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José Mojica: el emotivo cambio del tenor y actor mexicano que rechazó el espectáculo y abrazó la vida religiosa en un convento de Lima
Lo tenía decidido. Luego de grabar su última cinta como laico, la vida del tenor y actor mexicano José Mojica dio un giro de 180 grados. Quiso entregar su vida, en cuerpo y alma, a Dios. Para ello se alejó del mundo de glamour que lo rodeaba y buscó refugio y alegría en el Convento de San Francisco en Lima, hasta el último día de su vida.
Sus nombres y apellidos eran tan extensos que no cabían en su libreta de notas en el colegio: Crescenciano Abel Exaltación de la Cruz José Francisco de Jesús Mojica Montenegro y Chavarín, pero como artista, tenor y actor fue internacionalmente conocido como José Mojica. Sin embargo, para los peruanos, el nacido en Jalisco el 14 de setiembre de 1895, siempre será fray José Francisco de Guadalupe Mojica, nombre con el que vivió entre nosotros hasta su muerte, el 20 de setiembre de 1974.
José Mojica estudió en el Conservatorio Nacional de Música de México y estrenó su hermosa voz en la ópera ‘El Barbero de Sevilla’, en octubre de 1916. En los años 20, viajó a los Estados Unidos de América, donde conoció y fue aconsejado por el magnífico tenor Enrico Caruso.
Caruso lo escuchó y lo recomendó a la Compañía de Ópera de Chicago. Mojica parecía tocar el cielo cuando cantó en el Metropolitan Opera House. Empezó entonces a tener una carrera como tenor y la actuación lo encandiló.
JOSÉ MOJICA Y PASO EXITOSO EN EL MUNDO DEL CELULOIDE Y EL CANTO LÍRICO
El mexicano saboreó las delicias mundanas de Hollywood con ‘El precio de un beso’ (1930), pero en ‘La cruz y la espada’ (1933) sintió que había hecho un gran papel al interpretar a un joven sacerdote, premonitoriamente. El resto de esa década prodigiosa filmó más de una docena de cintas.
La última fue una película que grabó en Buenos Aires, Argentina, titulada ‘Melodías de América’ (1941). Pero antes de retirarse, José Mojica actuó en México en el filme ‘El capitán aventurero’ (1938). Era un actor y cantante reconocido en su país y en el resto de América.
En su última película de 1941, Mojica cantó por última vez como tal. Fue la canción de Agustín Lara ‘Simplemente una vez’, escrito, dicen, especialmente para él. El maestro Lara era su amigo íntimo y sabía de su aspiración de dejar la vida mundana e iniciarse en la actividad religiosa. El anuncio de su decisión de cambiar radicalmente de vida lo hizo en febrero de 1942.
La “leyenda” en torno a él indicaba que la muerte de su madre lo habría llevado a tomar esa decisión, quizás fue una promesa que le dio a ella. Pero hubo otra versión, menos ortodoxa, que indicaba que el verdadero motivo fue un supuesto rechazo amoroso de parte de la actriz mexicana María Félix, pues Mojica habría estado muy enamorado de ella.
A ello, justamente, se habría debido la “ambigua” letra de la canción de AgustínLara sobre el amor que se entrega una sola vez, en ‘Simplemente una vez’.
LA TRANSFORMACIÓN DE ACTOR A CURA: EL VIAJE DE JOSÉ MOJICA AL PERÚ PARA ENTREGARSE A DIOS
Tras donar su fortuna a los pobres de su país y del Perú, José Mojica llegó a Lima ese mismo año de 1942, a los 47 años. Durante cinco años, hasta 1947, realizó su preparación sacerdotal: tanto su noviciado sacerdotal en Arequipa como sus estudios en el Seminario Franciscano del Cusco, en el convento de esa ciudad, y luego en el Convento de Francisco de Lima.
El mexicano José Mojica se ordenó de sacerdote el 13 de julio de 1947, en la iglesia de San Francisco en Lima.
Ese día fue muy especial para José Mojica, pues era también el día que la iglesia celebraba la fiesta deSan Francisco Solano. Ante una gran cantidad de fieles y también reporteros de medios de prensa peruanos, mexicanos y de otros países, el ex actor y ex tenor se ordenó como sacerdote. De esta forma, se llamaría desde entonces Fray José Francisco de Guadalupe Mojica.
