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Halloween: la macabra historia de Sarah Ellen, la vampiresa que debió resucitar en el cementerio de Pisco en 1993
El 9 de junio de 1993, el Cementerio General de Pisco parecía una feria. Centenares de personas, entre periodistas, policías, fiscales y curiosos en general estaban pendientes de algo fuera de toda lógica y sentido común: la resurrección de una mujer. Su nombre era Sarah Ellen y ocurrió hace 30 años.
La historia de Sarah Ellen comenzó en junio de 1913, cuando, acusada de brujería y vampirismo, fue supuestamente asesinada con estacas en el corazón por sus vecinos del pueblo de Blackburn, Inglaterra, para luego despachar sus restos lejos de allí. Pero antes –según testimonios– amenazó a sus agresores diciéndoles que resucitaría 80 años después para vengarse de ellos. Así, su cuerpo viajó a América y acabó en un camposanto de Pisco, en Ica, a 250 km. al sur de Lima. La mayoría olvidó sus pasos y su anuncio de resurrección; pero no así los especialistas en ‘vampirología’.
Para estos expertos, Sarah Ellen (1872-1913) había sido una “mujer vampiro” y seguramente una de las amantes del “Conde Drácula”, personaje ficcionalizado en la novela gótica “Drácula” de Bram Stoker, publicada en 1897 (traducida al castellano en 1935). Curiosamente, el escritor irlandés Stoker murió en 1912, a los 65 años, un año antes que la malhadada Sara Ellen.
Los 80 años se cumplieron el 9 de junio de 1993. Un poco antes, los medios de comunicación se encargaron de hacernos recordar la supuesta “amenaza” de Sarah Ellen. En la TV. latina de EE.UU., la cubana-estadounidense Cristina Saralegui (Univisión) dejó hablar en su show a un vampirólogo que detalló que Sarah Ellen estaba bajo tierra en Perú, en la localidad de Pisco, y que allí con seguridad resucitaría. Para reforzar el temor o la superstición en nuestro país, el programa de TV. “La Revista Dominical” (Canal 4) difundió un amplio reportaje sobre el tema.
Entonces, al llegar el día, el miércoles 9 de junio de 1993, el Cementerio General de Pisco se convirtió en un campo ferial, en una tómbola, en un mercado del morbo. Se mezclaron periodistas y fotógrafos nacionales y extranjeros de medios impresos, radiales y de la televisión, con gente disfrazada de monstruos como si fuera Halloween, así como un buen número de curiosos y supersticiosos.
El de Pisco era un cementerio caso olvidado, pero en cuestión de días todo cambió. El nicho número 118 del Pabellón San Alberto se convirtió en el centro de la noticia, de la novedad, de la santería, de los chamanes, etc. ¿Qué esperaba toda esta gente? ¿Una resurrección, una reencarnación en vivo? No se sabía muy bien; lo único que “sabían” era que había una “mujer vampiro” extranjera y que a las 12 de la noche del 9 de junio de 1993 algo pasaría y querían verlo.
El ambiente social y cultural de ese tiempo estaba cargado de vampirismo cinéfilo. Meses antes, en 1992, se había estrenado en el Perú la cinta de Francis Ford Coppola, “Drácula de Bram Stoker”, donde volvía al viejo mito del vampiro y el Conde Drácula. Las imágenes del entertainment pesaban en la hora de imaginarse la historia de Sarah Ellen.
Pero, la gente en el Cementerio General de Pisco esperó y esperó, pero nada sucedió… Pasadas largamente las 12 de la noche, empezando el jueves 10 de junio de 1993, los periodistasno sabían qué hacer. Lo emocionante había ocurrido en la previa, en esas horas de expectativa. Entonces, se escucharon unos tímidos aplausos de los reporteros y curiosos, algunos comentarios sarcásticos y divertidos, y luego, en silencio, todos empezaron a retirarse para dejar en paz a los muertos enterrados en Pisco.
