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La inédita entrevista con Juan Ramón Montero, el piloto que realizó el primer vuelo de larga distancia en el Perú hace más de 100 años
La conversación se dio en la casa de su hija, Luisa de Sheen, en la urbanización Chacra Ríos, en marzo de 1963. Ese año, se cumplió 50 años de aquel suceso.
Un día después que Brasil le ganó a la selección peruana en la primera fecha de la Copa América disputada en Bolivia, una inédita entrevista salió publicada en El Comercio. En marzo de 1963, el diario decano conversó con Juan Ramón Montero, piloto que realizó el primer vuelo de larga distancia en el Perú. En la conversación, el longevo aviador civil contó varios detalles del histórico viaje. Al día siguiente, fue homenajeado por la Fuerza Aérea del Perú (FAP) al cumplirse medio siglo de aquel acontecimiento.
Era la mañana del martes 12 de marzo de 1963, cuando El Comercio publicó una entrevista con Juan Ramón Montero, piloto de 72 años de edad que realizó el primer vuelo de larga distancia en el Perú. Ese día se cumplía 50 años de aquella hazaña. Un día antes, un cronista del diario decano visitó al histórico aviador en la casa de su hija, Luisa de Sheen, en la urbanización Chacra Ríos, en el Centro de Lima.
En la conversación, el longevo piloto contó que el viaje lo hizo en un avión “Bleriot de 50 caballos de fuerza” y voló de Lima a Pisco en solo tres horas. También aclaró que en el tiempo de vuelo no tuvo en cuenta las horas que paró por “diversos motivos”. Montero fue uno de los primeros aviadores peruanos que obtuvo su brevete en Francia, después de Jorge Chávez y Juan Bielovucic.
Un fuerte dolor en el ojo derecho, que no le dejaba ver bien, y una enfermedad que le no permitía caminar, le impedían movilizarse con normalidad. Sin embargo, tenía un gran sueño: “Mi más grande anhelo es poder volver a visitar París en donde recibí mi brevete internacional”, dijo, sonriente. Luego, explicó que ese primer vuelo lo hizo en varias etapas. Primero fue a Cerro Azul, en donde se le rompió una hélice de la nave y estuvo 10 días esperando que llegaran los repuestos desde Lima.
Después, se detuvo en la Pampa del Imperial. Voló hasta la Pampa de Ñoco y finalmente llegó a la Pampa de San Andrés, en Pisco. Antes de llegar a su destino, fue a visitar a su madre en la hacienda de Caucato, en San Clemente. Asimismo, recordó que los pobladores de Chilca (Cañete) no lo quisieron ayudar al verlo con la aeronave. Solo lo miraban asustados. Nunca habían visto un avión. En ese momento, Montero creyó que había fracasado en su prueba.
Horas después, un poblador de la zona y lector de El Comercio, reconoció la nave, que la había visto en el periódico, y calmó a los lugareños. También ayudó al piloto a reparar el avión y a continuar su viaje. En seguida, Juan Montero reveló que esa aeronave la regaló a la Liga Pro Aviación del Perú. Además, contó que su familia colaboró con “la cuarta parte” de la compra de un avión que Pisco, su tierra, le donó a la FAP por el centenario de la llegada de don José de San Martín al puerto de Ica.
Al mediodía de ese 12 de marzo, se realizó un homenaje en el Ministerio de Aeronáutica por los cincuenta años del viaje realizado por Montero. El acto se llevó a cabo en el local de la Comandancia General de la FAP, en Miraflores. Al evento asistieron varios jefes y oficiales de las Fuerza Armadas. También decenas de pilotos civiles que formaron parte de la historia de la aviación peruana.
La ceremonia empezó con la lectura de la Resolución Suprema que le otorgaba el “Brevete de Piloto Honoris Causa de la Fuerza Aérea del Perú” a Juan Ramón Montero. Luego, el comandante general de esa institución, Carlos Granthon Cardona, dio un discurso y recordó la hazaña que el longevo aviador civil realizó en marzo de 1913. Después, agradeció los esfuerzos de todos los pilotos peruanos y recalcó su admiración por el histórico aeronauta.
Minutos después, el general Granthon le puso las insignias de las “Alas de Oro” en el pecho a Montero. En seguida, le entregó el pergamino con la Resolución Suprema en donde se decretaba la distinción. Muy emocionado y al borde de las lágrimas, el piloto agradeció el reconocimiento que le hicieron y reveló que, si las fuerzas le acompañaban un tiempo más, quería volver a volar. Casi al finalizar la ceremonia, el reconocido aviador recibió los abrazos de los jefes y oficiales de la FAP. Luego, realizaron un brindis con champán en su honor.
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