Un día antes que cientos de cadetes de la Escuela de Aeronáutica desfilaran por el monumento a Jorge Chávez, en conmemoración del “Día de la Aviación Nacional”, un acontecimiento científico revolucionó la medicina en el Perú. El 22 de setiembre de 1953, los cirujanos Francisco Graña Reyes y Esteban Rocca Costa realizaron una operación neuroquirúrgica empleando instrumentos incaicos de más de 2 mil años.
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Esa fue la primera intervención practicada con herramientas prehispánicas que tuvo éxito. Ya que, en 1944, dos médicos cusqueños intentaron realizar el mismo procedimiento a una mujer en el hospital Antonio Lorena de Cuzco. La paciente murió luego de una infección intercurrente.
LA ESCUELA QUIRÚRGICA DE PARACAS
En un entrevista con El Comercio, uno de los cirujanos (no se reveló el nombre), reveló que antes de los incas ya se habían empleado grandes técnicas quirúrgicas en las operaciones: “Los cirujanos de las culturas previas a la incaica como la de Nazca y Paracas desarrollaron un alto grado de perfeccionamiento en materia de sus intervenciones quirúrgicas”. Esto quedó demostrado en las trepanaciones craneanas realizadas a los antiguos peruanos. Sin embargo, estas no fueron las únicas intervenciones de alta cirugía. Ya que en Nazca se encontraron algunas representaciones de amputaciones con prótesis de madera.
Por eso, el médico cirujano también creía que en Paracas había existido una verdadera escuela quirúrgica. Una conclusión que obtuvo luego de que se encontraran cientos de cráneos trepanados e inclusive una edificación abovedada como si fuera una sala de hospital. “En las admirables trepanaciones que han llegado a nuestro conocimiento por el estudio de los cráneos de dichas épocas se sabe a ciencia cierta que hubo supervivencia en muchas ocasiones y que obviamente existía un conocimiento preciso de lo que puede llamarse la anatomía quirúrgica fundamental”, reveló el destacado científico. Este conocimiento y sus técnicas serían puestos a prueba más adelante.
LAS HERRAMIENTAS DEL CIRUJANO PREHISPÁNICO
El antropólogo peruano Julio C. Tello había encontrado (en Paracas) un conjunto de instrumentos que pertenecieron a una maleta de cirujano. “Se encontraron obsidianas, tumis, separadores, cinceles y un mazo de champi, que es una aleación de cobre, plata y tal vez hierro”, explicó el médico peruano.
Cada herramienta tenía una función específica. Eso le dijo el experto al cronista de El Comercio: “El tumi es un cuchillo triangular de base curva cortante que se toma por el mango situado en el vértice opuesto. Tiene la ventaja sobre los bisturíes actuales que se puede aplicar mayor fuerza al corte del cuero cabelludo, llegando inclusive a cortar el periostio, ya que es ideal para los tejidos blandos”.
Sin embargo, para la trepanación propiamente dicha se usaba la obsidiana. Esta funcionaba como una sierra que permitía levantar tapas cuadrangulares o poligonales de la bóveda craneana. En cambio, el cincel se usaba para trepanaciones circulares, ovales u oblongas. Los incas también usaban gasas y vendas. Además, tenían una aguja para diversos tipos de suturas. Herramientas quirúrgicas de las más sofisticadas por esas épocas.
ENSAYOS PREVIOS EN CADÁVERES
En julio de 1953, Francisco Graña y Esteban Rocca revivieron la técnica operatoria prehispánica ignorada por miles de años. Ellos decidieron previamente intentar la trepanación con herramientas incaicas en cadáveres. Luego aplicarían el mismo procedimiento en seres vivos.
Los instrumentos milenarios fueron cedidos por el llamado entonces “Museo Antropológico de Magdalena”. Estos fueron afilados tras haber estado guardados por siglos. Después, se realizó el procedimiento en dos cadáveres: uno de la morgue y otro de un hospital de Lima. Los cuerpos fueron trepanados con cincel y obsidiana.
Las huellas que obtuvieron los médicos eran iguales a las de los cráneos hallados antiguamente. Esto debido a que utilizaron en la operación las mismas técnicas que los cirujanos incaicos. También repitieron los mismos defectos: dejaron pequeñas escamas de tejido esponjoso que no se despegaban ni con el corte de los filosos instrumentos.
OPERACIÓN EXITOSA EN SERES VIVOS
El martes 22 de setiembre de 1953, los dos médicos peruanos realizaron la operación neurológica con instrumentos prehispánicos en un paciente que había recibido un fuerte traumatismo en el parietal izquierdo. El sujeto no podía hablar ni articular palabra alguna.
Previamente, los tumis, cinceles, separadores, mazos y obsidianas fueron esterilizados. El paciente fue sedado y le aplicaron un torniquete incaico alrededor de la cabeza (con una cinta de una pulgada por un metro 60 centímetros) que le daba tres vueltas. Esto permitió que no emanara demasiada sangre del cuero cabelludo.
La asombrosa intervención duró 14 minutos y se realizó sin ninguna complicación. Después de la operación, se aplicó algunos antibióticos al convaleciente sujeto. Más adelante, los médicos informaron que el paciente se encontraba en óptimas condiciones; convirtiéndose así en la primera neurocirugía con herramientas incaicas realizada con éxito.