Tras la reciente muerte de nueve reclusos en un motín registrado en el penal Miguel Castro Castro de San Juan de Lurigancho, hacemos un recuento de algunas revueltas ocurridas en los centros penitenciarios de Lima a lo largo de la historia. Uno de los más sangrientos sucedió en 1986 en tres penales a la vez: El Frontón, frente al Callao; San Pedro (hoy Lurigancho); y el de mujeres Santa Bárbara.
Rebelión de El Frontón en 1956
Eran las siete y media de la noche del 7 de mayo de 1956, cuando varios presos que ingresaban al comedor del penal de El Frontón se amotinaron como protesta por la mala comida y ropa que recibían. Entre gritos, se enfrentaron a los guardias que estaban en esa zona. Llegaron hasta la capilla del establecimiento y fueron hacía la dirección. Allí intentaron entrar, pero fueron contenidos por el personal de la Guardia Republicana que resguardaba ese sector de penal.
Luego de minutos de tensión, el orden retornó al lugar. Sin embargo, la lucha dejó una persona muerta y un herido que fue trasladado en una lancha hasta una carceleta del entonces Hospital de Varones “Daniel Alcides Carrión”. Días después, el director de Establecimientos Penales, Miguel Chuquipiondo, informó que la situación estaba completamente normalizada y que el motín era generado por un pequeño grupo de presos que se negaban a aceptar los alimentos diarios.
Fuga y toma de rehenes en el penal de Lurigancho
La tarde del 14 de diciembre de 1983, diez peligrosos reclusos intentaron fugarse del penal de Lurigancho. Los avezados delincuentes, encabezados por Armando Jibaja Arias, conocido como “Cri Cri”, tomaron como rehenes a cinco personas, entre las que se encontraban tres religiosas, una asistenta social y la animadora de televisión Inger Bold Zwinckelt, conocida como la “Gringa Inga”, de Trampolín a la Fama.
Bajo amenazas de muerte, obtuvieron una ambulancia con la que abandonaron la cárcel junto a los rehenes. En el camino, fueron interceptados por un equipo de operaciones especiales, iniciándose de esta forma una terrible balacera. En el acto, fallecieron ocho delincuentes y la religiosa irlandesa Hon Saayer Deegan. Los otros rehenes quedaron heridos junto a personal penitenciario y una mujer que era familiar de un interno. Ese día, el ministro de Justicia, Ernesto Alayza Grundy, indicaría que el intento de fuga se debió al traslado a otros penales de varios reclusos peligrosos.
El dramático motín de El Sexto
El 27 de marzo de 1984, diez internos encabezados por Luis García Mendoza ‘Pilatos’ y Eduardo Centenaro Fernández ‘Lalo’, secuestraron a trece civiles en el penal El Sexto. Provistos de dinamitas, revólveres y chavetas, se amotinaron en el recinto y mostraron carteles exigiendo su libertad. Luego, quemaron a su primera víctima y dispararon a quemarropa a otros dos rehenes.
Esa noche, una camioneta ingresó al presidio simulando ser el vehículo de escape exigido por los reclusos. El auto estaba repleto de personal de la Guardia Republicana que abrió fuego contra los delincuentes. Horas después, la penitenciaria volvería a estar bajo control. Sin embargo, el tiroteo dejó un saldo de 22 personas muertas y 40 heridos. Días después, la psicóloga Amelia Ríos de Coloma, una de los rehenes, le contaría a El Comercio que “Pilatos” quiso matarla al ver que no se cumplían sus exigencias, pero que otros cabecillas que la conocían salieron en su defensa.
Amotinamiento de terroristas
El 3 de abril de 1985, un grupo de internos acusados por terrorismo se amotinaron en el penal El Frontón y tomaron como rehenes a siete funcionarios del INPE. Los delincuentes aprovecharon la reunión que tuvieron con los empleados públicos para controlar el lugar. Allí encerraron al director y el subdirector del penal, al jefe de la II Región Policial, al asesor jurídico, a dos alcaides y a un arquitecto. Esa noche nadie pudo salir ni entrar de la isla.
Al día siguiente, se iniciaron las negociaciones con los representantes de los reclusos. Sin embargo, estas se interrumpieron durante algunas horas sin llegar a un acuerdo. Tras largas discusiones, fueron liberados cinco funcionarios penitenciarios. Horas después, dejaron en libertad a los restantes. El hecho no dejó heridos ni pérdidas humanas.
Uno de los motines más sangriento
La mañana del 18 de junio de 1986, varios internos terroristas de Sendero Luminoso tomaron como rehenes a miembros del personal en tres penales de Lima y Callao. Primero realizaron un motín en El Frontón; simultáneamente se sublevaron en la penitenciaria de San Pedro (hoy Lurigancho) y en el penal de Mujeres Santa Bárbara. Los hechos se produjeron mientras en la capital limeña se realizaba una Conferencia Mundial de la Internacional Socialista.
Los terroristas denunciaban un intento de “genocidio” al ser trasladados a una prisión de máxima seguridad. Horas más tarde, la Guardia Republicana recuperó el control del penal de mujeres. Al día siguiente, ya se habían recuperado nuevamente El Frontón y San Pedro. Sin embargo, la revuelta dejó un saldo de más de 200 muertos; convirtiéndose así en uno de los motines más sangrientos de la historia peruana.
Muerte y enfrentamiento en Canto Grande
La madrugada del 6 de mayo de 1992, cientos de internos por terrorismo tomaron varios pabellones del penal Miguel Castro Castro (Canto Grande) tras impedir el traslado de un centenar de mujeres terroristas a otro centro penitenciario. Los reclusos extremistas habían llegado al pabellón de mujeres por medio de túneles y ductos. Allí se enfrentaron a los guardias de seguridad utilizando armas de guerra automáticas, explosivos caseros y productos químicos. Más de 500 miembros de la Policía Nacional llegaron al lugar.
Tras cuatro días de enfrentamientos, las unidades especiales del Ejército y la PNP recuperaron el establecimiento; lograron que más de 600 terroristas se rindieran. El amotinamiento dejó un saldo de 14 personas muertas y 76 heridas. Luego de ello, trasladaron a 80 mujeres terroristas al centro penitenciario de Chorrillos.