en el extremo sur de Argentina.
En 1976, Facundo Cabral se alejó de su país de origen, Argentina, porque la barbarie militar lo tenía secuestrado. Llegó a México, y allí siguió su carrera musical. No obstante, siempre, la tragedia acompañó su vida: dos años después de su autoexilio, en 1978, perdió a su esposa e hija, una bebe de apenas un año, en un vuelo trágico que despegó de Chicago, en Estados Unidos.
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Cabral regresó a su país recién en 1984, cuando retornó la democracia con el radical Raúl Alfonsín. Allí el artista, ya casi desahuciado, se recuperó de una grave enfermedad (cáncer) sin perder nunca la esperanza. Así vivió y sobrevivió este hombre de campo y de ciudad. Hasta el último año de su vida, incluso, el cantautor luchaba todavía con un tumor en el páncreas.
Cantor de milongas, Facundo Cabral es autor de más de 24 álbumes, entre los que destacan: “Facundo Cabral” (1970), “Buen día América del Sur” (1972), “No soy de aquí” (1973), “Mi vida” (1974), “América” (1976); “Te quiero… porque te quiero” (1979), “El oficio de cantor” (1984), “Facundo secreto” (1987), “Este es un nuevo día” (2003), “No estás deprimido, estás distraído” (2005) y “En medio de los hombres” (2012, póstumo).
Cabral ha logrado poner en el gusto de la gente canciones tan recordadas como “Este es un nuevo día”, “Vida sencilla”, “No soy de aquí, ni soy de allá”, “Me gusta la gente simple”, “Vuela bajo” y otros temas ya clásicos de su repertorio musical.
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Esa larga y admirable trayectoria artística acabó en unos segundos, luego de una noche de triunfo ante el público guatemalteco. Allí, tras los eternos aplausos y agradecimientos, el gran Cabral se había trepado al auto del empresario y promotor de recitales nicaragüense Henry Fariña (40 años), quien lo había traído a Guatemala para dar un concierto, y él mismo se ofreció a llevarlo directamente al aeropuerto internacional “La Aurora” para que el artista tomara su avión a Nicaragua, donde seguiría su “gira centroamericana”.
Debió subirse al tranquilo bus del Hotel Tikal Futura, donde se había hospedado, pero eligió la camioneta de su amigo empresario. No podía imaginar lo que ocurriría en ese camino, en el bulevar Liberación, zona 9, de la capital guatemalteca. Fue como una escena del teatro del absurdo. El cantautor argentino recibió tres balas letales, en medio de una ráfaga de 25 disparos enloquecidos y lanzados desde dos vehículos al auto donde viajaban Cabral y Fariña.
Las autoridades guatemaltecas confirmaron que el azar rodeó al artista. Facundo Cabral no debió estar en ese auto como copiloto de quien habría sido el objetivo salvaje de los sicarios: el empresario musical Henry Fariña.
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Las pericias policiales confirmaron que los sucesivos disparos iban dirigidos al conductor del automóvil; es decir, Fariña, quien quedó muy mal herido, pero sobrevivió al atentado. Ni los guardaespaldas del empresario nicaragüense que iban en otro auto pudieron evitar los 25 disparos que sufrió el auto donde iba el artista.
En una rápida búsqueda de los responsables directos, la policía guatemalteca halló uno de los autos con el que perpetraron el crimen, y en el interior de este hallaron armas, cartuchos, detonadores y hasta chalecos antibalas. Se comprobó luego que Fariña, el empresario que contrató a Cabral y lo llevaba en auto al aeropuerto, estaba vinculado con algunos capos de la droga. Hoy este sujeto permanece preso en Nicaragua por el delito de narcotráfico.
Ante la tragedia, el presidente de Guatemala de entonces, Álvaro Colom expresó su pena y sorpresa: “Estamos consternados, vamos a encontrar a estos criminales para hacer justicia”, dijo, tras enviar sus condolencias a la presidenta Cristina Fernández. Colom declaró tres días de duelo nacional; igual lo hizo la mandataria argentina en el país del cantautor.
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Luego de una complicada y mediática investigación policial, repleta de hipótesis descabelladas y hasta supuestamente distractoras, se apresó y acusó a cuatro sicarios, autores materiales del crimen: Elgin Vargas Hernández, Wilfred Stokes Arnold, Juan Hernández Sánchez y Audelino García Lima.
Como Henry Fariña era el objetivo de atentado, buscando entre sus vínculos “empresariales” y “comerciales”, las pesquisas policiales determinaron que el autor intelectual era el delincuente costarricense Alejandro José Jiménez, alias el “Palidejo”. En los meses siguientes se sabría que el tal “Palidejo” era considerado el nexo del cártel del ‘Chapo’ Guzmán con narcos colombianos. También se determinó que en Colombia, justamente, lo protegía la banda de ‘Los Rastrojos’, quienes planeaban llevarlo a Sudamérica para esconderlo.
FACUNDO CABRAL: LA IMPERECEDERA IMAGEN DE UN ARTISTA
Cabral cantó en diversos idiomas, con todos los artistas famosos de los últimos 40 años, y hasta la última noche de su vida, la de ese viernes 8 de julio del 2011, lo hizo como si fuera su primer concierto: con ilusión y sabiduría. La gente vibró con “No soy de aquí, ni soy de allá”, una de sus canciones más representativas.
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A los dos días de su muerte, luego de que su cuerpo fuera llevado por un avión de la Fuerza Aérea de México directo a la Argentina donde fue cremado, en Colombia, más bien, se anunció que su vida errante, agitada y única sería llevada al cine. Al cine el hombre que en 1996 había sido declarado por la ONU, “Mensajero Mundial de la Paz”.
El proyecto se llamaría “Camino de libertad”, pero su estreno se ha retrasado demasiados años, sorteando muchas dificultades, justamente como fue la propia vida de Facundo Cabral. Lo último que se supo fue que a mediados del 2019 se estaba terminando de grabar y se preveía entonces que en “marzo del 2020” se podría estrenar la cinta.
Sin embargo, la pandemia del COVID-19 y la cuarentena que impuso la expansión del virus, justamente en marzo del año pasado en la mayoría de los países latinoamericanos y del mundo, retrasaron –otra vez más– el estreno de este esperado filme sobre el cantautor argentino. Será que Cabral, perfeccionista al fin y al cabo, no estará -aún- conforme con el producto fílmico de su vida.
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