Ese día, toda la ceremonia fue muy solemne e imponente. Lo condujo el propio Cardenal de Lima, monseñor Juan Gualberto Guevara. El público peruano asistió en forma masiva y presenció casi todo el acto litúrgico de pie.
Vestido de diácono antes de ser ordenado, José Mojica tenía en la mano derecha un cirio y en la mano izquierda, ornamentos usados en la ceremonia. En un momento del acto, se le vio al futuro Fray JoséFrancisco postrado mientras el ordenante, los obispos y los sacerdotes presentes recitaban las “Letanías de los Santos”.
Pero no todo fue tranquilidad ese día en el Convento de San Francisco de Lima. Hubo dificultades para que los reporteros gráficos cumplieran con su labor de registro del momento histórico que vivía la iglesia peruana.
Todo se generó por la presencia libre y con todas las prerrogativas de los “representantes de una firma comercial extranjera”, informó El Comercio, los cuales estaban filmando una película documental y realizando fotografías en el mismo acto. El antiguo actor y tenor ya no sería José Mojica sino Fray José Francisco de Guadalupe Mojica. Y eso, debía saberlo el mundo entero.
FRAY JOSÉ SOLO ACTUÓ ALGUNAS VECES Y SIEMPRE COMO FRAILE
Años después, Fray Mojica, como se le llamaba, escribió el libro ‘Yo Pecador’ (1958); donde narró su propia historia personal, y especialmente su conversión religiosa; todo ese material fue utilizado como argumento para una cinta del mismo nombre, estrenada en 1959.
En tal filme, el nuevo y renombrado fraile franciscano intervino durante algunos segundos, justamente en la escena final de la maravillosa historia.
Fray Mojica tuvo el carácter para hacerse respetar como hombre religioso, pese a que muchos incrédulos esperaban que se arrepintiera de aquel paso dado en 1947. No obstante, no dejó ni olvidó su arte: el canto y la actuación. Por lo menos participó por breves instantes y siempre interpretando a un “hermano franciscano más”.
Así, el nuevo religioso actuó en cintas peruanas, argentinas y mexicanas, con papeles muy cortos como fraile. Fray Mojica nunca dejó de cantar en el convento o en momento especiales. Era su manera de sentirse vivo y consolar con su voz a las almas dolientes que se le acercaban.
En 1969, el Instituto Nacional de Bellas Artes de la Ciudad de México le brindó un sentido homenaje. Fue la última vez que visitó su país natal. Su última entrevista en Lima fue a Radio Victoria, en noviembre de 1973.
LOS ÚLTIMOS DÍAS DE FRAY MOJICA EN LIMA
Un mal cardíaco acabó con la vida de Fray José Francisco de Guadalupe Mojica, el viernes 20 de setiembre de 1974, a las 3 y 20 de la tarde. Había cumplido, seis días antes, 79 años. En ese momento de entregar el alma estuvo rodeado de sus hermanos franciscanos.
El religioso mexicano, y peruano de corazón, venía muy afectado debido a la amputación de su pierna derecha, que le realizaron en el Hospital Almenara (ex Obrero), en febrero de ese mismo año ‘74. Ese día de la operación, llegó a declarar: “Serviré a Dios hasta que las fuerzas me abandonen”.
Había mejorado un poco y vuelto a sus actividades sacerdotales en los siguientes meses. Sin embargo, en cuestión de días, su salud recayó. Tras un coma hepático, sobrevino su fallecimiento.
Según el vicario del convento, Fray Alberto de Santa María Almécija OFM, Fray Mojica “murió dulcemente, con una leve sonrisa entre sus labios”. Toda Lima escuchó esa tarde el lamento de las campanas del Convento de San Francisco.
El velatorio fue muy sentido por el pueblo peruano, el cual asistió masivamente el sábado 21 de setiembre de 1974, a la “Capilla del Milagro” adjunta al convento. Luego de una “Misa Concelebrada” con 40 sacerdotes y cinco obispos, el féretro de Fray José Francisco de Guadalupe Mojica, otrora tenor y actor famoso, cubierto por banderas de varios países sudamericanos y por supuesto de México, fue paseado por la plazuela de la iglesia ante la enorme multitud de creyentes.
Luego de esa demostración de popularidad y cariño de los fieles peruanos, los restos del querido fraile fueron enterrados a las 11 de la mañana del domingo 22 de setiembre de 1974, en las catacumbas del convento franciscano.
Aquel hombre iluminado de 79 años, nunca dejó de decir que amaba el Perú como su segunda patria.
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