/ NoticiasInformación basada en hechos y verificada de primera mano por el reportero, o reportada y verificada por fuentes expertas.
| Informativo
Cine en Fiestas Patrias: el día que se inauguró la emblemática sala “28 de Julio” en La Victoria en 1944
Ya sea por patriotismo de sus dueños o porque simplemente la sala de cine se abrió en la avenida 28 de Julio, en La Victoria, lo cierto fue que Lima contó desde fines de 1944 con un espacio con sabor netamente peruano, aunque empezó dando, como todas las salas de su época, lo mejor de la cartelera de Hollywood.
Un día antes de la apertura del nuevo cine, el presidente Manuel Prado tuvo un baño de popularidad institucional cuando asistió a la clausura del año académico de la Escuela Central de Aeronáutica “Jorge Chávez”. El campo de “Las Palmas” fue el escenario. Casi el mismo tiempo, en la avenida 28 de Julio, en el popular distrito de La Victoria, los encargados de la sala por estrenarse le daban la última mano de pintura a la fachada. Era el 28 de diciembre de 1944. El 29 de diciembre fue el día tan esperado para esa sala de cine, la más patriótica de Lima.
El contraste entre ambos eventos saltaba a la vista. Por un lado, la marcialidad militar, los acordes de la ‘Marcha de las Banderas’, los saludos protocolares, los gestos adustos pero sinceramente patrióticos en la antigua base de ‘Las Palmas’; y por el otro, los grupos de jóvenes desgarbados, los adultos de saco y corbata, pero con enormes sonrisas, ante el asombro de la novísima sala de cine que se estrenaba en su propio barrio.
Esto es, la formalidad de un acto militar con el presidente de la RepúblicaManuel Prado como invitado central versus la naturalidad y espontaneidad de la gente, de los ciudadanos esperando disfrutar de un momento de solaz entretenimiento fílmico.
INICIOS DE LOS AÑOS 40: UN BOOM DE NUEVAS SALAS DE CINE EN LIMA
La década de 1940 fue de avances en la construcción de nuevas salas de cine en Lima. Muy temprano, en marzo de 1940, el cine “Francisco Pizarro” (o simplemente “cine Pizarro”), ubicado en la plaza Italia, Barrios Altos (Cercado de Lima), apareció gracias a la inversión de la Empresa Teatros y Cines Ltd.
En esos tiempos, el arquitecto de las salas de cine parecía ser solamente Guillermo Payet, pues no solo fue el encargado del diseño de la sala “Pizarro” sino también de otras más en su tiempo. En “Pizarro” eligió un estilo colonial, y siguió el patrón que se vería luego en otras salas como la de “28 de Julio”.
Eran salas de cine de “estilo atmosférico”, se decía, lo que les daba un aire de templo para los que ingresaban a sus compartimentos, especialmente al auditorio principal, donde se proyectaban las cintas que llegaban usualmente desde los Estados Unidos América (Warner Bros, Metro Goldwyn Mayer, etc.)
Luego, en mayo de 1942, el cine-teatro “Central” abrió sus puertas, en pleno Centro de Lima (jirón Ica). Fue construido y operado por Juan y Amadeo Calvo, pero diseñado por el imprescindible arquitecto Payet, con una fachada de estilo neocolonial.
Se trataba de una sala con el equipo necesario para albergar espectáculos teatrales y cinematográficos, y como era usual en los nuevos cines de esos años 40 las paredes laterales del recinto estaban adornadas con murales que representaban momentos cumbres de las civilizaciones antiguas.
No hay duda de que durante los años 40, el cine en el Perú vivió un crecimiento significativo y se convirtió en una parte clave de la cultura y el entretenimiento de la gente. Ir al cine en ese tiempo era la mayor diversión para el público, por eso no solo era un buen negocio sino que cumplía un papel de catalizador del tiempo libre.
¿CUÁL FUE LA PELÍCULA QUE SE ESTRENÓ JUNTO CON EN EL CINE “28 DE JULIO” EN 1944?
El viernes 29 de diciembre de 1944, el cine-teatro “28 de Julio” se inauguró en la cuadra 17 de la avenida 28 de Julio. Era una sala que no estaba ubicada en el centro de la ciudad, sino en La Victoria, popular distrito de trabajadores y obreros. Era, por ello, un típico “cine de barrio”, y el lugar de encuentro cinéfilo de varias generaciones de jóvenes victorianos. (EC, 29/12/1944)
A pocos días de acabar el año 1944, había un ambiente de fiesta en los hogares limeños. Por eso, no fue una mala idea de los administradores del cine abrir las puertas de su moderna sala exhibiendo una “superproducción musical” a tecnicolor. (EC, 29/12/1944)
El filme se titulaba, originalmente, “A Thousands Cheer”, pero llegó a la sala victoriana con el título de “En alas de la canción”. La cinta de la Metro Goldwyn Mayer (MGM), dirigida por George Sidney, tenía un reparto excepcional, pues figuraban nombres como los de Gene Kelly, Judy Garland, Eleanor Powell, Kathryn Grayson, Lucille Ball, Mickey Rooney, entre otros. (EC, 29/12/1944)
Estrenada en los Estados Unidos en 1943, las salas limeñas verían esta fabulosa comedia musical recién a finales de 1944, y el que apostó todo o nada a esa gran cinta para su gran apertura fue el nuevo cine “28 de Julio”.
Aquel viernes 29 de diciembre, la sala de la patria, es decir, el cine “28 de Julio”, rebosaba de gente. Bastaron los primeros minutos para apreciar su perfecto y potente sistema sonoro; pero, antes de ver las peripecias actorales y los bailes del filme, el público limeño y victoriano debió ver los obligados “noticieros”, que en esos tiempos estaban mayormente vinculados con la Segunda Guerra Mundial (y la propia película también hacía referencia a los soldados en guerra y su necesaria diversión).
En los anuncios promocionales del mismo día del estreno en El Comercio, destacaban los parabienes de la propia “Metro Goldwyn Mayer of Perú”, de “Films International S.A.”, de la “Columbia Pictures”, de “20th Century Fox Peruana S.A.”, y de empresas nacionales como “CIA de Seguros Rímac”, “R.K.O. Radio”, “Radio América” y “Radio Lima”.
Como toda época gloriosa, la del cine “28 de Julio” también debió terminar. Y eso ocurrió tras varias décadas de brillo y esplendor cinéfilo. La magnífica sala victoriana soportó la crisis económica y el abandono del público en los años 80, hasta que, entre fines de esa década y los años 90, terminó, como muchas salas de barrio, convertida en un local de culto religioso.
En el caso del “28 de Julio” se transformó en el “Centro Evangelista Pentecostal”, que años después se denominaría “Templo Evangélico Mundo Misionero Mundial” (Pentecostes). El cine calló para siempre, y solo las voces de los líderes religiosos se escucharían allí, para pena de todos.
VIDEO RECOMENDADO
Nuestro Archivo Histórico presenta su tienda virtual