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Edificio Marcionelli: ¿quién era el dueño del edificio incendiado cerca de la plaza San Martín durante las protestas?
Ubicado en la cuadra 9 del jirón Carabaya, antiguamente calle Pacae o Arrieros, el hermoso edificio Marcionelli, construido a mediados de los años 20, fue sede del Consulado General de Suiza y de empresas privadas. Hoy luce en escombros, devorado por el fuego; pero Prolima ha informado que será reconstruido.
Suizo de nacimiento, Severino Marcionelli (1870-1957) fue quien mandó construir el céntrico edificio quemado ayer durante las marchas y protestas contra el gobierno actual de Dina Boluarte. El inmueble pertenece a los tiempos del ‘oncenio’ de Augusto B. Leguía (1919-1930), pues fue construido en 1923, cuando su dueño ya era un respetable empresario minero e inmobiliario.
Marcionelli había llegado al Perú en la década de 1890, a sus 20 años. Participó joven aún en obras de ingeniería en Ticlio, y desde ese tiempo su interés por la minería le hizo incursionar en la explotación y extracción de distintos minerales en el interior del país.
En poco tiempo, se convirtió en un destacado empresario minero, y fue dueño de minas de carbón y fundador de la mina Morococha, donde aprendió a combinar la obtención de riqueza y el respeto de la vida en comunidad en ese “pueblo minero” de la provincia de Yauli, en Junín.
Marcionelli invertiría también en la construcción del Hotel Bolívar, inaugurado en 1924. Pero, el empresario suizo no solo fue un hombre de negocios. También vivió su existencia como un gran filántropo.
Como destacado miembro de la Sociedad de Beneficencia Pública de Lima, donó una suma considerable de dinero para levantar el Hospital Arzobispo Loayza (1924), donde se hizo cargo personalmente de la construcción del primer pabellón pediátrico.
UN EDIFICIO QUE NACIÓ EN PLENO ‘ONCENIO’ DE AUGUSTO B. LEGUÍA
Cuando Severino Marcionelli mandó construir e inauguró el hoy incendiado “Edificio Marcionelli”, en 1923, este empresario ya era una figura pública. Más allá de la minería, fue dueño de empresas ganaderas, y luego un sagaz empresario inmobiliario.
La construcción del edificio del jirón Carabaya lo hizo al lado de un socio, con quien cuidó los detalles arquitectónicos neoclásicos de una casona de esos tiempos de bonanza económica para el país. El edificio Marcionelli fue la sede del Consulado General de Suiza (de hecho la actual sede de la embajada Suiza en el Perú perteneció también a Marcionelli).
Asimismo, funcionaron en ese inmueble empresas agropecuarias y mineras, todas vinculadas a su dueño original, al menos hasta fines de la década de 1940. Así pasó a la historia de Lima como uno de los inmuebles más representativos del entorno cercano de la plaza San Martín, en pleno centro de la capital.
Apoyó a instituciones culturales como la Asociación de Artistas Aficionados (AAA), cuyo nuevo local se construyó en 1943 con el dinero de mecenas como Marcionelli, quien participó con el título de “Socio Protector del Arte”.
Y un año después, en 1944, el suizo ya con el cargo de Cónsul Honorario de Suiza en Lima, participó activamente en las obras de ampliación del Hospital Dos de Mayo.
En 1948, el dueño de la “Casa Marcionelli” ayudó económicamente a la construcción del Hospital del Niño, en Breña. Fue miembro de la Sociedad Helvética, del Club Nacional, del Club de la Unión, de la Compañía de Seguros Italia y de la Sociedad de Minería y Petróleo.
Según, Luis Martín Bognadovich, de Prolima, el inmueble, que este año cumplía 100 años, es de valor monumental, y está inscrito en la lista de patrimonios mundiales de la Unesco. Un edificio que mantenía la línea arquitectónica de los edificios que circundan la plaza San Martín.
Hoy, ese antiguo y deslumbrante edificio -en perfectas condiciones antes del siniestro- luce su segundo y tercer pisos totalmente destruidos, quedando solo el primer piso de ladrillos en pie. Bognadovich asegura que lo que corresponde por ley es la reconstrucción del edificio, manteniendo especialmente la fachada del inmueble. Ese inmueble que Lima le debió por 100 años a Severino Marcionelli.
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