¿Cortina de humo? ¿Quién podía saberlo? En el país, otros temas más importantes se discutían, desde la discutible idea de la primera reelección presidencial de Alberto Fujimori o la reiterada “pena de muerte” que debía ver el Congreso Constituyente Democrático (CCD). No obstante, el tema de Sarah Ellen no acabó allí. Para la televisión peruana la resurrección o reencarnación de la “mujer vampiro” aún tenía algún atractivo.
A esas alturas, algunos críticos de TV. hablaban con más claridad de “circo”, “morbo” y “amarillismo” en la prensa. Y eso estuvo más claro días después del “chasco vampiresco”. El sábado 12 de junio de 1993, se produjo un insólito debate en el programa sabatino del Canal 9, “Fuego Cruzado”, que conducía la periodista Mariella Balbiy Eduardo Guzmán, quienes -sentados en cajas de cerveza- visitaron y grabaron una parte del programa frente a la tumba de Sarah Ellen. Incluso, hasta participó el alcalde de Pisco de entonces, Edgar Núñez Román (PAP).
En ese recordado programa, ya en el set de televisión, algunos polemistas persistieron con la reencarnación (ya no resurrección) de Sarah Ellen. La “vampiresa inglesa” se reencarnaría, dijeron, “en una bella mujer”. Y ya no sería el 9 de junio sino más bien el 19 de junio. Es decir, había 10 días más para prolongar el juego de los especuladores. Otros invitados, entre filósofos y parasicólogos, descartaron toda esa explicación sobrenatural.
LA VERDADERA SARAH ELLEN Y SU IMAGEN QUE FUE INSPIRACIÓN PARA EL ARTE
En febrero de 1994, ocho meses después del suceso en Pisco, la revista “Lima Times” hizo una verdadera “exhumación” y reivindicación de la auténtica Sarah Ellen. Según los datos descubiertos por la revista escrita en inglés, la supuesta “vampiresa”, que aterrorizó a medio Perú en junio de 1993 (con su anunciada “resurrección”), no era sino una simpática (y robusta) madre de familia, que vivía con su esposo en el puerto dePisco, Ica.
La verdadera Sarah Ellen no murió por una ejecución por brujería en Inglaterra sino a causa de muerte natural, tal como se informó en un periódico de Blackburn, su pueblo natal, en el condado inglés de Lanchashire. “Lima Times” incluyó en su informe una carta de puñoy letra de la supuesta bruja o “mujer vampiro”.
Pero la figura de esta supuesta bruja o vampira quedó grabada en la memoria de la gente, por más aclaraciones de su historia que se dieran. Y no faltaron quienes quisieron o verla como una santa popular más (su nicho está repleto de flores y velas), especialmente luego que, tras el violento sismo del 2007 en Pisco, su tumba quedara casi intacta.
Lo cierto es que, más allá de alguna caricaturización en el Día de las Brujas (Halloween), su imagen e historia sirvieron para la imaginación artística, pues la literatura y el cine se encargaron de darle un mejor sitio que un set de televisión.
En setiembre del 2009, el escritor peruano Carlos Calderón Fajardo publicó “El viaje que nunca termina (La verdadera historia de Sarah Ellen)”, una nouvelle que abordó la historia de esta mujer inglesa en veinte capítulos breves. El narrador la hace deambular por la vida londinense e incluso la hace coincidir en un teatro con el escritor Bram Stoker durante una representación de “Drácula”.
Y el cine, en el 2019, también cerró el ciclo de la tranquila Sarah Ellen con una historia de terror en torno a su mito: la mujer vampiro. La cinta “Sahara Hellen: el regreso del vampiro”, del director Rogger Asto León, se estrenó en marzo de ese año. Sarah es Sahara, y Ellen es Hellen en ese filme, y su fábula con toques de ‘gore’, atraviesa lo policíaco y lo erótico en igual proporción.
El probable que el caso de Sarah Ellen haya sido un mito psicosocial de ese agitado comienzo de la década de 1990. No podemos olvidar que para junio de 1993 ya había ocurrido el caso de la “Virgen que llora” y del falso curandero brasilero Joao Teixeira. Por eso, si es que hubo alguna reencarnación de Sarah Ellen, seguramente fue solo en las mentes de los que hablaron de ella y se aprovecharon de su leyenda.
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